El director de un colegio concertado de Madrid, con ideario católico, ha tenido a principio de este curso la idea de enviar una carta a los padres con una serie de reflexiones, incluyendo una sobre la Ley de Identidad y Expresión de Género aprobada por la Comunidad de Madrid (por unanimidad de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) este mismo año.
En dicha carta, en la que previamente se había hecho mención también al horror de los atentados islamistas de este verano, como el de Niza, el director del centro lamenta la aprobación de la citada ley por “prescindir de la verdad natural del hombre y del derecho inalienable de los padres a la educación de los hijos”. Además se lamenta del dogmatismo contra quien piensa diferente a este respecto y de “pretender imponer una ideología a fuerza de sanciones”, lo que lleva al director del centro a sugerir un “parecido” con el sectarismo que sirve de caldo de cultivo a los terroristas. Es posible que la frase no haya resultado afortunada porque el debate del contenido de la carta se ha reducido a esta frase sin la que el resto del texto no pierde un ápice de sentido.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha declarado que “discrepamos absolutamente” con las palabras del director y que se han “enviado al centro a los inspectores, para que ver qué actuaciones puede realizar la Comunidad de Madrid puesto que se trata de un centro sostenido con fondos públicos”. Los colectivos LGBT han reclamado que se excluya a este centro del concierto educativo. La reacción ante las palabras del director muestran que efectivamente hay que medir mucho las palabras a la hora de cuestionar la ideología de género y que rápidamente se activa el aparato represor del gobierno contra cualquier sospechoso.
Preámbulo de la Ley de Identidad y Expresión de Género de la Comunidad de Madrid
La ley sobre la que polemiza el director del colegio asegura en su preámbulo que la definición del sexo-género de una persona «va mucho más allá de la apreciación visual de sus órganos genitales externos en el momento del nacimiento, y que el género no es un concepto puramente biológico, sino, sobre todo, psicosocial».
La ley asegura que en la persona imperan las características psicológicas que configuran su forma de ser y se ha de otorgar soberanía a la voluntad humana sobre cualquier otra consideración física. “La libre determinación del género de cada persona ha de ser afirmada como un derecho humano fundamental, parte inescindible de su derecho al libre desarrollo de la personalidad”.
En su artículo 1, la ley define identidad sexual y/o de género como “la vivencia interna e individual del género tal y como cada persona la siente y autodetermina, sin que deba ser definida por terceros, pudiendo corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, y pudiendo involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido”.
Alguien podría pensar que esto es como decir que la raza de una persona no tiene que ver con su raza biológica y que en el DNI debería poder elegirse la raza a la que uno, en virtud de su derecho de autodeterminación, quiere pertenecer, e incluso que la Seguridad Social debería facilitarle a cualquiera una reasignación de raza acorde con la raza a la que siente que pertenece. Por alguna extraña razón, esto parece menos absurdo si lo decimos del género en vez de la raza. De hecho, si lo dijéramos de una raza pensaríamos que estamos más ante un caso de racismo que ante un problema de correspondencia entre la raza exterior e interior de la persona. En realidad a nadie se le ocurre hablar de una raza interior y otra exterior desde Michael Jackson. Y probablemente su caso no era el de un blanco encerrado en el cuerpo de un negro sino el de un negro traumatizado por el racismo.
Argumentalmente, no tiene demasiada lógica pretender que alguien es lo que siente que es y que no hay una realidad objetiva al margen de los sentimientos o las percepciones de uno. Podemos decir que los hombres que se sienten mujeres son mujeres, pero entonces habrá que distinguir entre las mujeres con vagina y las mujeres con pene. O las mujeres con vagina y las mujeres a las que se les ha amputado el pene. Obviamente las mujeres con pene o pene operado se seguirán sintiendo discriminadas porque hay una diferencia biológica que, aunque por un lado se pretende que es irrelevante, por otro se considera fundamental y se prevé el despliegue de todos los recursos necesarios para intentar hacer coincidir artificialmente el género subjetivo con el género real, cosa que por otra parte nunca se consigue de manera total.
