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El suceso que les vamos a contar ha tenido lugar en Huarte.
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Resulta que el Ayuntamiento de Huarte es propietario de una bajera en un inmueble, en el que lógicamente viven unos vecinos.
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Un día, los vecinos se encuentran con que la pared de la bajera se ha convertido en un enorme y feo cartel denunciando la tortura, véase la foto.
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Puesto que la bajera es de propiedad municipal, los vecinos se quejan al Ayuntamiento.
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El Ayuntamiento responde a los vecinos citando la aprobación de una moción en la que el consistorio se suma a un manifiesto contra la tortura firmado por una serie de personalidades, el cual dice que la tortura es una cosa muy mala.
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Enterada de la aprobación de esta moción, una persona de Huarte eleva una petición al Ayuntamiento para hacer la pintada en la pared de la bajera municipal.
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El alcalde, enterado de la petición, resuelve conceder el permiso para hacer la pintada.
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El Ayuntamiento responde a los vecinos que retirará el “mural” tan pronto como desaparezcan todas las torturas “en el mundo”.
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Como consecuencia, los vecinos tendrán que seguir soportando en la pared de su casa el horrible mural.
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Cosas que sólo pasan en los ayuntamientos de progreso
¿Conseguirá el mural acabar con la tortura o sólo afear la pared? ¿Cuál de las dos cosas conseguirá en mayor grado? Que con la pintada se vayan a acabar las torturas está por ver, pero el objetivo de afear la fachada ya se ha logrado. Obviamente a nadie nos parece bien la tortura, inlcuidos los vecinos, pero se puede estar absolutamente en contra de la tortura y no desear vivir en medio de una pintada gigante. Todo esto, además, puede llevarnos a alguna reflexión adicional.
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En primer lugar, habría que ver si el Ayuntamiento puede o no puede hacer lo que le venga en gana, con o sin el consentimiento de los vecinos, en la pared de la bajera de un inmueble que no es del Ayuntamiento. Seguramente la resolución de esta cuestión entraría en el ámbito jurídico.
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Por otra parte, incluso en la hipótesis de que el Ayuntamiento pueda autorizar las pintadas en la pared de una bajera de su propiedad, cabe cuestionar si se trata o no de un comportamiento adecuado, recomendable y respetuoso.
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¿No debería ser neutral un espacio público?
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Si todo el mundo está en contra de la tortura, ¿aporta algo un cartel contra la tortura? No confundamos el no estar contra la tortura con el estar en contra de un cartel contra la tortura.
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¿Y si otro ayuntamiento en otro lugar decide que en la pared de una bajera municipal se haga una pintada contra el aborto o contra la cristianofobia? ¿Les parecería bien a los mismos que ahora apoyan esta pintada? ¿Vamos a convertir nuestras ciudades y pueblos en una sucesión de fachadas cubiertas de eslóganes y consignas? ¿Es esto lo que queremos?
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Hay que tener en cuenta, además, que la pintada a la que nos estamos refiriendo es sospechosamente parecida a otra que fue objeto de una notable polémica en Burlada. En aquella ocasión llegó a detenerse a los autores de la pintada por injurias a la Guardia Civil. Entre los detenidos, que contaban con el beneplácito del Ayuntamiento de Burlada, se encontraba Txelui Moreno, portavoz en Navarra de Sortu. Es decir, da la impresión de que ni siquiera estamos ante una obra particular contra la tortura en general, sino ante una iniciativa concreta de Sortu-Bildu. Si ya dedicar las paredes municipales para pintar consignas políticas sería discutible, evidentemente lo es mucho más si de lo que se trata es de ceder la pared para una campaña de una formación política o vinculada a una formación política concreta. A esto se le podría denominar como una utilización partidista de un espacio público, y por tanto de todos, incluidos los que detestan a Sortu.
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Nos encontramos además ante una curiosa paradoja. Decíamos que una cosa era estar en contra de la tortura y otra muy distinta estar a favor de la pancarta. Por lo que se ve, también es posible estar a favor de la pancarta y a favor de la tortura. O al menos Sortu-Bildu ha evitado insistentemente denunciar la tortura cuando la tortura la realizaban los afines a Sortu. Los líderes de la izquierda abertzale esgrimen carteles contra la tortura y fotos de torturadores con la misma soltura.
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Todo lo anterior invita a pensar que la inocencia de la pintada contra la tortura resulta bastante cuestionable, como la propia estética de la misma en la fachada. Da la impresión de que iniciativas como esta responden a la excesiva ideologización, hipermovilización e hipermilitancia de algunas formaciones, que pretenden convertir las ciudades o las localidades en la que gobiernan en su escaparate ideológico particular.
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Significativo además que estemos hablando de una pintada con permiso de la autoridad municipal. Es decir, suele haber tres tipos de escenarios para las pintadas según el pais. En el primer tipo, las pintadas se hacen contra la autoridad, porque no hay otra forma de expresar las opiniones contra la autoridad. En el segundo escenario no hay pintadas, las paredes y fachadas relucen limpias y cuidadas, porque si alguien quiere expresar una idea puede ir con ella a la tele y a los periódicos, fundar un partido político o escribir un blog. Pintarrajear las paredes no es por tanto aprovechar el único canal para poder expresarse sino vandalismo. Por último, tenemos el escenario en que el gobierno bendice las pintadas. Este escenario suele darse en los regímenes totalitarios, en los que proliferen las imágenes o los mensajes del agrado del régimen en cuestión. Juzguen ustedes en qué escenario encajaría mejor el caso que les estamos contando.
