Por estas fechas se cumplen 20 años del sabotaje de Itoiz.
El coste del pantano de Itoiz, según Comptos, fue de 298 millones de los que 210,3 los aportó el estado y 87,8 Navarra.
Gracias al Canal de Navarra se ha pasado de producir 3 cultivos, en secano, a 48 en regadío.
Según un informe de Comptos de octubre de 2015, comparando el anterior valor de la producción de la zona con el posterior a la construcción del Canal, se observa que ésta pasa de 17,8 millones a 68,1 millones con un incremento del 282 por ciento. El valor por hectárea lo hace de 808 euros a 3.089 euros.
Si para llevar a cabo la valoración lo que se tiene en cuenta es el beneficio obtenido, ya que la transformación en regadío y la modificación de los cultivos conlleva, junto a la variación de la producción, la modificación de los costes de producción, la rentabilidad pasa de 3 a 18 millones con un incremento del 507 por ciento. El valor por hectárea lo hace de 136 a 828 euros.
Interesa señalar que el pantano de Itoiz también ha significado la construcción de dos nuevas centrales hidroeléctricas que aportan a Navarra más capacidad de generación de energía barata y limpia.
Además, la construcción del pantano significa asegurar reservas de agua y permitir un mayor control de las avenidas e inundaciones, disminuyendo daños y previniendo los consiguientes gastos por este concepto.
Huelga decir que el pantano no ha reventado conforme a las profecías de la izquierda abertzale. Hubo medios que durante años se dedicaron a informar sobre cientos de seísmos insignificantes extendiendo una psicosis de pánico sobre la inminente rotura del pantano. 20 años después parece que se han cansado.
Los sucesos del pantano de Itoiz nos recuerdan además que la izquierda abertzale no sólo ha ejercido y legitimado la violencia sobre cualquiera que osara discutirle sus ideas sobre el concepto, sujeto, ámbito y aplicabilidad del derecho de autodeterminación, sino sobre cualquiera que osara discutir con ella sobre energía nuclear, trenes, autovías o pantanos.
El sabotaje concreto del que ahora hace 20 años tuvo un coste directo de 9 millones de euros, dio lugar a un sobrecoste en gastos de seguridad, dio lugar a una paralización de las obras durante meses y supuso el despido de 306 trabajadores.
Aparte de esto, si por la izquierda abertzale fuera no existiría ninguno de los beneficios antes descritos.
En cualquier caso, el problema de fondo con la izquierda abertzale no es que se opusiera a una obra la cual, como en general toda obra, fuera discutible y pudiera tener sus pros y sus contras. El problema de fondo con la izquierda abertzale es su creencia en la legitimidad de usar la violencia contra todo aquel que discutiera su también discutible punto de vista. Esto es lo que deslegitima de raíz a la izquierda abertzale y lo haría incluso aunque tuviera razón en su oposición a tal o cual obra que, por cierto, además no suele ser el caso.
5 respuestas
Antes saboteaban su construcción y ahora sabotean la distribución del agua a la Ribera, tenemos un cutrepartito saboteador.
Pero yo les puedo dar un dato: durante los sabotajes y las manifas abertzales, un concecal batasuno de Itoiz que por el día votaba contra el pantano, por la noche compraba terrenito para hacer negocio con el pantano, con su empresa de hostelería a pie de pantano.
Seguro que ahora con el parón del agua a la Ribera hay algún listillo sacando dinero fácil.
Espero que el Parlamento de Navarra también tenga Memoria Histórica para estos sucesos y como mínimo haga una exposición recordando todos los actos del abertzalismo.
Algunas cosas han cambiado desde entonces: la que entonces era la abogada defensora de los «solidarios con Itoiz», hoy ostenta la consejería de Interior del Gobierno Foral de Uxue Barkos. Es el pago a sus grandes servicios a Navarra.
Hace tres o cuatro días vi a uno de los autores del sabotaje y también del tartazo a Barcina e iva tan feliz por la calle. No pagues a Hacienda y verás en donde te metes….
Por aquel entonces estaba en el colegio y pese a mi juventud fue cuando me empecé a interesar por la política. Eran tiempos duros, nos manifestábamos en contra del genocidio etarra que vivíamos muy de cerca Recuerdo aquel día de la infamia perfectamente, y desde entonces recuerdo como el nacionalismo vasco se ha opuesto a todo lo que huele a progreso, apertura de mentes, infraestructuras…es decir, todo aquello que pueda perjudicar a su tribu de Aitor en un mundo más global, que gracias a Dios mira al futuro.