Clave: La complejidad de la corrupción

1.- Ni antes todo el mundo era bueno, ni ahora la corrupción impregna a todo y a todos. Ahora muchos ponen a todo el mundo bajo sospecha. Hoy conocemos lo pernicioso que ha sido para la libertad de todos nosotros, el pretender construir un cielo en la tierra. Lo inteligente es aceptar que siempre la realidad es y será imperfecta y que se puede y se debe ir reformándola, mejorándola, hasta el fin de los tiempos.

2.- Claro que hay corrupción, pero ¿en qué país no hay? Tenemos una cantidad ingente de cargos, organismos, puestos, estructuras y burocracias a través de los que se manejan ingentes cantidades de dinero que no son de los que las manejan. Es difícil supervisar un entramado tan complicado y complejo.

3.- Nuestras Fuerzas de Seguridad son muy eficaces y resisten bien los intentos de influenciarlas desde los partidos. La Justicia española es lenta –garantista- pero al final funciona. Personajes prominentes: familiares del Rey, ex ministros, ex presidentes de la patronal, ex presidentes autonómicos, famosos están condenados, un 70 % de los encausados por corrupción terminan cumpliendo penas. No pasa esto en muchos países.

4.- No es el momento de desmoralizarse. A lo mejor lo que no funciona no son solo los sistemas de control, las normativas y los organismos supervisores. Porqué si el mal se encuentra en todos los partidos a lo mejor lo que no funciona es el ser humano. La solución no está en la necesidad de más administración para controlar la actual que ya es demasiado grande.

5.- Tenemos tendencia a olvidarnos de los datos positivos de nuestra sociedad. Sin esperanza nuestro quehacer cotidiano se complica mucho más. En general sobran agoreros, los españoles tenemos muchos problemas no sólo económicos, sino de regeneración democrática, parar la agresividad secesionista, etc. Los españoles cuando criticamos lo hacemos apasionadamente y con bastante sectarismo. Necesitamos un juicio más ponderado, si miramos a nuestro alrededor vemos que a pesar de sus defectos y limitaciones nuestro Estado está entre los menos malos.

6.- La baja calidad de nuestros políticos es un reflejo de la baja calidad de todos nosotros, estamos muy contentos con ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. La prensa en general se apunta a la demagogia, no hacen estudios comparados de cómo andan las cosas en materia de corrupción en países de nuestro entorno. No son conscientes del peligro de la salida demagógica contra la corrupción que nos llevaría a más populismo, hoy el enemigo más letal de nuestra democracia.

7.- La codicia y la ambición están dentro de nosotros, son previas a cualquier ley o a cualquier organización. Obviamente habrá normas y modos de organizarse en las que a la codicia le resultará más fácil salirse con la suya. Todo fuero y toda constitución nacen bajo la necesidad de controlar el poder y ponerle freno. Pero tal vez perdemos el foco del problema si creemos que la ambición y la avaricia dejarán de estar ahí con más regulaciones. Claro que hacen falta mejores normas para controlar al poder, pero quizá la clave está en que haya menos poder que controlar, por el contrario lo que hacemos es dar más poder a los que queremos controlar.

8.- La codicia está asida a la propia naturaleza humana, entiéndase como llave para alcanzar poder, notoriedad, proyección social, con el menor esfuerzo posible. La codicia es trasversal y vertical: la encontramos en toda la escala social, entre los de arriba y entre los de abajo. Si no tenemos conciencia fina, recto criterio y voluntad firme para no ceder ante la más mínima tentación de apropiarnos de lo que no nos corresponde, todos podemos caer en prácticas corruptas. Se empieza por perder sensibilidad en lo pequeño y se termina por codiciar lo grande.

9.- Las empresas potentes ofrecen a las administraciones ingentes cantidades de productos y servicios, necesarios para su cometido. De las decisiones que tomen determinados responsables (políticos y/o funcionarios) dependen en gran medida la viabilidad de los ofertantes, y lógicamente son sus objetivos centrales, a los que quieren ablandar, para más tarde ofrecerles gabelas y compensaciones, como agradecimiento a la mejora, cierta, de su cuenta de resultados.

10.- Los corruptores proporcionan cuartadas psicológicas a los corruptos: al principio siempre es la necesidad de financiación para el Partido de turno, como única justificación; luego les recuerdan que ellos sí que trabajan mucho, que realmente valen mucho, que ganan muy poco en comparación con los sueldos del mercado y con la responsabilidad que contraen. Los corruptores siempre se justifican y los justifican, diciéndose que su competencia hace lo mismo, y que si no, no trabajarían con consecuencias graves para sus trabajadores. Eso sí no se olvidan de incluir el sobre coste de las gabelas en sus presupuestos que perjudica a todos.

