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La “Resistencia Catalana” tiene estos días su centro de operaciones y comunicaciones en un balcón de Barcelona, desde el que se contraprograman las caceroladas independentistas nocturnas con todo tipo de armas incruentas, las cuales van desde el himno de la Guardia Civil a Manolo Escobar. La última performance llevada a cabo en el balcón más seguido de España es una parodia del referéndum independentista en el que los dueños del balcón y algunos secuaces, a los que se han suman algunos observadores internacionales llegados de la calle de enfrente, votan libremente si seguir formando parte de la comunidad o se declaran balcón libre independiente, mancomunado a otros balcones libres de la resistencia en el barrio. Las veinte personas presentes en el balcón, tras descartar algunos votos nulos, emitieron 2,4 millones de votos válidos declarando su independencia y su deseo de seguir celebrando fiestas de la resistencia desde el balcón al margen del criterio fascista y opresor del resto de la comunidad, aunque a continuación suspendieron esta declaración por un tiempo indeterminado para abrir un proceso de diálogo. En realidad, les recomendamos que vean directamente el vídeo.
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Pese a su tono jocoso, lo cierto es que el vídeo plantea algunas cuestiones fundamentales sobre todo lo que está sucediendo. Como por ejemplo el derecho de los dueños de un piso a decidir por su cuenta y riesgo sobre la fachada y las partes comunes de la casa. Es más, pasando por encima del 53% de los ocupantes del piso. Y hacerlo encima mediante un referéndum en el que los ocupantes del 47% del piso partidarios de autodeterminarse votan 2, 3, ó 4 veces a la vista de todo el mundo. ¿Es acaso más serio el referéndum de Puigdemont y compañía que el de los indomables habitantes de este balcón de Barcelona?
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Afortunadamente para la resistencia catalana y su popular balcón, una cosa que no debería poder pasar es que un día llegaran los Mossos a represaliar su autoproclamada y ruidosa mancomunidad o interrumpir sus votaciones, ya que eso sería el equivalente a una aplicación del 155 o una actuación fascista contra una votación ciudadana. Lo pertinente de hecho sería que la mancomunidad de los resistentes creara su propia policía autónoma para mantener el orden en su balcón al margen de una fuerza armada extranjera y ajena a la mancomunidad como los Mossos.
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Lejos de estar pensando en enviar a los Mossos o la Guardia Urbana, maniatados por su propio discurso, es de creer que las autoridades municipales y autonómicas estarán pensando en estos momentos en abrir un proceso de diálogo con los resistentes del balcón, buscando mediadores y sopesando una oferta de negociación, ya sea una bajada de la contribución, horarios y decibelios extendidos para poner música, o plazas de aparcamiento garantizadas y gratuitas. Sea lo que sea parece que se abre un largo proceso por delante acerca del cual estaremos atentos, ya que los resistentes del balcón piensan ir dando cuenta del mismo a través de su propia web.
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Un comentario
Navarros y aragoneses, hermanos.