La diputada de la CUP, Anna Gabriel, esta siendo protagonista de un cierto debate en las últimas horas por haber dicho que le gusta la idea de «formar parte de un grupo de personas que decidiesen tener hijos e hijas en común, en colectivo». Para la diputada, en muchas otras culturas «La concepción de la maternidad o de la paternidad no está tan individualizada, no se centra con un núcleo tan pequeño como aquí. La concepción es que quien educa es la tribu”. Efectivamente ser hijo de Anna Gabriel puede ser duro, pero en general ni uno querría educar a los hijos de Anna Gabriel ni menos aún que Anna Gabriel educara a los hijos de uno. Pero intentemos elevar el debate de lo particular a lo abstracto.
La estatalización hasta de los niños
Obviamente la familia es un concepto más amplio que la pareja. La pareja, la paternidad, la familia, incluso la amistad, son conceptos incompatibles con el individualismo llevado a último término. Desde este punto de vista es normal y positivo que exista una red en torno a la pareja que ayuda, colabora, apoya y hasta coeduca. Pero eso es una cosa y otra muy distinta esta obsesión por lo público y contra lo privado, en virtud de la cual hasta los hijos tienen que ser tribalizados, colectivizados y estatalizados. Porque hasta los nuevos modelos de familia, que se dicen ahora, son otra cosa. A fin de cuentas un matrimonio gay es un intento de replica del matrimonio tradicional. O el divorciado no hace más que replicar y acumular sucesivos matrimonios tradicionales. Un paso más en cambio en la dirección que apunta la diputada y acabaremos estatalizando hasta las mentes. ¿Quién se cree usted para pensar y decidir nada por sí mismo? El ideal social de cierta extrema izquierda radical y antisistema, más que la tribu, es el termitero, el cerebro colmena, que por otra parte es el sistema más implacable que se puede concebir aunque a veces lo apoyen los antisistema.
¿Quién le limpia el culo al niño?
Pasando al debate de orden práctico, cabe preguntarse quién le cambia los pañales al niño en la tribu. Los martes y jueves cambiar pañales al hijo del vecino del cuarto, los sábados a los del primero. ¿Por qué alguien que no tiene hijos tiene que acabar limpiando el trasero de los hijos de Anna Gabriel? Y si tiene hijos, ¿por qué tiene que limpiar el trasero de los de Anna Gabriel y Anna Gabriel el de los suyos en vez de cada uno el de sus hijos? ¿Es anormal que una madre quiera más a sus hijos que a los de la vecina del cuarto o, ya puestos, que a la propia vecina del cuarto por muy de la tribu que sea? ¿Daría la vecina del cuarto un riñón por nuestro hijo? Cuando por la noche llora el hijo de Anna Gabriel, ¿quién de la tribu tiene que ir? Y si alguien no quiere tener hijos, ni siquiera suyos, ¿qué tiene que hacer? ¿Ir a la tribu de los que no tienen hijos? ¿Y podría uno tener hijos y luego lavarse las manos e irse a esa tribu o a otra? ¿No hay de hecho cosas parecidas a esto de que la tribu se hace cargo de los niños? Se llaman orfanatos públicos o comunas y suelen ser maravillosos. Anna Gabriel no ha aclarado si sólo los niños son de todos o también son de todos las mujeres, los maridos, los cepillos de dientes, los coches, los salarios… aunque por la ideología de la CUP parece que va de suyo.
¿Quién manda en la tribu?
Esto de una independentista poniendo los hijos en común tiene su gracia, porque no deja de ser curioso que alguien que propone fracturar países y territorios para crear sujetos de decisión más pequeños, por otro lado proponga colectivizar el derecho de decisión y nada menos que tribalizar, unificar y poner en común toda la vida privada de las personas. Por otro lado, en las tribus suele haber un jefe, junto a un hechicero, que corta el bacalao, pastorea al pueblo, decide todo y encima no cambia pañales. ¿Cuánto va a ahorrar uno para sus hijos cuando sus hijos son los hijos del vecino? ¿Va a ahorrar uno más que el vecino? ¿A cuántos viajes, ropa y restaurantes va a renunciar uno por los hijos de una señora que yace y procrea con otro? Si todo es común, ¿voy a esforzarme yo más que el que menos se esfuerce de la tribu? ¿Se puede pensar distinto que la tribu? Si se puede, ¿por qué entonces la educación de mis hijos tiene que ser la de la tribu? Cuando Anna Gabriel habla de que hay muchas tribus con los hijos en común seguramente sólo podría citar a sociedades primitivas o a sociedades del presente que no tienen luz, calefacción, ni agua corriente. A lo mejor es casualidad, o a lo mejor es que hay algún tipo de causa-efecto.
4 respuestas
Pobre chica traumatizada. Se le ve en la cara. Nadie le da amor, y obviamente ella no quiere dárselo a nadie. Y menos tener hijos propios, menos mal para los posibles críos.
Lo del kolektibo amatorio y procreador es un trile a ver si alguno acaba cayendo en la casilla de la pobre Anna. Le huyen los hombres y no tiene niños, está desesperada por ser feliz.
No se le puede hacer caso a una pobre chica traumatizada y desequilibrada.
No hay que tomarse demasiado a broma lo dicho por esta patética enferma, basicamente porque, como cargo electo, deja claro lo enferma que esta la sociedad que la quiso por representante. Y tampoco tiene nada de broma el paso atrás que significa su propuesta, una especie de aldea celta en la que , por la misma regla de tres, puede sustituirse al médico por un druida o al psiquiatra por un hechicero/exhorcista. Vamos para atras…
Yo, que soy un poco conspiranoico, siempre he pensado que esta señorita y Maiorga Ramírez son agentes del CNI infiltrados en los movimientos separatistas.
Esto parece ser algo cíclico , el movimiento hippie,vivir en comunas , los círculos asamblearios…esas movidas son más viejas que mear contra la pared pero algunos iluminados creen haber inventado la rueda,como si el resto de la sociedad hubiéraos nacido ayer. Desastre…y soy de izquierdas pero estas movidas son un desastre social,político,económico,educacional…