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¿Hasta cuándo le valdra al cuatripartito la excusa de la “máquina del fango”?
Día sí, día también, se suceden en el Ayuntamiento de Pamplona las informaciones sobre contrataciones públicas que benefician a empresas o personas relacionadas con tal o cual concejal o miembro del gobierno.
La última noticia publicada por navarra punto com, cuando Armando Cuenca apenas acaba de balbucear alguna explicación sobre la compra de libros a la librería de la que es socio, es que Joxe Abaurrea, concejal de Bildu, es administrador de una sociedad, algo incompatible con su cargo.
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Si retrocedemos un poco más en la hemeroteca, nos encontramos con un pequeño aluvión de contrataciones en un breve espacio de tiempo al despacho del hermano de Uxue Barcos, todo perfectamente legal, ético y estético.
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Retrocediendo otro poco aparece la denuncia de UPN señalando que el área de Participación Ciudadana (controlada por Aranzadi-Podemos), había contratado al ex alcalde de Barañáin (Nafarroa Bai), Floren Luqui, dándose la circunstancia de que este es ex compañero del director del Área, Axel Moreno, y ex socio de Andoni Iso, los cuales eran el presidente y uno de los vocales del tribunal que procedió a la contratación de Luqui. En fin, tampoco exijamos mucho a los subordinados si la jefa fue contratada ilegalmente en el concejo que preside su madre y vicepreside su padre.
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Y si retrocedemos otro poco más, lo que nos encontramos es el escándalo en que se vio envuelta Laura Berro, La concejala especial de Podemos para Igualdad y LGTBI, la cual, por culpa de «un pequeño error, un lapsus», participó en la Junta de Gobierno Local que adjudicó a Yoar, asociación de la que su hermana es presidenta, un contrato por importe de 130.000 euros.
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Si todo esto fuera ilegal, habría que llamarlo corrupción, pero si el legal, ¿cómo lo llamamos? ¿El kortijo del kambio?
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Lo que está claro es que si alguien escribe en el futuro un nombre con ese título no lo presentará en Katakrak, porque es improbable que la librería de Spiderman no esté ocupada ese día con la presentación de algún libro en la que intervenga Arnaldo Otegui, acaso alguno de esos libros que luego le compra el Ayuntamiento. Dice Spiderman que es que Katakrak no tiene afán de lucro; o sea, como el Opus. A lo mejor existe una máquina del fango, pero en el kortijo del kambio no parece que para dejar de alimentarla haya escasez de fango.
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Un comentario
El titular creo que no viene a cuento de la noticia acerca del nepotismo del cuatripartito, salvo que «by the way» se quiera dar una bofetada a quien no tiene arte ni parte en el asunto. Buena crónica, muy mal el título.