La imposición de esta asignatura, sectaria y propia de totalitarismos fascistoides, desampara gravemente esta libertad, la coarta y la aniquila. Elegimos colegio de acuerdo a nuestra conciencia y convicciones y nos encontramos con que, en todos y cada uno de los colegios e institutos, privados, públicos y concertados, queda impuesta una asignatura contraria al ideario del colegio elegido. ¿Es esto libertad? La intromisión del Gobierno es tal que, incumpliendo las leyes constitucionales y el derecho constitucional a la objeción de conciencia, ha comenzado su adoctrinamiento peculiar en las escuelas. Incluso con la Vicepresidenta del Gobierno Nacional de profesora en campaña electoral. La lucha es de los padres por su puesto. Pero… ¿no debería ampliarse la negativa o la objeción de conciencia también al sistema educativo (colegios, profesores…) ya que están siendo utilizados para actuar como vehículos doctrinales y de transmisión en la creación, de un nuevo sistema político y de pensamiento socialista-laicista, alejado de nuestras raíces culturales religiosas?.
A diferencia de Navarra, junto a otras comunidades socialistas y nacionalistas, en Madrid y Murcia, escuchando y atendiendo a los padres, ya se están tomando medidas al respecto, que bien pueden servir de ejemplo. Se reconoce y respeta el derecho a la objeción de conciencia de los padres y lo más importante: los alumnos que quieran objetar quedan exentos de la asignatura y de su evaluación.
Hay que seguir recordando que, en esta democracia de la que tanta “gala” se hace, esta asignatura nació sin consenso social ni educativo, por imposición, por el “como sea”. Haciendo caso omiso a los 3.000.000 de firmas (superando ampliamente las 500.000 necesarias) contra la LOE, que incluía esta asignatura, y a tantos miles y miles de objeciones de conciencia que se presentan tanto al Gobierno central, como autonómico o foral (como es nuestro caso navarro con más de 600 firmas). Estoy de acuerdo, me sumo y apoyo a los padres que aterrados y luchadores siguen presentando objeciones con el fin de que el Gobierno retire esta asignatura y en su defecto sea optativa. Y hago mío el lema de los objetores: NI UN PASO ATRÁS.