El detonante que ha hecho subir las cuentas de Cintruénigo a las páginas de Diario de Navarra ha sido un informe elaborado por el departamento de Administración Local del Gobierno de Navarra, en el que se califica de "inviable" la situación económica del Ayuntamiento. Las cuentas del Ayuntamiento, por ejemplo, presentan en 2007 un remanente de tesorería negativo que asciende a los dos millones de euros. Navarra Confidencial, sin embargo, ya adelantó hace un mes la delicada situación no sólo del ayuntamiento de Cintruénigo, sino también de una gran parte de nuestros ayuntamientos.
Dos préstamos urgentes que se deciden hoy mismo.
El Ayuntamiento de Cintruénigo necesita una inyección de dos millones de euros con carácter inmediato. A tal fin, podemos revelarles que el consistorio ha solicitado un par de préstamos. Un préstamo de casi un millón de euros en concepto de refinanciación, para hacer frente al pago de la deuda; otro préstamo de casi otro millón para pagar las nóminas. Hoy mismo debería producirse la respuesta de una entidad financiera a estas dos solicitudes de crédito absolutamente perentoreas.
Un dudoso plan de saneamiento.
El informe destaca que los gastos de funcionamiento en los últimos cinco años se han incrementado de forma espectacular, sobre todo los de personal con un crecimiento medio del 15,51% anual. Cintruénigo ha afrontado obras importantísimas sin capacidad para financiarlas, pero cuenta con un centro de interpretación de la naturaleza, o un centro juvenil en el que se imparten clases de peluquería y maquillaje, break-dance, funky, DJs, teatro, fotografía… y graffiti. Además se están formando grupos para revista, cortometrajes, ecología, ordenadores, manualidades, mujer e inmigración. La respuesta del ayuntamiento al colapso de su tesorería ha sido elevar a los ciudadanos las tasas y la contribución hasta un 33%. Expertos economistas a los que hemos consultado, sin embargo, califican el plan como insuficiente, dudan que en la actual crisis puedan cumplirse las previsiones de ingresos, lo tachan de poco realista y proponen medidas mucho más agresivas.
El agotamiento de un modelo.
El crecimiento de los ingresos fiscales que ha permitido todo este gasto, señalan además, ha venido dado por una inusitada actividad inmobiliaria. El boom de la construcción ha beneficiado de una manera extraordinaria a los ayuntamientos que, por ejemplo, en cada obra recibían una importante cesión de suelo o unos astronómicos ingresos en forma de ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras). Estos ingresos extraordinarios, además, han tenido una importante participación en la escalada de los precios. La crisis actual, sin embargo, está secando por completo estos ingresos con un doble agravante. Por una parte, la intensidad y duración de la crisis amenaza con ser mucho mayor de lo inicialmente barajado. Las medidas adoptadas no van a servir para capear el temporal hasta retomar un nuevo ciclo de crecimiento. Por otro lado, el próximo ciclo de crecimiento económico no se va a caracterizar por un empuje del ladrillo como el experimentado en el pasado. Cualquier otro sector que tome el relevo no dejará a los ayuntamientos los ingresos fiscales que ha dejado la burbuja inmobiliaria. Sencillamente no va a haber dinero para mantener los actuales niveles de gasto.
Cintruénigo es sólo el principio.
Sin pretender elaborar una lista exhaustiva, en nuestro anterior análisis citábamos además de Cintruénigo múltiples ayuntamientos que se encuentran en situación parecida. Además del presidente Zapatero, Cintruénigo, Buñuel, Leiza o Cabanillas debían haber contado con una silla en el G-20. Antes de refundar el capitalismo, habría que haber tomado medidas extremas para impedir el colapso de tantos museos, piscinas (abiertas y cubiertas), polideportivos, cuerpos de policía municipal, casas de cultura, escuelas de música, guarderías o escuelas de inmersión en euskera que sencillamente no van a resultar sostenibles en el futuro. Los gamberretes del futuro ya no aprenderán a hacer grafittis con el dinero del contribuyente. Las próximas generaciones de navarros ya no viajarán a Benidorm con todos los gastos pagados. El estado del bienestar está tocado. Los pajaritos son historia. El modelo se tambalea y, si Wall Street es el epicentro de la crisis financiera mundial, la zona cero del estado del bienestar es Cintruénigo.