Bien sabe todo el mundo, de que pie cojeamos. Y aunque parezca insensato tiro piedras al tejado; no sé si al mío, o al de quien.
Clama al cielo lo del Sr. Ministro. Considera que somos tontos, o que no nos enteramos. Hoy en día (y no porque antes lo fueran, si no porque no estaban tan informados) no se engaña a nadie, vale más reconocer que mentir.
Una sabia mujer, que tengo bien cerca, prefiere al cojo que al mentiroso, y tiene toda la razón, quizás porque se pille antes al mentiroso, quizás porque el cojo es más noble; pero que falso resuelta un mentiroso.
Pues ahí vamos, Sr. Ministro Soria, nos la ha intentado pegar y como consecuencia, minima, se la tiene que pegar. Y quizás no usted solo; ¿alguien va a confiar en alcalde de Palma (antiguo) o en Ministro (moderno)?; es difícil la confianza.
Una cosa es tan clara como su MENTIRA, con segundas elecciones no vamos a buen puerto. Y no consideren al vecino tonto, que lejos de serlo, tiene cariño.