La solvencia del ayuntamiento se ha evaporado al seguir acumulándose los créditos y expirar la carencia hasta el año 2007 de dos de ellos. Los pagos pendientes acumulados dejan al consistorio en una situación de ahorro neto negativo, por lo que según el artículo 130 de la Ley Foral de Haciendas Locales, ya no puede seguir endeudándose sin la autorización del Gobierno de Navarra previa presentación de un plan de saneamiento. Sin duda recordarán ustedes que ya hemos citado anteriormente este artículo de la Ley en el pasado, advirtiendo que se iba a popularizar bastante en los próximos tiempos.
La deuda, una receta de Nabai que se traduce en una subida de impuestos.
Lesaca necesita ahora un nuevo préstamo, sobre todos los que ya acumula, para pagar las obras de la piscina cubierta. Para ello ha tenido que presentar al Gobierno de Navarra un plan de saneamiento, que incluye sendas subidas de la contribución rústica y la contribución urbana de más de un 6%. El ayuntamiento de Lesaca, por tanto, “ayuda” en plena crisis a los habitantes de la localidad subiéndoles los impuestos. Es la consecuencia directa de considerar el endeudamiento como una fórmula “de progreso”. No deja de llamar la atención que, en la crisis actual, algunos de los que más señalan a la banca como responsable sean a su vez algunos de los más endeudados. Significativamente, frente a una deuda media de los ayuntamientos navarros de 439 euros por habitante, la de Lesaca es de 1.629 euros por habitante. Tampoco es inusual que, quienes más alto claman contra el modelo del ladrillo y la especulación, sean quienes más obras han contratado e ingresado más ICIO. El ayuntamiento de Pamplona tiene una deuda por habitante de 290 euros.
Deudas reales, fiestas imaginarias.
Además de la subida de impuestos, el plan de saneamiento presentado por Lesaca incluye recortes muy drásticos en las partidas de fiestas y cultura. Se suprime por completo la partida destinada a la feria medieval y se recortan fuertemente los gastos de las fiestas patronales. En conjunto se eliminan 90.000 euros de la partida de fiestas. Una cantidad similar es la que también se recorta en cultura, música y deporte.
Esta piscina es una ruina.
Como les decíamos al principio, la finalidad del préstamo de 600.000 euros es el pago de las obras de la piscina cubierta. A este respecto tenemos una pequeña confidencia de una fuente conocedora de la situación en los municipios de Navarra. Dicha fuente nos asegura que, con carácter general, todas las piscinas cubiertas de todos los ayuntamientos navarros de menos de 5.000 habitantes son deficitarias. El déficit promedio que acumula cada una de estas piscinas es de unos 100.000 euros anuales. Al pago del crédito solicitado para construirla, por tanto, habrá que sumar anualmente los 100.000 euros de déficit que generará su mantenimiento. En algún momento habrá que plantearse que todo esto forma parte de un modelo insostenible y quebrado.