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En su no parar de dar pasos hacia donde sea, el discurso dominante se acaba de inventar una nueva reivindicación: la de ser una “mala madre”. El asunto acumula artículos y reflexiones en la prensa de progreso, incluso yendo más allá e incorporando el escalón de las “madres arrepentidas”. No hablamos ya de la mujer embarazada que aborta sino de ir mucho más lejos y empezar a mirar raro al hijo nacido hace unos meses, o incluso unos años. Bueno, la verdad es que puede que eso tampoco sea en realidad ir mucho más allá del aborto.
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Sin llegar a ese extremo, un caso muy significativo ha sido el de la popular periodista Samanta Villar, que en los últimos tiempos viene siendo el centro de diversas polémicas al expresar ideas como que «Tener hijos es perder calidad de vida», que “yo no soy más feliz ahora de lo que era antes», que «Nadie te cuenta lo que es en realidad la maternidad, tomas una decisión engañada», o que es mejor ser tía que madre «porque la libertad personal permanece intacta». En el otro plato de la balanza, la periodista también reconoce que «hay momentos que dices: son preciosos. Una cosa no quita la otra».
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La historia de Samanta Villar se remata con el hecho de que ha tenido sus dos primero hijos a los 41 años, por medio de una donación de óvulos.
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De algún modo, por consiguiente, el caso de Samanta Villar ejemplifica bastante las contradicciones de la ideología progre que nos domina. Primero apoyar un todo vale para que cualquiera pueda tener hijos, desde la inseminación artificial al vientre de alquiler, y más tarde reivindicar la figura de la mala madre o el mal padre que se da cuenta que tener un hijo supone esfuerzos, renuncias, sacrificios, y no da automáticamente, irrevocablemente y sin hacer nada la felicidad. Haz todo lo que haya que hacer para tener hijos, sin reparos morales, que luego, cuando decidas que esto de ser madre o padre es duro, ya buscaremos todas las herramientas necesarias, e ilimitadas, para cerrar el círculo de la inmadurez y la irresponsabilidad. De momento, ya estamos propagando la especie de que ser una mala madre o un mal padre, incluso una madre arrepentida, tampoco tenemos que verlo tan raro. Ya verán el siguiente paso.
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Cómo mola esto de los hijos, hasta que los tienes
¿Y cómo es que alguien llega a la conclusión de que tener hijos no supone ninguna renuncia, ni ningún esfuerzo o que todo vale para tener hijos porque eso garantiza la felicidad absoluta? Es bastante insólito que una mujer de 41 años descubra con pasmo que ser madre no es todo color de rosa Por otro lado, ¿no son justamente estas personas uno de los frutos del pensamiento débil y de esta sociedad de la responsabilidad light que nos domina? Obviamente tampoco no tener hijos nos garantiza la felicidad absoluta sin esfuerzo. La felicidad absoluta sin esfuerzo no existe, queridos niños.
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Ahora tenemos un problema con todas esas personas que quieren un hijo a toda costa, dentro de unos años lo tendremos cuando ya no quieran esos hijos y el discurso dominante tenga que pensar qué hacemos con ellos. Seguro que es una idea genial basada, como todas las ideas del pensamiento dominante actual (que por eso es el pensamiento dominante actual), en que no tengamos que esforzarnos, no tengamos que sacrificarnos y no tengamos que asumir nuestra responsabilidad.
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Los vientres de alquiler y los ladrones de cadáveres
Puesto que hemos mencionado los vientres de alquiler y de algún modo es el debate presente, es un buen momento para recordar lo que pasó en el siglo XIX con los llamados ladrones de cádáveres. Por aquellas fechas, era moneda relativamente común que se robaran cadáveres en los cementerios los cuales eran demandados por los estudiantes de anatomía. Conforme proliferaron las profanaciones y la consiguiente vigilancia en los cementerios, llegó un punto en que era más fácil conseguir un cuerpo para venderlo matando a un vivo que desenterrando a un muerto. El primer paso que se va a dar para normalizar los vientres de alquiler es el de maquillar la operación legalizando sólo los embarazos subrogados sin afán de lucro. A nadie se le escapa que precisamente en cuanto se normalice el embarazo subrogado será totalmente insuficiente el número de voluntarias altruistas, aunque para ese momento ya estaremos seguramente preparados para el vientre de alquiler puro y duro. Todo ello para descubrir al final que, tras saltarnos todos los limites, seguiremos sin ser absolutamente felices y que la felicidad sin esfuerzo y la vida sin momentos duros quizá sólo se encuentre después de saltar el siguiente límite.
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3 respuestas
Yo, me, mi, para mi, conmigo (mismo) etc.
Quieren educarnos en una sociedad hedonista y exenta de responsabilidades, donde los actos no tengan consecuencias…eso sí, el estado controlará tu vida para que consumas como un poseso y proporciones muchos impuestos a lo largo de tu determinada vida. Es como Matrix, pero en vez de energía, produces impuestos que te ordeñan hasta dejarte seco y sin vida.
Y esto es otro componente más de ese proceso.
Si no quería niños que se hubiera comprado un Chihuahua.
Pero como está el estado para criarlos…..
Los embarazos de alquiler de facto se dan cuando ni la mujer que pare sabe de quién es la pobre criatura. También se dan cuando se adoptan embriones que los centros estos ofrecen anónimos. Así fomentan el incesto y se quedan tan anchos.
En los negocios estos con tal de dar un «hijo» a los progenitores histéricos, todo vale. Sería un avance prohibir la FIV y las inseminaciones asistidas que son más propias de la veterinaria donde tuvieron su origen.
Y ya que no lo van a prohibir, al menos, junto al certificado de calidad ISO 9001 les dieran las pruebas de ADN de ambos progenitores. Y no los llamo padres porque ser padres es ser generoso incluso cuando no puedes tener hijos.
Que hay mucha criaturas por el mundo que necesitan de unos padres.
!Ojú! Vamos camino de ser la nación más moderna del mundo mundial. No se por lo que me sospècho que el método tradicional para el embarazo va a quedar anticuado y excepcional. ¿ Que no? Que no ni «ná». Al tiempo, es que cada vez somos más progresistas. Y aviso lo del alquiler de vientre de mujer de clase alta ni está,ni estará ni se le espera. Es que eso de «parirás con dolor» sería cosa de «pobretonas». Pues nada , digo y diré » mamá te quiero», gracias por traernos al mundo a mi y a mis hermanos.Por supuesto no olvido a mi padre.