El presidente del PNV asistió ayer a una reunión del Euskadi Buru Batzar en Pamplona, aprovechando su paso por la capital de Navarra para arremeter contra su gobierno. Así, olvidando que hace 30 años los navarros aprobaron la Constitución Española por un 76,42% de los votos, que desde entonces han acudido en múltiples ocasiones a las urnas, y que ningún gobierno legítimo navarro ha considerado nunca activar la polémica Disposición Transitoria Cuarta, afirmó que en los últimos 30 años a los navarros supuestamente se les habría “impedido” decidir sobre la manera de relacionarse con España y de “estructurarse internamente”.
En cambio, defendió los “pacto de Loyola”, decididos al margen de los navarros entre los partidos de la CAV, el gobierno de Zapatero y la ETA. Unos pactos que incluyen previsiones tan trascendentes para Navarra como el establecimiento de un gobierno y un legislativo común con la CAV. Los representantes socialistas del gobierno se comprometieron en esas negociaciones secretas a “promover” en Navarra la creación de dicho órgano. El socialismo navarro no se ha pronunciado hasta la fecha acerca del acatamiento por su parte de ese compromiso, negando ante los navarros siquiera la existencia del acuerdo. Un acuerdo que Ibarreche llevó recientemente a Moncloa afirmando que “no he variado ni una coma” de lo pactado.
Ni bai, ni ez.
Los comunistas vascos no desvelan cuál será su voto respecto a la propuesta de referendum promovida por el lehendakari Ibarreche. Ellos dicen hallarse sumidos en un proceso de “reflexión”. Otros apuntan a que, simplemente, esperan instrucciones. Unas instrucciones que pueden tardar en llegar, habida cuenta de que la cúpula de Batasuna está en la cárcel y que las circunstancias políticas, judiciales, y hasta policiales, son muy distintas de las de hace unos meses. Entretanto, como es lógico, el PCTV no puede decir nada que pudiera contravenir esas futuras instrucciones.