El líder socialista avisa que no ve “muy factible ningún tipo de apoyo explícito o por abstención a posibilidades que pasen a determinar un gobierno de UPN”. Declara que “en el PSN no hemos barajado en ningún momento ni la abstención constructiva”, aunque añade a continuación que quizá “se va a ver obligado a barajarla ahora”. Es decir, que la duda es si el pacto al que Puras quiere dedicar todo un mes es imposible o sólo indeseable.
Evidentemente la única baza negociadora ahora del PSN es fingir que desea unas nuevas elecciones, porque él mismo ha quemado la opción de pactar con Nafarroa Bai al pactar por turnos. Caso diferente es el de UPN, que debe elegir pronto entre dejarse enredar en las idas y venidas de Puras o confiar en que los navarros reconozcan en las urnas que UPN es la única alternativa a la parálisis y al caos. No puede ser que, en su calamitosa situación, Puras se muestre más osado que Sanz. Si UPN acepta órdagos de Puras, UPN acepta vivir en el mundo al revés.