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8 respuestas
Corea del Norte transplantada a Navarra, con poca asuuuuucar castrista (porque tienen escasez) y alguna fruta tropical, básicamente bananera.
Ah, y el puntito identitario y racistas del batúa. No hay más, nada más, no se empeñen en buscar.
Vale, por una vez parece que hay vecinos que se quejan de esas pintadas y esas mierdas. Todavía queda gente normal por esaos aytos fuerapuertas. Entonces, que bajen a pintarlo y taparlo. Yo si tuviese una propiedad pintarrajeada la taparía una y mil veces, asi ponga «ETA» o «jenni te quiero». No entiendo las p… pintadas. Son una guarrada.
Vaya cinismo se gasta el ayuntamiento, menuda banda de sinvergüenzas. ¿Eso es un ayuntamiento de todos, que ayuda a los vecinos? Hijos de puta
Eso es lo que pasa cuando votas directa o indirectamente a Bildu, que te van a poner las paredes perdidas con sus grafitis y mierdas entre otras cosas. Dentro de poco acabaremos como en Venezuela, en donde no hay pared sin imagen o frase de culto a Chávez.
En Azpilagaña ya han manchado el fronton y un par de muros con grafitis de mierda con el beneplácito de Asirón
Vaya cinismo se gasta el ayuntamiento, menuda banda de sinvergüenzas. ¿Eso es un ayuntamiento de todos, que ayuda a los vecinos?
Eso es lo que pasa cuando votas directa o indirectamente a Bildu, que te van a poner las paredes perdidas con sus grafitis y mierdas entre otras cosas. Dentro de poco acabaremos como en Venezuela, en donde no hay pared sin imagen o frase de culto a Chávez.
En Azpilagaña ya han manchado el fronton y un par de muros con grafitis de mierda con el beneplácito de Asirón
Sería curioso conocer la identidad de esa persona empadronada en Huarte (¡ojo! no quiere decir que viva allí) que solicitó la pintada del cartel. En varios pueblos de Navarra ha proliferado el empadronamiento de elementos «importados» del «norte de Castilla» (Ulzama, dixit) con fines políticos perfectamente imaginables. Tampoco sería descabellado pensar, que el peticionario no se encuentre lejos del área Consistorial.
¿Os habéis fijado lo que dura una pequeña pegatina con la bandera de España en cualquier punto de Pamplona? No dura una noche. ¿Por qué? Porque siempre hay un fatxa vasco dispuesto a quitarla, pintarla, borrarla… Eso sí, luego llaman fatxas a los que se las quitan a ellos, que son muy pocos pues nadie se atreve. Motivo, la fuerza bruta de todos estos 50 años de imposición y que todavía perdura.
Ante hechos como los del ayuntamiento de Huarte, gobernado por esos fatxas vascos se impone pintar por encima cosas como EtA, Bildu, Herri-Batasuna asesinos, fascistas, etc. o cosas así. Al final lo tendrán que borrar. Digo yo. No hay fuerza bruta que dure 100 años…
Tambien nosotros estamos en contra de la tortura, así la que practicaban los bolcheviques , comunistas roji pardos racistas de los etarras , sus cómplices , y lo que pomposamente se llama su entorno aberchalisimo . Por ejemplo, secuestrar durante meses a un funcionario manteniendolo como un topo en un agujero infecto, o bien a un joven concejal para asesinarlo de un tiro en la cabeza por el cobarde de turno.O secuestrar a tres jovenes que habian ido a Francia a ver cine o divertirse y tras torturarlos enterrarlos , todavía se desconoce el lugar de su inhumación.Asi más de 75 casos y varios asesinados. O coaccionar mediante la exclusión social a quienes no piensan como ellos.
Tambien estamos contra esa formas de tortura. Vease las acepciones en el DRAE de la palabra tortura.
Tambien queremos saber donde han ido , a que entidades, a que personas , quienes se han beneficiado del botín obtenido en secuestros, empresas montadas al servicio de los torturadores etarras marxistas-leninistas . Queremos saber quienes son los asesinos torturadores rojipardos de mas de 300 españoles y que todavía no se conocen.
No hay que andarse con «txikitas» con estas tonterías batasunis:
Se va a otro pueblo (cuando más grande mejor)
Se compra en una tienda (cuanto mas grande mejor y sin cámaras para que no haya registro) pintura y brocha gorda con dinero en efectivo para no dejar pistas con la tarjeta visa
Se espera un tiempo prudencial de un mes, mes y medio
Y un domingo de madrugada se baja y se pinta sobre la pintada algo como una frase con una buena obscenidad de carácter sexual (lo de sexual lo aconsejo para que actúen rápido) a ser posible ofensivo para un buen batasuni.
Si el ayuntamiento lo limpia y deja la pintada de nuevo se espera otro mes, mes y medio y se vuelve hacer lo de antes
La guerra es la guerra y gana el que tiene razón