11.- Los actuales Gobiernos de la etapa democrática tienen más poder que cualquiera de los antiguos Reyes de Navarra, que siempre se enfrentaban a unas Cortes cicateras ante cualquier subida de impuestos. Hoy el Gobierno Navarro pastorea el 47% de nuestro PIB ¡eso es mucho, pero que mucho dinero! demasiados empresarios están interesados en fomentar el despilfarro de la clase política, que decide y gestiona tantos dineros públicos, para así obtener pingües beneficios que les arreglan o mejoran sus cuentas de resultados.

12.- Para controlar bien este estado de cosas el Estado no debería ser tan grande, hoy el Estado prácticamente interviene en todo, y lo más grave es que a la inmensa mayoría le parece fenomenal. Cada vez somos menos libres al depender desde la cuna hasta la tumba de lo público. Necesitaríamos menor gasto público, menos políticos, menos regulaciones, menos discriminaciones positivas, trabajar a favor de más sociedad civil, más trabajos voluntarios, más imperio de la ley y más libertad.

13.- Necesitamos medidas cautelares y contrapesos para controlar al poder. Jueces vitalicios en ciertos puestos claves. Medidas inspiradas en que no todo el mundo es bueno, sino que la tentación es fuerte y la carne débil. Debe haber más controles en el ámbito político, prohibir la publicidad institucional que facilitará una prensa más libre. Más educación y sensibilidad para denostar la apropiación de lo ajeno. Necesitamos Agencias de Control externo de las Administraciones.

14.- Debemos potenciar la Pequeña Propiedad Privada, lo pequeño dificulta el mangoneo de los poderosos, potencia la autoestima de los débiles, les hace más independientes, hoy las nuevas tecnologías hacen posible la viabilidad de lo pequeño en muchos sectores. El discurso dominante es el apoyo al gigantismo, solo nos presentan lo grande como factible, como viable. Vemos que eso choca con la realidad de los seres humanos: ni las grandes empresas, ni el gigantismo están en ciertos casos demostrando eficacia.

15.- El ejercicio coercitivo de la violencia responde a la necesidad de cumplir y hacer cumplir las leyes, las normas para la convivencia entre todos. Para ser justos, gracias a la existencia del Estado, no vivimos bajo la ley de la selva. Esto tiene grandes ventajas, pero también inconvenientes, ya que todo Estado tiende a ejercitar el poder de manera abusiva. Lord Acton dejó dicho que todo poder corrompe y el poder absoluto, corrompe absolutamente.

16.- En España existe como en todos los sitios una oligarquía, al margen de la representatividad democrática. Los que mandan son: los staff del  PP y PSOE; los empresarios subvencionados, privilegiados, concesionados o rescatados por el Estado a costa de los contribuyentes y de sus competidores; los sindicatos y patronales que pastan en el presupuestos del BOE / BON; todos ellos son los burócratas que deciden unilateralmente sobre muchos aspectos de nuestras vidas.

17.- Sabemos del control oligárquico de los más poderosos sobre los mas débiles. Reflejo de nuestra debilidad democrática es que los partidos son responsables de la politización de los órganos del Gobierno de los Jueces y de la judicialización de la política; el papel jugado por los grandes grupos mediáticos es poco edificante por su constante connivencia con los políticos; las grandes corporaciones son muy sensibles a las decisiones de las administraciones que controlan un tanto % por encima del 40% del PIB. Todos esto deteriora la calida de nuestra democracia.

18.- Todos no somos iguales, vemos todos los días como los poderes fácticos, los grandes poderes económicos: representados por los principales bancos, las grandes empresas eléctricas, las grandes constructoras de obras públicas, etc., los altos funcionarios del estado, los staff de los dos partidos hegemónicos, los principales grupos de comunicación, los staff de las patronales y sindicatos: han cortado el bacalao antes de la crisis, lo siguen haciendo ahora  y lo continuarán cortando en el futuro, ellos o sus sustitutos.

19.- En los antiguos países socialistas las castas o oligarquías no fueron destruidas, tan sólo reemplazadas. En la Unión Soviética a esa nueva casta se la conocía como Nomenclatura; en Venezuela, como Boliburguesía. Conocemos las  luchas por el poder en el seno del propio Partido Comunista Chino con sus más de 40 millones de miembros, donde todos son corruptos y usan la acusación de corrupción con arma arrojadiza contra sus enemigos.

