Uno de los pivotes de las críticas a Trump ha sido su supuesta xenofobia y su propósito de expulsar a los inmigrantes ilegales de los EEUU. Esta propuesta ha tenido una primera concreción aproximada por parte del presidente electo, que circunscribe la medida a los ilegales que hayan cometido delitos lo que cifra las posibles expulsiones en unos 3 millones de personas.
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¿Es xenofobia expulsar a las personas que han venido de fuera a cometer delitos? ¿No es más bien delincuentofobia? ¿Alguien quiere acoger a los 3 millones de delincuentes que expulse Trump?
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El caso, no obstante, es que tanta repercusión se ha dado a la propuesta de Trump como poca repercusión se le ha dado al hecho de que, durante los años de presidencia de Obama, se han expulsado de los EEUU a casi 3 millones de inmigrantes ilegales.
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160120_obama_deportaciones_eeuu_dgm
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George W. Bush, por su parte, deportó a 2,01 millones de personas; eso sí, por su récord de expulsados, los líderes de la comunidad latina denominaron a Obama «Deportador en Jefe» (Deporter in Chief). ¿Cómo es que sólo nos habíamos enterado de que era Trump el que iba a deportar ilegales por millones? ¿O es que con Trump se convierte en piedra de escándalo lo que hasta llegar Trumo era bastante normal? Da la impresión de que algunas críticas a Trump son tan merecidas y ponderadas como el Nobel de la Paz a Obama.
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Aparte de la doble vara de medir habitual, lo que estamos viendo estos días es a manifestantes partidarios de Hillary Clinton oponiéndose a reconocer el resultado electoral. ¿Será que no pudieron votar hace cuatro días todos los que ahora se manifiestan? ¿No era Trump el que iba a tener problemas para aceptar el resultado democrático de las urnas? Parece que no era el único.
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No podemos dejar de pensar, por otra parte, en el tiempo que se nos lleva bombardeando con que Aznar, Bush y Blair eran unos genocidas. González era el señor X. Los recortes de Rajoy matan. Los franceses tienen lo que se merecen en Niza y Paris por bombardear Libia y Siria. Putin es otro genocida… Al final, si nos creemos todo esto, Trump es un bendito en comparación. O era mentira todo lo anterior, o de momento Trump es mucho mejor.
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Aquí en España tenemos además escandalizados con todas las cosas que ha dicho Trump a quienes han dicho que, si ellos llegan al gobierno, los magistrados del Tribunal Constitucional o los vocales del Consejo General del Poder Judicial serán designados, además de por los criterios clásicos de mérito y capacidad, por su compromiso con el programa del Gobierno, algo considerado como “aberrante” por jueces y fiscales así como atentatorio contra la separación de poderes, uno de los pilares esenciales del estado de derecho..
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Esos mismos que se escandalizan con Trump resulta que luego votan a un político que dice que “La existencia de medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión”, por lo que para defender la libertad de expresión todos los medios tendían que ser del gobierno.
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Es también curioso ver a políticos que se escandalizan con Trump defendiendo que Otegui pudiera ser lehendakari o directamente gobernando con Bildu. A Trump al menos aún no le hemos visto llevando a hombros el ataud de un etarra con la bandera de la organización terrorista en la tapa.
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Los mismos que no condenaron las agresiones de Alsasua por supuesto se escandalizan con Trump.
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Y luego tenemos a los que van por ahí con banderas de la URSS o felicitan a Castro y luego andan midiendo con un metro de 3 centímetros los estándares democráticos de Trump. Si la gente percibe que la izquierda de progreso tiene una vara de medir para los suyos y otra para los demás, normal que su credibilidad y su influencia se vaya perdiendo.
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Hablando de Castro, una de las claves de la victoria de Trump ha sido precisamente su victoria en Florida y la adjudicación de sus 29 votos electorales. A nadie se le escapa que la victoria de Trump es este estado clave puede estar muy relacionada con el voto cubano y la decisión de Obama de normalizar relaciones con los Castro. Una forma alternativa de analizar el resultado electoral es por tanto que Trump es presidente gracias a Fidel Castro. Obviamente Trump no ganó sólo en Florida, sino en todos los demás estados que le hacían falta y además en Florida, bien es cierto que en casi todo el resto de estados la victoria republicana resultaba previsible y en Florida en cambio sí es desacostumbrada.
3 respuestas
El otro día escuché un último argumento izquierdoso muy divertido sobre la victoria de Trump: Había conseguido el triunfo porque le habían votado los estados donde más tontos hay, según el artista, en los estados sureños no hay universidades, centros tecnológicos, solo agricultura y poco más, ¡vamos gente rural, analfabeta etc…!.
Expulsar a un ilegal, no es un acto de fascismo, es un acto legal.
Si existen leyes que así lo establecen, éstas, deben ser cumplidas. Esto, es como las herencias, si aceptas la misma aceptas tanto la carga positiva como la negativa.
La cuestión es que los ilegales mantienen una laaaaaarga lista de vividores, entiéndase ONG’s, asociaciones…es mucho más cómodo «defender» a un ilegal y vivir de las subvenciones que levantarse a las 5 para ir a trabajar por 1000 euros.
Oriamendi ha dado en el clavo. La pasta que los progres se embolsan por decir defender a los más diversos colectivos y kolektibos. Sin cuento pero con una gran cuenta.
Y si no hay, se inventan, se traen o se falsifican datos.