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En las últimas fechas, un tanto solapadas por la actualidad en Cataluña, se han producido algunas noticias relativas a la Policía Foral relevantes en sí mismas, pero también precisamente en relación al espejo de Cataluña. No en vano, la actuación de los Mossos d´ Esquadra está siendo una de las cuestiones más controvertidas en todo ese asunto.
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Para empezar, la semana pasada el Gobierno de Navarra tomó en consideración el Plan Director de la Policía Foral en el que opta por la «exclusividad» de este cuerpo en la Comunidad Foral para 2021. La consejera de Interior, María José Beaumont, señaló que se se deberá desarrollar al máximo el traspaso de competencias al cuerpo autonómico, lo que a su vez supondrá duplicar la actual plantilla que deberá pasar de los 1.000 a por lo menos 2.000 agentes.
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La segunda noticia al respecto es el debate sobre la aprobación de la Ley Foral de Policías, directamente relacionada con el futuro desarrollo de esa Policía Foral integral que asumiría las competencias en exclusiva. Como indicó la propia Beaumont, el plan para convertir a la Policía Foral en fuerza policial con las competencias exclusivas de seguridad «no se podrá poner en marcha sin una nueva ley de foral de Policías«, respecto a la cual existe una clara división en el cuatripartito, particularmente con Podemos e IU, no tanto por divergencias en cuanto al modelo policial como por su adhesión a toda una batería de reclamaciones sindicales que no aceptan Geroa y Bildu. En las últimas horas, sin embargo, los acontecimientos parecen apuntar a un nuevo doblegamiento de Podemos e IU a los designios de Geroa Bai y Bildu; sucede con todo, no iba a ser diferente con esto.
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Más tangencial, aunque también interrelacionada y también de la semana pasada es la votación del Parlamento foral, con los votos favor del cuatripartito y el PSN, instando al Gobierno de España y al de Navarra a abordar «lo antes posible, en el marco de la negociación del convenio económico, la transferencia de la competencia en materia penitenciaria«. El “pentapartito” también aprobó en esa misma votación reclamar al Gobierno de España que adopte las medidas necesarias para que las aproximadamente doscientas personas presas navarras o con arraigo en Navarra que cumplen pena fuera de la comunidad sean trasladadas a Pamplona, si así lo desean. Blanco y en botella, los presos de ETA.
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A todo lo anterior, por las razones que expondremos más adelante, podríamos añadir la Ley del Vascuence, que pretende regular el acceso al empleo público y que de momento se ha topado con un dictamen del Consejo de Navarra, como reseñábamos ayer, advirtiendo de la ilegalidad y discriminación contra los castellanoparlantes de múltiples de sus artículos.
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A la vista de todo lo sucedido en Cataluña, salta a la vista que los Mossos d´Esquadra se han convertido en una fuerza armada de 17.000 hombres al servicio de un gobierno golpista separatista. La trascendencia de esta situación alguno sólo ha empezado a calibrarla a la luz de los sucesos del 1 de octubre y los días posteriores. Obviamente los partidos separatistas vascos que tenemos en Navarra anhelan una fuerza semejante bajo su mando. Precisamente por ello el conjunto de los navarros deberíamos preguntarnos si queremos que pueda pasar con la Policía Foral lo mismo que con los Mossos. No podemos ser tan ingenuos como para creer que CiU o la Esquerra son menos respetuosos con el ordenamiento legal o menos defensores de la neutralidad política de la policía que Bildu. No es casual que, a la hora de repartirse los cargos entre el cuatripartito, Bildu se quedara con Interior y designara a Beumont.
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Hemos citado la Ley del Euskera para la administración como hecho relevante porque es el instrumento para conseguir que, de los nuevos 1.000 agentes que pasarían a engordar la plantilla de la Policía Foral, buena parte de ellos consiguieran la plaza por ser vascoparlantes, lo cual no tendría nada de particular si no fuera porque, desde hace mucho tiempo, el vascuence y la educación del vascuence ha sido totalmente copada por el nacionalismo. Que no sea ésta una de esas cosas de las que nos preguntemos después, en medio de una crisis brutal, cómo desactivamos en dos días un problema gestado a lo largo de 30 años.
