“Nosotros nunca hemos puesto la condición de que para que los Presupuestos de Navarra se aprueben se tengan que aprobar los del Estado por parte de UPN”.
Así de clara y rotundamente se expresaba Samuel Caro, portavoz del PSN, respecto a la postura de UPN y PSN en relación a los Presupuestos Generales del Estado y los de Navarra respectivamente. No es, por otra parte, la primera vez que lo señala.
La pregunta inmediata es por qué entonces ese empecinamiento de Miguel Sanz en desmarcarse del voto del PP en Madrid y poner en riesgo todo el voto del centro derecha en Navarra.
La lógica de las palabras de Caro sería precisamente ésa. Lo que pretende de esta forma el PSN es señalar que si Sanz vota los presupuestos no es por ninguna presión, sino totalmente por su propia voluntad. De esta forma, dejando sin excusa a Sanz, hechan leña al incendio entre el PP y UPN, alimentando una posible ruptura.
Puede apreciarse el cambio de discurso del PSN, desde que Miguel Sanz decidió embestir el trapo, respecto a las declaraciones inicales de Roberto Jiménez. Es posible que muchos miembros de UPN lamenten ahora, como parecía lógico, no haber dejado pasar ese órdago. Tal vez, ¿lo recuerdan?, no escogieron la respuesta adecuada cuando les propusimos jugar a ser Sanz. Puede que la respuesta buena hubiera sido la número cuatro. Claro que aún hay tiempo para cambiar la respuesta.