Lo que ha sucedido en Italia inevitablemente nos invita a preguntarnos si algo parecido podría suceder en Navarra.
Al consultar la web del Instituto Geográfico Nacional, nos encontramos con este mapa que muestra la peligrosidad sísmica de la geografía española. Navarra queda incluida en una zona en la que podría producirse un terremoto de intensidad VI.
La siguiente pregunta lógica es qué significa eso de un terremoto de intensidad VI.
Estamos acostumbrados a escuchar que tal o cual terremoto ha tenido tal o cual magnitud en la Escala de Richter. El terremoto que acaba de tener lugar en Italia, por ejemplo, ha tenido una magnitud de 6,2 en la Escala Richter. No obstante, una cosa es la magnitud y otra la intensidad, a la que nos remitía el mapa anterior.
La intensidad, aunque relacionada con la magnitud, no es un concepto coincidente. Podríamos decir que la magnitud es una medida objetiva: la energía que libera un seísmo. Sin embargo, la misma energía liberada en un sitio o en otro puede causar muchos más o muchos menos destrozos. Un golpe propinado con la misma fuerza no duele lo mismo en un glúteo que en el ojo, por decirlo de alguna manera. Es por ello que la escala de la intensidad no coincide exactamente con la de la magnitud de un terremoto.
La magnitud de un terremoto, de este modo, se calcula más bien por sus consecuencias, siguiendo esta escala de Mercalli:
Volviendo al mapa del Instituto Geográfico Nacional, en el que Navarra aparece enclavada en una zona susceptible de padecer un terremoto de intensidad VI, vemos que tal intensidad se correspondería con una sacudida sentida por todo el país o zona. Algunos muebles pesados que cambian de sitio y daños leves, en especial en viviendas de material ligero.
El siguiente escalón nos llevaría a daños insignificantes en estructuras de buen diseño y construcción. Daños leves a moderados en estructuras ordinarias bien construidas. Daños considerables en estructuras pobremente construidas. Mampostería dañada.
Lamentablemente ninguno de los dos escenarios es totalmente incompatible con la existencia de víctimas, siquiera por el impacto de cornisas, adornos o elementos estructurales desprendidos de las viviendas, tal vez incluso derrumbes más graves, todo ello si la tierra se mueve dentro de los parámetros esperados y correspondientes a lo sucedido en los últimos siglos.
El terremoto más grave registrado en Pamplona del que se tiene noticia es el de 1903, con una magnitud de 5 en la Escala de Richter. El mayor terremoto navarro, sin embargo, sería el de Lizoáin en 2004, con un 5,3.
2 respuestas
Si ocurre algún terremoto en España, la culpa no será de la Madre Naturaleza, no, descuiden.
La culpa será de la explotación capitalista de los acuíferos, del fracking (que desgraciadamente no tenemos), y de los yankis que lanzan rayos cósmicos desde las lanzaderas espaciales.
Será una verdadera tortura añadida a las obvias consecuencias de un terremoto, esperemos no tener que verlas nunca, en ambos casos.
Ante esta coyuntura se debe pedir que las infraestructuras y las viviendas se construyan con las medidas antisísmicas que prevea la ley. O incluso mayores. En Italia se ha publicado que la mafia «trabaja» en el sector de la construcción, con el resultado de que muchas viviendas están mal construidas. O sea, que no cumplen con los requisitos porque se soslayan. Esto es gravísimo. La corrupción afecta en todos los sentidos, también en este.