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Hace tan sólo unas semanas nos hacíamos eco de la espectacular manifestación que había recorrido las calles de Zaragoza en defensa de la educación concertada, donde el gobierno de coalición entre Podemos y PSOE pretende reducir por decreto el número de aulas concertadas frente a la creciente demanda de las familias, privadas así de su “derecho a decidir” en materia educativa.
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Recién celebradas las elecciones presidenciales en Francia con una clara victoria de Macron, aupado por el voto de todos contra Le Pen, llama la atención la diferente vara de medir cuando de lo que se trata es de impedir el ascenso al poder de la extrema izquierda en vez de la extrema derecha. Cuando aquí en vez de excluirse a los radicales de izquierdas se les aúpa hasta el poder, llamamos a eso un “pacto de progreso”. Evitar el ascenso al poder de la extrema izquierda no es una prioridad nacional como evitar el ascenso de la extrema derecha. Lo cierto es que en virtud de esta asimetría frente al radicalismo en muchas comunidades españolas o en la propia Navarra una de las consecuencias es que se está poniendo en riesgo la escuela de iniciativa social o concertada, y con ello directamente la libertad educativa de las familias.
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Que toda la Educación sea pública y que la educación pública la controlemos nosotros
La portavoz de Podemos en el Parlamento para asuntos educativos, la famosa desahuciadoraTere Sáez, expresó el pasado viernes la apuesta de la formación de Pablo Iglesias por la educación pública, pero no como una opción voluntaria sino obligatoria en la práctica. Por ello señaló el propósito de su partido de someter a los centros concertados navarros a una batería de auditorías, a la vez que pidió empezar a revisar los conciertos «en la medida en que van acabando«.
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Lo que veíamos en Aragón, por tanto, era un previsible anticipo de lo que está por venir en Navarra. Más aún, este sábado era en Valencia donde se manifestaban decenas de miles de personas por las calles de la ciudad en defensa de los centros de iniciativa social, ya que allí también allí la libertad educativa se encuentra bajo amenaza como en cualquier parte en la que gobierne la izquierda radical. La diferencia de Navarra no es por tanto que no exista la amenaza sino que, de momento al menos, no haya habido una reacción y una movilización social como la que sí se está viendo en la Comunidad Valenciana y Aragón. La amenaza es igual, pero ni de lejos es igual la reacción.
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Si la educación pública es obligatoria, no importa que sea mala, o hacerla obligatoria en vez de mejorarla
Llama la atención el interés de la extrema izquierda por dinamitar la educación concertada cuando si hay algo que funciona bastante bien en España es precisamente la educación concertada. Constantemente se nos repite que los colegios públicos finlandeses son un ejemplo y un prodigio, pero no se nos dice que los colegios navarros concertados, por ejemplo, tienen mejores resultados que los colegios finlandeses públicos. No da la impresión de que los colegios concertados tengan un problema que haya que arreglar. Da la impresión que, de haber un problema a arreglar, lo tiene la educación pública. Da la impresión también de que la izquierda radical no tiene realmente como ejemplo la educación pública finlandesa, sino la cubana o la de Corea del Norte. Da finalmente la impresión de que la izquierda radical no pretende aumentar el peso de la educación pública a base de aumentar su calidad y hacerla más apetecible, sino a base de impedir que se pueda elegir libremente otra cosa.
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5 respuestas
Para la izquierda radical la libertad no es más que un medio para conseguir someter a la sociedad a la dictadura más feroz. Es la excusa. Lo sorprendente es que a estas alturas de la historia todavía estemos en este punto.
Me apuesto un talo, un chacolí y el último disco de Chalaparta Taldea a que, previa evaluación y sesudas reflexiones de la izquierda genuflexa, se eliminan o reducen ayudas públicas a colegios católicos y se incrementa para las escuelas privadas para la formación del espíritu nacional, las ikasbolas esas.
Son comunistas. Como el escorpión del chiste, no pueden evitarlo, está en su naturaleza maldita y asesina.
Salvo que esto no es un chiste y que estamos hablando del futuro de nuestros hijos.
Es hora de que otros tomemos los Cielos. Y como mínimo las calles y los medios de comunicación.
No es culpa del izquierdismo ni del comunismo, es sencillamente Estatalismo (izquierdismo mal entendido).
No quieren que la educación esté en manos de los padres si no del Estado.
En buena medida ya lo está. Pero el Estatalismo siempre quiere más Estado mientras no haya nadie que le pueda parar los pies.
No quieren que la educación esté en manos de los padres sino del Estado. (Corrijo)