Por fin ha llegado el 16 de noviembre y después de tres horas de trabajo nocturno los operarios enviados por Joseba Asirón han procedido a retirar los restos de DOS de los enterrados en la Cripta del «Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada». Se trata de Munárriz y Martínez Chasco. Son aquellos cuyas familias los han reclamado, no sabemos hasta qué punto con la libertad y el sosiego necesarios. De hecho, para proceder a este traslado de restos, nunca han sido necesarias ni la intervención del alcalde, ni de los jueces. También la familia del General Mola retiró los restos hace algunos días. Están en su derecho. Cuestión aparte, que se presta a un interesante debate jurídico y ético, es determinar por qué la familia actual, o algunos de los descendientes ya lejanos del difunto, tienen la legitimidad moral necesaria para revocar la decisión de enterramiento a perpetuidad que en su día tomó su propia familia.
En estos momentos continúan por tanto descansando en paz -aunque entre las 12:00 y las 03:00 h de anoche fueron importunados por los que se llevaban a sus vecinos-, los restos del general Sanjurjo, hijo predilecto de Pamplona, y los de cuatro voluntarios más.
No sabemos -el Ayuntamiento y los jueces irán informando en las próximas horas- cuánto tiempo durará ese descanso.
Adjuntamos algunas fotografías que son un testimonio fehaciente de cómo el alcalde de Pamplona vela por el orden y la ley en la capital del Reyno.
4 respuestas
Lo han hecho al estilo Bildu, de noche y sin testigos incómodos.
Los de BilduETA, cuando no tienen (o no les conviene) a quién mandar a la tumba, se dedicar a revolver a los muertos. La necrofilia de esta gente es de psiquiatra (como poco)
Me intrigan a donde habrán ido a parar los restos de Mola, soy familiar suyo y los llevo al Valle de los Caídos, para seguir fastidiando
Necrófilos con nocturnidad. En su estilo fascirrojo y nazicarca.