En 1971, el escritor Manuel Iribarren ideó la siguiente letra para la vieja «Marcha de las Cortes de Navarra»:
“Por Navarra/tierra brava y noble, siempre fiel/que tiene por blasón/la vieja ley tradicional./Por Navarra/raíz de España libre/proclamemos nuestro unánime y viril afán./En fraterna unión/con foral tesón/laboremos e incansables juntos lograremos/honra amor y paz”.
En 1987, con motivo de la celebración del día de Navarra esa letra se adaptó, retocó y censuró para dar lugar a la letra del vigente y oficial «Himno de Navarra».
«Por Navarra /tierra brava y noble, siempre fiel/ que tiene por blasón/ la vieja ley tradicional./ Por Navarra/ pueblo de alma libre/ proclamemos juntos nuestro afán universal./En cordial unión,/ con leal tesón, /trabajemos y hermanados todos lograremos/ honra, amor y paz».
Dejando aparte algunas otras variaciones discutibles es evidente que, por la razón que sea, en 1987 no era ya políticamente correcto hablar de Navarra como «raíz de España libre». Y así nos va.
El himno, sin embargo, sigue arrancando impetuoso con ese «Por Navarra» que nos sobrecoge, y nos anima a dar por nuestra Patria foral lo mejor de nosotros mismos. Son malos tiempos para la navarridad. Es mucho lo que habría que hacer «por
Navarra». Quizá convenga darle una pensada.