¿Es muy demócrata la presidenta del Parlamento?

Las idas y venidas de la bandera de la UE en el balcón de la Diputación sin duda son completamente ignoradas en Bruselas, pero no dejan de deparar grandes momentos en nuestra pequeña y excéntrica comunidad foral.

En el mes de marzo, la Mesa de la Cámara acordaba, a propuesta de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos-Ahal Dugu e I-E, que la bandera de la Unión Europea no ondee en los lugares oficiales del Parlamento de Navarra. De esta manera se expresaba el rechazo al acuerdo entre la UE y Turquía en virtud del cual la UE devolverá a Turquía a todo extranjero que llegue ilegalmente a las costas de Grecia, a cambio de un pago de 6.000 millones de euros al país otomano para atender a los refugiados y eximir a sus ciudadanos la necesidad del visado para viajar por el territorio comunitario.

El 19 de septiembre, sin embargo, el Parlamento de Navarra aprobaba a través de la Junta de Portavoces una declaración institucional reclamando “volver a colocar la bandera de la Unión Europea en su fachada principal y en todas las instalaciones oficiales de la Cámara”. Esta decisión se aprobaba con el apoyo de UPN, PSN y PPN y el voto en contra de Bildu, Podemos e I-E. La clave de la aprobación, por tanto, fue la abstención de Geroa Bai. Koldo Martínez explicó a este respecto que su grupo se abstuvo al pensar que «el acto de protesta simbolizada en la retirada ha llegado a su fin».

El caso es que, al día siguiente, la Mesa del Parlamento rechazó volver a colocar la bandera con los votos a favor de Alberto Catalán y Oscar Arizcuren (UPN), los votos en contra de Ainhoa Aznárez (Podemos) y Maiorga Ramírez (EH Bildu), y la abstención de Unai Hualde (Geroa Bai). Pese a empatar los síes y los noes, el reglamento prevé el rechazo de las propuestas que no tengan mayoría.

Nos encontramos por tanto ante una exigencia de todos los grupos del Parlamento, a través de sus portavoces, que rechaza un órgano, la Mesa del Parlamento, en el que no están representados todos los grupos. Es decir, un órgano que no es representativo de la aritmética parlamentaria rechaza la reclamación de otro que sí lo es. De ahí que quepa preguntarse, ¿es una gran demócrata la presidenta del Parlamento de Navarra dando la espalda a la mayoría del Parlamento que preside?

Podría volver a recordarse, por no relatar todo esto sin entrar en el fondo de la cuestión, que una cosa es la bandera de Europa y otra la UE, o los órganos de la UE, o las decisiones concretas y puntuales de los órganos de la UE. Todo el mundo entiende, por ejemplo, que la bandera de Cuba merece un respeto que no merece su gobierno. Uno no paga con las banderas los desacuerdos con los gobiernos.

Al margen de esta cuestión, ahora nos encontramos totalmente desarmados ante la posibilidad de que la UE haga algo que vuelva a disgustar al cuatripartito, porque al no tener colocada la bandera no podríamos volver a quitarla como acto de protesta. Por amor a la democracia o en previsión de la remota posibilidad de que la UE haga alguna vez algo que no le guste, la presidenta del Parlamento haría bien en volver a poner la bandera. Da la impresión además de que esta es una de esas cosas con las que no nos entretendría el nuevo gobierno si en vez de hablar de ella pudiéramos hablar de todo el empleo que se ha creado, de lo que han bajado las listas de espera o de la cantidad de empresas que se están viniendo de todas partes a Navarra. Porque sería muy estúpido por parte del tetrapartito poner el foco en la bandera de la UE en vez de en sus grandes logros sociales y económicos, si los estuviera teniendo.