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Hace 3 semanas Margarita Agudo, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en Navarra (el equivalente a las ejecutivas tradicionales), hacía público un artículo expresando el descontento latente de muchos miembros y simpatizantes de la formación. Agudo, por ejemplo, denunciaba que “Podemos Navarra vive sumido en la deriva política y organizativa desde hace tiempo, en una suerte de sumisión a postulados de otras formaciones políticas, y en un abandono, incluso humillante, de los principios que lo rigen”.
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Agudo señalaba el “desprecio de la Secretaria General por el debate en el Consejo Ciudadano”, el cual se ha manifestado por ejemplo “en las posturas de Podemos respecto a la modificación del PAI, la OPE de Educación, las rebajas en las desgravaciones por planes de pensiones, o las que tienen que ver con el día de Navarra como día del euskera, o, quizás, como día de Euskadi. Lo último ha sido el comunicado en favor del acercamiento de los presos de ETA, cuyo contenido, al incumplir nuestro programa político, ha suscitado el rechazo de algunos miembros del Consejo Ciudadano. Entre los que me incluyo”.
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El texto también recordaba que, en su momento, en el Consejo Ciudadano se habían enterado “por la prensa” de nombramientos tales como la Presidencia del Parlamento o la senadora por Navarra.
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Especial atención merecía en el texto el apoyo de Podemos al Acuerdo Programático que sustenta al gobierno foral, lo que para Agudo puede representar el “mayor fraude” de la actual dirección “toda vez que nuestros estatutos exigen que estos acuerdos sean refrendados por la Asamblea, y con una participación mínima del 10% de los inscritos. Durante todo el verano del 2015 se nos dijo que, por problemas informáticos, no se facilitaba el porcentaje de participación en esta consulta. Hasta que nos enteramos que realmente no se había llegado a ese 10%”.
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Marga Agudo aseguraba que todos estos hechos y otros ponían en evidencia “el liderazgo autoritario, caprichoso y hasta despótico de Laura Pérez Ruano, ya denunciado por la exparlamentaria Fátima Andreo”.
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Y es que efectivamente el de Marta Agudo no es el primer caso de voces discordantes que se alzan en Podemos. La citada Fátima Andreo, diputada foral por Podemos, dimitió en noviembre pasado abandonando su escaño, ante el “continuo cuestionamiento al que me he visto sometida desde el comienzo de mi actividad parlamentaria, así como de la forma de funcionamiento del grupo parlamentario al que pertenezco”. La diputada acusó a Laura Pérez de “Una dirección caótica y desorganizada”, y de presentar “propuestas descabelladas en algunos casos”. Además señaló que a la dirección de Laura Pérez “le sobra desconfianza hacia las y los suyos, autoritarismo, difamación, improvisación; y a la que le faltan dosis de realidad,responsabilidad, transparencia y trabajo serio”.
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A su vez, la dimisión de Andreo vino precedida por una crisis en el Consejo Ciudadano de Podemos en Navarra, como decíamos el equivalente a una ejecutiva tradicional, ya que entre febrero de 2015 y septiembre del 2016, dimitieron 10 de sus 34 miembros. Este órgano se encuentra por tanto en cuadro y ante un evidente problema de representatitividad.
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En Podemos hay total libertad para alabar al jefex
El caso es que la respuesta de Podemos al artículo autocrítico de Margarita Agudo ha sido suspenderla de militancia. ¿Queda así refutado o confirmado el autoritarismo del lauraperezismo? Juzguen ustedes mismos. Alguien podría decir que esto es lo que pasaría en cualquier otro partido en el que se cuestionara al líder bienamado. El problema es que, entonces, ¿qué aporta Podemos a la vieja política? Para ser como los viejos partidos, ya tenemos a los viejos partidos.
