¿Pacto o repetición de las elecciones?

Hacer un pronóstico sobre lo que va a pasar resulta sumamente complicado. Incluso enunciar las diversas posibilidades resulta complicado. Por un lado, tendríamos el famoso pacto de izquierdas, entre PSOE, Podemos e IU, aunque entre todas estas fuerzas sólo suman 161 diputados. Es decir, suman menos que PP+Ciudadanos, que acumulan 163. Incluso con ERC la suma se quedaría en 172, mientras por otro lado supondría algo tan complicado como incluir el separatismo catalán en la ecuación gubernamental. Para superar los 176 diputados, el PSOE tendría que añadir además al PNV, lo cual tampoco parece un obstáculo insalvable para Pedro Sánchez, que de hecho ya ha mantenido algún contacto con Urkullu. O a Convergencia. La pregunta es si podemos meter al PNV o a Convergencia en el pacto y seguir llamándolo «de izquierdas», o si la paradójica línea roja del PSOE no es pactar con la derecha, sino pactar con la derecha española.

Al margen del pacto de izquierdas, las opciones podrían ser un gobierno en minoría del PP, asumiendo que en algún momento futuro el PSOE cambiara de posición y lo permitiera con su abstención, hasta con su apoyo. O un gobierno PSOE+Ciudadanos con la abstención del PP. O un gobierno PP+PSOE. O uno PP+Ciudadanos+PSOE. O podíamos asistir a la investidura de Albert Rivera apoyado por PP y PSOE para no tener que elegir entre Rajoy y Pedro Sánchez. Todo esto además podría ser con Rajoy o sin Rajoy, con Sánchez o sin Sánchez. Por poder, se podría investir presidente a una figura independiente de prestigio que no fuera ni del PP, ni del PSOE, ni de Ciudadanos, con el apoyo del PP, del PSOE y de Ciudadanos. Todo esto podría ser, o no ser.

¿Y por qué tenemos que odiarnos las personas de izquierdas y las de derechas?

Al margen de todas las posibilidades abiertas, resulta llamativo comprobar la existencia de algo así como la línea del odio. Una línea que divide al PP y al PSOE. Una línea que divide por tanto a los dos partidos más votados y a los dos mayores grupos de votantes. Paradójicamente, la existencia de esta línea de odio no interesa ni al conjunto de los españoles, ni al PP, ni al PSOE. ¿Por qué existe esta línea entonces? ¿A quién interesa?

Sociológicamente, España tiene una configuración política un tanto peculiar, ligeramente diferente a la de los países de nuestro entorno, los países más libres y prósperos. Habitualmente, a la hora de identificarse políticamente, los habitantes de estos países se acumulan en torno al centro. Como en una Curva de Gauss cualquiera, por otro lado. Si el 1 es la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha, en estas sociedades el 80% de la población se inscribe en el 4, el 5 y el 6. Conforme alguien se sitúa más en el extremo izquierdo o el derecho, menos apoyo popular encuentra, no está ahí la sociedad.

Cuando en una sociedad la gente se autoubica en los extremos, quedando el centro despoblado, aumenta el riesgo de conflicto civil. La convivencia se tensiona. Se forman gobiernos extremistas y la situación se retroalimenta. España no se encuentra en este caso, pero tampoco en el anterior.

En España se puede decir que por la derecha el esquema de distribución es similar al de los países de nuestro entorno, pero la cuestión cambia bastante cuando miramos el lado izquierdo de la estadística. De entrada hay un desequilibrio importante entre la izquierda y la derecha. A la extrema derecha (9-10) sólo hay un 2,6% de la población. Sin embargo, a la extrema izquierda (1-2) hay un 9% de la población.

En el 3 hay casi tanto porcentaje de españoles como en el 4, un 12,7% frente al 13%.

Sin embargo, un 23,6% de españoles se autoubican en el centro (5), por lo que tampoco somos tan distintos. Lo que nos hace peculiares es que hay un 9% de españoles en la extrema izquierda y otro 12,7% en el 3 de la escala, es decir muy a la izquierda. En los 3 puestos más a la izquierda de la escala hay un 21,7% de la población mientras que en los 3 puestos más a la derecha sólo hay un 7,4%. Si a la extrema derecha también hubiera un 21,7%, empezaríamos a parecernos a esos países en los que puede haber un conflicto o en los que la convivencia se puede deteriorar mucho.

Por otra parte, que haya un 21,7% de españoles en la parte más a la extrema izquierda de la escala nos explica el éxito de Podemos. Podemos no ha triunfado porque su discurso ha convencido a mucha gente. La gente ya estaba convencida. Ese 21,7% existía antes de Podemos y es precisamente el que explica el éxito de Podemos. Los porcentajes también explican por qué en cambio resulta más complicado el surgimiento de un Podemos de derechas.

cisizqder

La radiografía ideológica de la sociedad española explica asimismo la dificultad del PSOE para llegar ahora a un acuerdo de gobierno.

