Aunque las grandes empresas suelen ser generalmente detestadas, casi todo el dinero que se recauda en el Impuesto de Sociedades lo pagan unas pocas grandes empresas.
Es frecuente entre el electorado populista pensar que el mundo funciona exactamente al contrario de como realmente lo hace. Entre los votantes populistas, por ejemplo, lo normal es pensar que los servicios públicos los pagan las clases medias y bajas, mientras que los ricos apenas aportan dinero al mantenimiento del estado. Es por ello que creen que el gasto público podría subir abrumadoramente sólo con subir los impuestos a los ricos o haciendo que los ricos contribuyan en la misma medida que los demás. La realidad, sin embargo, es muy distinta a este prejuicio frecuente del votante de extrema izquierda.
En Navarra, por ejemplo, el 4% de los declarantes con rentas más elevadas pagan un 33% de todo lo que se ingresa por IRPF. El 8% de los navarros con más ingresos pagan el 46,7% de lo que se recauda.
Por el contrario, el 46,6% de los declarantes navarros con menos renta sólo aportan el 2,92% de los ingresos públicos por IRPF.
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El falso prejuicio de que los ricos apenas contribuyen al sostenimiento del estado del bienestar se repite cuando de lo que se trata es de las grandes empresas.
Para el electorado populista, el empresario es básicamente una mala persona. Cuanto más éxito tiene un empresario, peor persona es. Las empresas y los empresarios son lo peor que le puede pasar a un país. En un país de buenas personas no habría empresarios. Cuantas menos empresas haya en un país mejor para ese país. Etc, etc, etc.
Si se supone que los ricos no aportan a la recaudación fiscal, la misma lógica invita a pensar que las grandes empresas tampoco aportan a la recaudación fiscal. Esta falsa impresión es recurrentemente alimentada por los titulares de la prensa progresista (y a veces la no progresista), como cuando se afirma que las grandes empresas sólo pagan un Impuesto de Sociedades del 4%, o que la mitad de las empresas del IBEX no pagan impuestos.
Pues bien, también la idea de que las grandes empresas no contribuyen a sufragar los gastos públicos comunes es un mito.
En los años 2011, 2012 y 2013, un 0,08% de las empresas, aquellas con ingresos superiores a los 180 millones de euros, pagaron entre el 48,8% y el 53,06% de lo recaudado a todas las empresas españolas en concepto de Impuesto de Sociedades.
2011: El 0,083% de las empresas aportaron el 48,83%.
2012: El 0,082% de las empresas aportaron el 50,30%.
2013: El 0,079% de las empresas aportaaron el 53,06%.
Todas estas cifras no sólo evidencian la falsedad en que se sustentan algunos de los principales mitos del ideario progresista, sino el drama que supone para las arcas públicas espantar a las grandes empresas, enseñar a los niños desde pequeños que ser empresario es muy malo, o dejar de ser un territorio atractivo para ellas.
2 respuestas
Respuesta Podemita Style:
«Ajá, entonces si exterminamos (física o fiscalmente) a ese 40% de ricos burgueses y millonarios que tienen el 90% de lo que se recauda, el 60% de la población restante seríamos de media 10 veces más ricos»
Y se quedan tan anchos. Salvo por eliminación física no sería así, habría que contar con los supervivientes, así que impuestos del 90% no queda tanto para repartir por cabeza….si la tuvieran.
Por otra parte al día siguiente, no habría directores de fábrica, ingenieros especiales, nuevos negocios, inversiones, los que pudieran se irían en avión o en balsasi hiciera falta como en Cuba cast
Pues un poco amigo Ciudadano Caña como aquello de entre lo que tengo y lo que me toca voy aviado, pero un inciso, que conste que yo tengo bicicleta.
Es que no entendemos el kanbio y el progreso.