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Meterse en un partido neocomunista buscando libertad
Hablando de viejos partidos, lo cierto es que al final resulta difícil no acabar dándole la razón a Laura Pérez a pesar de todo. O a Pablo Iglesias cuando se enfrenta con Errejón. ¿Qué clase de persona se apunta a una formación neocomunista grecobolivariana buscando libertad para criticar al politburó? Realmente, ¿qué se habían creído que era Podemos? Y por tanto, ¿qué culpa tienen Laura Pérez o Pablo Iglesias de que haya tantos ingenuos?
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6 respuestas
Marga Agudo, quién seguramente entró en Podemos de buena voluntad creyéndose aquello de hacer un partido democrático y donde las bases cuenten, acaba de experimentar la implacable Ley de Hierro de las oligarquías que Robert Michels enunció hace 105 años.
Marga probablemente leyó en la Constitución del 78 que los partidos políticos deben funcionar democráticamente, cayendo en la misma confusión que tantos caímos de que si los partidos eran democráticos, el sistema también lo sería.
Que pena que no se cuente lo que Michels explicó.
Aquí parte de su conclusión:
«la oligarquía depende en mayor medida aún de lo que podríamos llamar PSICOLOGÍA PROPIA DE LA ORGANIZACIÓN, es decir, de las necesidades tácticas y técnicas que resultan de la consolidación de todo conglomerado político disciplinado. Reducida a su expresión más concisa, la ley sociológica fundamental de los partidos políticos (…) puede ser formulada en los términos siguientes: “la organización es la que da origen al dominio de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores. Quien dice ‘organización’ dice ‘oligarquía’.»
Pero claro, que ni La sexta Noche, al Rojo vivo, Ana Rosa o la Griso explican estas cosas. Para eso hay que irse a Trevijano.
Lo que ocurre es que a la «lider» de Podemos le ocurre lo que a los galgos … que de casta le viene…
Esto tiene un nombre… se llaman purgas… y ya se practicaron en tiempo de Stalin. Lo de Laura Perez y Pablo Iglesias es lo mismo, aunque no tienen el poder de hacerlos desaparecer como tenía su homólogo sovietico… de momento…
Da igual que sea Podemos que cualquier otro partido. No hay sitio para disidentes en ninguno, sólo para palmeros, que no destaquen por nada para no hacer sombra al jefe (que no líder) de la facción, mediocres en general.
Luego no se extrañen de que los que nos gobiernan sean tan decepcionantes.
Don Javichu , no solo Stalin en la URSS, también purgas en la retaguardia diz que republicana en España. Purgas internas en el PCE de la Pasionaria, y de Carrillo. Purgas en Yugoslavia, en Polonia, Hungria y en cualquier país dominado por los sovièticos, recuerden purgas después de la ocupación de Checoslovaquia por tropas del pacto de Varsovia, Hungria en 1956, en China, en Cuba. Y no se ha acabado: Corea del Norte y siguen.
La purga es consustancial al comunismo, cualquier oposición incluso mìnima a las directrices de la dirección del Partido acaba en expulsión del disidente y en la URSS no solo la expulsión. Ya se sabe el centralismo “ democrático” tiene esas cosas, todo sea por llegar a la sociedad comunista ,especie de paraíso, que tras la dictadura del proletariado aparecerá como el nuevo mundo.
Claro que en los partidos neocomunistas no pueden pasar esas cosas de purgas porque ellos dicen son fundamentalmente “ socialdemócratas” según algún amado jefe. Y luego a lo mejor piensan que nos lo creemos.
No llores Laura que tus papas lo arreglan todo, tu sigue comprando vestiditos y aparenta lo que no eres. Como diría un poético futbolista brasileño:
-Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura, y cuéntame un cuento
Lady Laura, un beso otra vez
Lady Laura
Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura hazme dormir
Lady Laura, un beso otra vez
Lady Laura
Tantas veces me siento perdido
Durante la noche
Con problemas y angustias
Que son de la gente mayor
Con la mano apretando
Mi hombro seguro dirías:
“Ya verás que mañana las cosas
Te salen mejor” –
By the way, «Roma no paga traidores», Navarra tampoco, tic, tac, tic, tac, clonk, clonk.