Lo que es estrictamente la izquierda (1-2-3-4) aglutina al 34,7% de la población. De este segmento de la población, Podemos se alimenta del 1 y el 2 y el PSOE del 4 y del 5. Ambos partidos se disputan el 3, donde se encuentra más de un tercio de los votantes de izquierda. El PSOE teme que si se inclina a la derecha y pacta con el PP perderá todos los votos del 1, el 2 y el 3 de la escala, lo que podría dar a Podemos la hegemonía de la izquierda.

Al mismo tiempo, el mapa político de España nos señala que Podemos seguramente se encuentra cerca de su techo electoral. En las Generales obtuvo el 20,66% de los votos. Este porcentaje coincide casi exactamente con el 21,7% de españoles que decíamos que se ubican en el extremo izquierdo de la escala de autoubicación ideológica. En realidad habría que tener en cuenta que ese 21,7% se calcula respecto al total de la sociedad, el porcentaje sería mayor respecto a los españoles que votan, claro que el 3 es una zona disputada entre PSOE y Podemos. Por esto mismo es posible que el PSOE ya no pueda perder muchos más votos en favor de Podemos. Hay menos votantes del PSOE que en otros tiempos y su perfil es más moderado.

Decíamos que la izquierda aglutina al 34,7% de los españoles y el centro al 23,6%. Hay un 21,3% que no sabe/ no contesta dónde se ubica. A la derecha (6-7-8-9-10) sólo se ubican el 20,4% de los españoles. Esto explica también algunas cosas, como que el PP no puede irse muy a la derecha a buscar votos porque el grueso de los votos, los que se necesitan para sumar una mayoría absoluta, no están a la derecha de la escala. También explica por qué al PSOE le resulta complicado tener mayoría absoluta. La izquierda es demasiado grande y abarca demasiado como para que la represente un sólo partido, pero esto también vale para Podemos. Esta realidad seguramente puede resultarle más traumática al PSOE, que viene de un pasado en el que casi consiguió esta hegemonía, lo cual nos lleva al siguiente punto y a la pregunta anterior de a quién beneficia el odio ideológico entre españoles.

Al PSOE le interesaría, paradójicamente, una sociedad menos izquierdista. Cuantos más españoles haya en el 1, el 2 y el 3 de la escala, menos votos puede tener el PSOE. Al PSOE le interesa que el grueso de los votantes de la izquierda se desplace hacia el 4 y que si la extrema izquierda le quita los votos del 1, el 2 e incluso el 3 de la escala, que por lo menos haya pocos votantes en esa zona de la escala.

A su vez, a la extrema izquierda le interesa crear un foso entre la izquierda y la derecha. Es decir, que el PSOE no pueda pactar con la derecha. De este modo, aunque la extrema izquierda no pueda aspirar a tener mayoría por sí sola, si consigue que el PSOE no pueda pactar con la derecha, al PSOE no le queda más remedio que darle la llave de la gobernabilidad a la extrema izquierda. Es por ello que la estrategia política de la extrema izquierda desde hace décadas es generar odio hacia la derecha y dificultar cualquier posible pacto entre el PSOE y el centro derecha, esto también lo ha hecho el nacionalismo.

Esta estrategia explica a su vez por qué interesa seguir teniendo tan viva la memoria histórica, las cunetas, la Guerra Civil y el franquismo. No es por la memoria de las víctimas, es porque se trata de una estrategia política que interesa. Naturalmente se trata de una memoria parcial, unilateral y manipulada. Es curioso que a menudo el PSOE se haya dedicado con entusiasmo a alimentar esta estrategia que ahora le perjudica, porque limita su capacidad de maniobra, y porque la capacidad de maniobra es lo que da o quita fuerza en una negociación.

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Un comentario

  1. Las única opciones serias son
    a) Gobierno PP en minoría, apoyado por C’s y PSOE para las frandes cuestiones
    B) una version parecida, gob. PP+C’s y apoyo PSOE.
    C) Gob PP en coalición PSOE, o PSOE más C’s.

    o nuevas elecciones.

    EL RESTO IMPLICA A LOS HOMNRES DE NEGRO EN JUNIO AQUÍ Y A FINALES DE AGOSTO, INTERVENCIÓN Y BAJADA SUELDOS PÚBLICOS Y PENSIONES UN 35%. A algunos yayoflautas y funtzionarios les caería al pelo el castigo,

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