Paralelamente, cada vez parece más evidente en la CAV el acercamiento paulatino entre el PSE y el PNV. Una vez que el PNV ha adelantado que acatará la previsible sentencia del Tribunal Constitucional y que no habrá referéndum ilegal, parece mucho más probable un posible acuerdo presupuestario. A diferencia de lo planteado en Navarra por Jiménez, Rodolfo Ares insiste allí en que los presupuestos de la CAV no están vinculados a los Presupuestos Generales del Estado, “como no lo han estado nunca”. Ayer mismo, Ramón Jáuregui anunciaba su disposición a llegar a un acuerdo con el PNV, aparcando todas sus diferencias en otros asuntos: “nosotros vamos a intentar negociar los presupuestos y algunas cosas más con el PNV, sin perjuicio de que es evidente que, en otros plano de la actividad política, existen discrepancias importantes que ambos partidos conocemos”. Sin un buen motivo, salvo que Jiménez no haya medido sus palabras, resultaría llamativa esta suavidad de los socialistas para ayudar a la gobernabilidad de la CAV mientras en Navarra, en plena crisis, tratan de torpedearla.