Reducir las cosas a mero subjetivismo o psicologismo, por otro lado, nos llevaría a tener que aceptar que alguien fuera médico, luxemburgués, joven o negro aunque realmente fuera auxiliar administrativo, nepalí, amarillo y octogenerio. Habría que preguntarse además si es más lógico reasignar la realidad para que coincida con la percepción que la gente tiene de ella o reasignar la percepción para que coincida con la realidad. Cuando alguien salta desde una ventana, la gravedad no tiene tanto en cuenta la percepción de quien salta, que puede pensar que hay un metro hasta el suelo, que la realidad de que hay 50 metros. Es por ello que suele ser aconsejable adecuar la percepción a la realidad que no lo contrario. No necesariamente se le hace un favor a nadie diciéndole que salte y que lo importante es su percepción subjetiva de la altura y no la altura real.
Obviamente no discutimos que hay personas con problemas respecto a su identidad sexual, tanto físicos como psicológicos, que tales personas deben ser ayudadas y que evidentemente estas personas merecen el máximo respeto y que de ningún modo pueden ser perseguidas o insultadas.
Otra cosa es, sin embargo, que la idea de que la identidad sexual es una cuestión meramente psicológica debe ser aceptada como indiscutible, e impuesta con carácter general a todos los ciudadanos mediante un sistema de sanciones gubernamentales a quien lo cuestione. Efectivamente, hay en esta actitud un germen totalitario.
4 respuestas
Es que Cristina Cifuentes es liberal, y como muchos liberales persigue a los que no piensan como ella. Esta tipa que solo puede caber en el PPSOE de Mariano.
lo que deberían de hacer lo colegios de TODO EL MUNDO, es inventarse un NUEVO PAIS que empiece por EUSK, como hacen los del norte del Reyno de Castilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones, y que también nos quieren VENDER esa moto de NUEVO PAIS a los de nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA, y así todo SOLUCIONADO, los niños serian mas felices con esos SUEÑOS Y FANTASIAS, y si no para muestra hay un botón, y ese botón se llama ikasTROLA… o TV LOCAL (ETB) del norte del Reyno de Castilla, vamos que no hay mas que mirar lo felices que son los niños que estudian en las ikasTROLAS cuando les dicen que existe un nuevo país que empieza por EUSK, y se les cae la BABA a esos POBRES NIÑOS con los SUEÑOS y FANTASIAS que les cuentan sus profesores con historias tan FANTASIOSAS…. que ni DISNEY sería capaz de inventarlas, y si ademas de todo eso adornas los colegios o ikasTROLAS con FOTOS de TERRORISTAS y PRESOS…., o banderas del PNV… ya es la HOST….., y ademas en el norte del Reyno de Castilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones) te llenan la ikasTROLA de subvenciones para AYUDAR a esos SUEÑOS y FANTASIAS, bueno en la actualidad gracias a que gobiernan en nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA las SUCURSALES que nos pusieron los del norte del Reyno de Castilla, y que PERDIERON las ultimas elecciones, también aquí te llenan de subvenciones si enseñas a los niños con SUEÑOS Y FANTASIAS de países QUE NUNCA HAN EXISTIDO, así que un CHOLLOOOO eso de METERLES a los NIÑOS SUEÑOS y FANTASIAS de PAISES QUE NUNCA HAN EXISTIDO.
Dña. Patricia: la Sra. Cifuentes tiene de liberal lo mismo que un servidor de obispo de Mondoñedo. La Sra. Cifuentes es una más de la colección de socialistas que hoy mandan en el PP. No la confunda Vd. con Esperanza Aguirre, marginada y maltratada en su partido por su carácter liberal, con ella de presidenta, esa ley ni se habría planteado.
Que se legisle sobre la biología, resulta cuando menos pretencioso. Espero que en unos años, en las facultades de políticas se estudie está ley como ejemplo de los jardines en los que un legislador nunca se debe meter. Y espero por el bien de todos que sea pronto.