El 85% de las familias pamplonesas no elige escuela infantil por el vascuence

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En las últimas fechas han sucedido dos noticias significativas en la política educativa, la “obsesión” de los nuevos gestores de la cosa pública foral, según propia confesión.

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La primera de ellas es la aprobación de una resolución en la que el Gobierno de Navarra introduce el criterio de proximidad lineal, concretamente 1,5 kilómetros, a la hora de valorar las solicitudes de admisión en los colegios públicos y concertados de Pamplona, Ansoain, Aranguren, Barañain, Beriain, Berrioplano, Berriozar, Burlada, Cizur, Egüés, Ezcabarte, Galar, Huarte, Noain (Valle de Elorz),Cendea de Olza, Orkoien, Villava y Zizur Mayor. La proximidad por debajo de este límite se valorará con 0,5 puntos, lo que unido a la decisión de eliminar la puntuación por ser los progenitores antiguos alumnos, convierten la proximidad en un criterio que será en muchos casos absolutamente determinante, más que la libertad de elección. De hecho, es precisamente para buscar este objetivo como se interpreta en algunos círculos la aprobación de esta resolución. ¿Por qué 1,5 kilómetros? ¿Habrá estado el consejero Mendoza con un compás midiendo cuántos barrios del norte de Pamplona se quedarán sin acceso a la educación concertada para estableciendo esa distancia concreta? No falta quien sospecha que sí.

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La otra noticia es la realización de una encuesta de satisfacción, por parte del Ayuntamiento de Pamplona, entre las familias que tienen matriculados a sus hijos en las escuelas municipales infantiles (0 a 3 años). El 52,8% de las familias entrevistadas se mostraba satisfechas frente a un 25% de insatisfechas, lo que Bildu interpreta como un aval a todas las medidas que ha venido adoptando en el terreno educativo desde que se se encuentra al frente del ayuntamiento, particularmente los cambios de modelo lingüístico.

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El colectivo de familias afectadas por el cambio de modelo lingüístico en las Escuelas Infantiles, sin embargo, aporta argumentos que permiten una interpretación mucho más crítica de la encuesta.

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Una muestra poco representativa

Para empezar, según señala este colectivo, «de los más de 7.000 infantes de 0 a 3 años empadronados en Pamplona, 5.400 demandan una plaza», mientras que las escuelas municipales sólo ofrecen 1.500 plazas. La satisfacción de las familias con hijos en las escuelas municipales, por tanto, resulta escasamente representativa.

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La expulsión de los descontentos, aumenta el porcentaje de satisfechos

El colectivo denuncia además que «es interesante ver cómo los padres que solicitan educación en euskera para sus hijos tienden a matricularlos en Escuelas Infantiles del Ayuntamiento, mientras que los padres que solicitan educación en castellano con inglés han matriculado a los suyos en una abrumadora mayoría en centros privados o concertados». La explicación de esta circunstancia sería el «efecto expulsión que ha generado la reestructuración de las Escuelas Infantiles Municipales del año pasado entre los padres que preferían el castellano con inglés y el efecto llamada que ha generado en los padres que preferían el euskera». Esta situación también ayuda a entender la satisfacción del 52,8% de los usuarios “ya que los que no lo están se han visto obligados a marcharse a otros centros».

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Se da la curiosa circunstancia además, de que «las Escuelas Municipales Infantiles que fueron reestructuradas para ofertarse en euskera este curso no han alcanzado el número de alumnos del año anterior», ya que «la mayor parte de los padres que demandan euskera tampoco están dispuestos a moverse a otro barrio para conseguirlo». Unos párrafos más adelante incidiremos en la idea de que el criterio básico de elección para los padres es la proximidad, no el modelo lingüístico. Entretanto, “las listas de espera en castellano y castellano con inglés son mayores que nunca, siendo especialmente afectadas las de Mendebaldea y Hello Azpilagaña».

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La sensación de este colectivo es que podría acusarse al cuatripartito de «utilizar los idiomas para expulsar del sistema público a una parte de la población y así tratar de garantizar plazas para la otra parte».

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Menos del 15% elige la escuela principalmente por el vascuence

Por lo demás, el modelo lingüístico más demandado es el español con inglés (41-43%), seguido del vascuence (30-32%) y del modelo sólo en español (18-19%).

La propia encuesta, sin embargo, pone de manifiesto que entre el 65-70% de los padres eligen la escuela infantil por proximidad al domicilio o al puesto de trabajo, mientras que solo el 12-13% lo hace basándose en el modelo lingüístico. Es decir, incluso entre los que eligen el modelo en vascuence los hay que lo hacen también por primar un criterio de proximidad, más que por el propio vascuence. Esta conclusión, según el colectivo de afectados, «echa por tierra el argumento de zonificación en el que se basó la reestructuración de las Escuelas Infantiles el pasado febrero». El criterio real del Ayuntamiento sería “gobernar solamente para ese 12-13%”.

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La encuesta también refleja que un 64,1% de los entrevistados valora negativamente el proceso de matriculación por los cambios de modelo impuestos en los centros, así como que entre los padres más jóvenes se incrementa la demanda de español e inglés, concretamente hasta el 79,4% en los padres menores de 30 años. Da la impresión, por otra parte, de que esta encuesta se realiza un año después de imponer el cambio de modelo en vez de haberla hecho antes, para ver cómo y en qué sentido se hacía ese cambio. Un cambio que además, por todo lo comentado, no parece demasiado avalado a posteriori por los resultados del estudio, contrariamente a lo que aduce Bildu.

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En definitiva, la combinación de estas dos noticias reafirma la percepción de que tenemos un gobierno que utiliza los resortes del poder a todos los niveles para que, en vez de facilitar la libertad de elección de las familias, esta se vea estorbada todo lo posible para que sólo puedan elegir lo que el cuatripartito quiere que elijan.