En una entrevista concedida a la agencia Efe y publicada por Diario de Noticias, Sanz ratifica su propuesta de que sea la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, su sucesora tanto en la presidencia del partido como en la del Gobierno de Navarra. Descarta completamente la posibilidad de que se produzca ninguna bicefalia: “No existe esa hipótesis de que pueda haber una persona para presidente del partido y otra persona, en este caso Barcina, para la presidencia del Gobierno”. Tal premisa se sustenta en la propia determinación de Yolanda Barcina, la cual "ha dicho desde el primer momento que no será candidata si no es presidenta de UPN". Este planteamiento resulta, a juicio de Sanz, "legítimo" y en ningún caso supone "ningún chantaje" sino que es "lo razonable".
Miguel Sanz asegura en la entrevista, no obstante, que una hipotética presentación de Alberto Catalán para optar a la presidencia no plantearía “ningún problema” en las filas regionalistas. Eso sí, invita al secretario general a que se pronuncie cuanto antes sobre qué es lo que piensa hacer: ”Lo que tenga que decir, lo tiene que decir rápidamente para no generar incertidumbres, dudas o malestar”.
El futuro de Sanz.
Miguel Sanz reconoce en la entrevista que le gustaría, como mínimo mientras todavía sea presidente del gobierno navarro, formar parte del comité ejecutivo de UPN. Añade además que “mi responsabilidad estará al lado de quien presida el partido y siempre estaré dispuesto a colaborar desde una segunda fila”. Advierte sin embargo que “no me apetece ocupar ninguna presidencia de honor porque yo voy a seguir en activo”.
Amigo de Rajoy.
A pesar de los recientes acontecimientos que han desembocado en la ruptura entre el PP y UPN, Miguel Sanz sigue considerando a Mariano Rajoy como un “amigo personal”, y cuenta cómo “ha estado en la boda de mi hijo, hemos mantenido unas relaciones personales magníficas y de absoluta lealtad. Tenemos un distanciamiento pero estoy convencido de que nuestra amistad perdura".
Liberal, conservador, socieldemócrata y progresista.
Respecto a esta ruptura, el presidente de UPN destaca “todas las consecuencias positivas” de la misma, “y la primera es que UPN ocupa geográfica y políticamente un espacio muchísimo más centrado puesto que aparece un partido por la derecha”. Sanz considera que “las personas que conforman el PP navarro son las personas más representativas del pensamiento más de derechas que anidaban entonces en UPN”, de forma que “nos hemos quedado quienes representamos la ideología más liberal, también conservadora pero menos que los que se han ido, y más socialdemócratas incluso, más sociales en cuanto al pensamiento y las políticas de progreso”.
La pizarra y el PSN.
En cuanto a votos, según Sanz el centro derecha “puede sumar más por separado que juntos” y considera ahora UPN tiene "mucha más flexibilidad y más margen de maniobra para poder pactar con el Partido Socialista”. Entre otras cosas, explica, “porque es muy difícil sostener un pacto de colaboración con el Partido Socialista cuando estás representando a unas siglas que a nivel nacional está en permanente confrontación y además sin voluntad de colaborar en los grandes asuntos de Estado”.
El AVE.
Respecto al AVE, el presidente señala que “no hay que preocuparse, hay que ocuparse”, y que si su llegada a Navarra se está demorando esto se produce “única y exclusivamente por cuestiones económicas, porque están buscando el encaje económico en la actual coyuntura económica que tiene la Administración central del Estado, que es complicada”.