En el último momento, los socialistas habrían propuesto quedarse con 2 consejerías, cediendo 2 a Nafarroa Bai y una a IU. A las restantes seis consejerías se incorporarían igual número de independientes, atendiendo a la preocupación de Moncloa y rebajando el perfil nacionalista del gobierno. Aunque teóricamente independientes, Puras pretende adjudicarse a seis personas de su personal confianza. Esta postura tropieza con el rechazo de los nacionalistas, que exigen que el reparto de la tarta institucional sea proporcional a la representación de cada partido en el Parlamento. Los independentistas se niegan a ser desplazados a última hora por independientes, consideran abusiva la postura del PSN y, aparentemente, podrían haber plantado a Puras imponiendo un nuevo retraso.