20.- Muchos españoles no creen que los que dicen que erradicaran la corrupción de la Casta lo consigan, por la sencilla razón que ellos quieren reemplazar la casta de PP y PSOE por la casta de Podemos e IU, como vemos en Venezuela. No somos tan ingenuos como para pensar que el pueblo pueda fiscalizar las millones de decisiones administrativas que diariamente adopta un cuerpo de 3 millones de empleados públicos. Menos si nuestros podemitas los quieren aumentar hasta los 6 millones funcionarios.

21.- La idea de que el pueblo gobernará es falaz: el pueblo forzosamente delegará la práctica totalidad de los poderes del Estado en los políticos profesionales y en un número reducido de funcionarios –con sus propias agendas políticas, económicas e ideológicas – constituyendo en todo caso una nueva casta. Ellos y los grupos de presión que los rodean y los presionan con el ánimo de imponer sus intereses sobre el conjunto de la sociedad.

22.- La codicia hay que combatirla aplicando la Ley cuando rompe los límites de la legalidad. Pero hemos olvidado que lo mas eficaz contra la corrupción son los Principios Morales. En los tiempos de la locura crediticia parecía que haber sido honrado era haber sido tonto. Necesitamos recuperar lo que en nuestra civilización llamamos los Diez Mandamientos, que el séptimo dice “No robarás”, y el décimo “No codiciarás los bienes ajenos”. Lo primero, que hay que retomar es la importancia de la Moral, necesitamos educar en Valores, necesitamos dar ejemplo de los mismos en nuestra vida cotidiana.

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CLAVES EN OPINIÓN

9 respuestas

  1. Amen.A más Estado, más dinero, más despilfarro, más mangoneo. Intentemos limitar el poder de nuestros políticos en lugar de lamentarnos cada vez q gobierna el no nos gusta, así reduciremos la capacidad de incidir sobre la vida de los ciudadansos.
    Los políticos son reflejo de la sociedad, no son ajenos a nosotros. La gente es chusca y corrupta en el día a día

  2. ¿La baja calidad de nuestros políticos es un reflejo de la baja calidad de todos nosotros?

    El sistema de elecciones por listas de partidos (donde el votante no elige a los candidatos, si no que el jefe de partido es quien lo hace), hace que irremediablemente los criterios de eleccion de los candidatos sean los del jefe y no los del votante.

    Esto deriva en que los candidatos de los partidos sean una selección de lo más mediocre, acritico, falso y a menudo corrupto de la sociedad.
    Cualquiera que tenga los pies fuera de la moqueta de la política puede comprobar que en la sociedad hay gente trabajadora, con criterio y muy honesta que jamás entraría en política porque no están dispuestos a ser los pelotas del jefe para que los pongan bien arriba en la lista.

  3. Para mi la clave de esta Clave está en los puntos 12 y 13.

    ¿Por qué no hay ningún partido con opciones de gobierno que quiera reducir el tamaño del Estado?
    Porque son partidos de Estado, financiados por el Estado y que tejen redes clientelares que también dependen del Estado (obras públicas, fundaciones, observatorios, dinero para «fines sociales»).

    El contrapeso obligado ante este Estado en aumento desbocado es la nación. La que debería estar representada en el Parlamento haciendo las leyes y haciéndole de contrapoder al Estado.
    Los jueces tambien, como dice el artículo. Pero si la nación no está y es el Estado el que dicta sus propias normas (Boletín Oficial del Estado), a la larga poco podrán hacer los jueces.

  4. Todos los políticos sabemos lo que hay que hacer, lo que no sabemos es cómo ser reelegidos si lo hacemos. (Jean-Claude Juncker, Primer Ministro de Luxemburgo 1995-2013 y actual Presidente de la Comisión Europea)

  5. La cantidad de dinero público en España es inmensa. Es enorme. No nos podemos hacer ni siquiera una idea de lo grande que es. Es tan grande que es imposible de vigilar. Antes se robaban bancos, porque era donde estaba el dinero, pero ahora donde hay muchísimo dinero y pocos vigilantes es en la administración. Y pretender que no vayan los corruptos a él es como querer que no vayan las moscas a la miel.

  6. La corrupción económica que asola España tiene su origen en la corrupción moral que parte de la transición del 78.

  7. Javier31. La presencia de corruptos no es proporcional al dinero que se maneje. Será en todo caso proporcional al nivel de impunidad para los corruptos.

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