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Por otro lado, en una Navarra en la que sólo existiera la Policía Foral sobre el terreno, ¿quién cargaría si fuera necesario contra los huelguistas de Ernai o los Indar Gorri? ¿Quién protegería una concentración provida de los contramanifestantes de la izquierda abertzale? ¿Quién desalojaría a unos ocupas? ¿Mandaría detener a personajes como Bódalo o “Alfon” gente que se solidariza con ellos? Eso por no mencionar quién impediría la colocación de urnas para la independencia de Euskal Herria en un referéndum ilegal, o siquiera un referéndum ilegal para que Echarri Aranaz y Leiza pidieran su anexión a la CAV.
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Todo ello sin mencionar el hecho de una policía integral propia y con competencias exclusivas es una opción perfectamente voluntaria, es decir prescindible, que además nos saldría carísima. Aunque por el volumen de sus reclamaciones y manifestaciones parece un colectivo más oprimido y malpagado que los niños de un taller chino, hace apenas unos meses la propia Beaumont declaraba que los forales trabajan una media de 145 días al año y 2,79 días a la semana. Teniendo en cuenta además lo que cobran, tal vez no sea exagerado pensar que hacen falta 2.000 forales para hacer el trabajo de 800 guardias civiles. Eso sí, hay algunas cosas a las que los guardias civiles quizá llegado el momento no se prestarían.
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No queremos dejar de reseñar sin embargo que el sindicato SPF de la Policía Foral, aunque sólo sea este sindicato, ha emitido una nota solidarizándose con sus compañeros de la Guardia Civil y Policía Nacional en Cataluña. Para algunos una causa de tranquilidad, para otros una evidencia de que la Policía Foral necesita una purga urgente. Perdón, un plan de amabilización.
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5 respuestas
Confiemos en la sensatez de muchos forales y, si la cosa depende de transferencias, que éstas no se produzcan. Y que este gobierno se vaya cuanto antes a esparragar, claro.
¡¡Bueno!! Por fin hay alguien que empieza a hacerse preguntas algo incómodas sobre los que están #pesandocamiones.
Bienvenidos al club.
Sancho el Fuerte debe estar resolviéndose en su tumba.
Los Mozos de Escuadra han pasado de ser una policía judicial a ser una policía gubernativa al servicio del interés político del Gobierno. Es propio de dictaduras. Causa pasmo la trampa que la Generalitat puso a la policía nacional y la guardia civil. Los Mossos pidieron ayuda a la GC y la PN, para dejarles el marrón de las cargas. Se han publicado fotos de Mossos con su uniforme cargando urnas. Es tremendo.
Yo creo que tras esto el Gobierno debe impedir rigurosamente el despliegue de nuevas policías autonómicas. La policía foral no tiene nada de malo, pero en manos de Bildu puede ser una milicia que traiga la guerra a Navarra. Eso no puede ser. Hay que impedir que la policía foral desplace a las FFSSE. En Cataluña, si persiste el desacato, los Mossos deberán ser disueltos. Ese mensaje se trasladará inmediatamente a la Ertzaintza. Y en las demás comunidades donde hay embriones de cuerpos autonómicos, como Valencia, Andalucía o Canarias, se deberá frenar el crecimiento de esos cuerpos.
Los florales hacen bonito con sus uniformes coloraditos y su buena planta. No deben asumir competencias de policía global en ningún caso. Menos cuando hay por ahí tanto orate suelto con ganas de tener un ejército de pacotilla que vaya a pelearse po ellos.
Muy buen análisis, Obabatarra. Implementar (como se dice ahora) una Policía Foral integral y exclusiva, supondría el montaje de un eslabón fundamental para su hoja de ruta anexionista-independentista. ¡Y menos mal que no se las ha ocurrido (todavía) sustituir a la poli Foral por la «erchaincha»!.