Lo que no pudieron el sentido común, la Confederación Hidrográfica del Ebro ni todos los estudios técnicos realizados, lo consiguió en un instante la petición de unos regantes aragoneses. En cuando unos agricultores aragoneses dijeron que necesitaban agua para regar sus campos, automáticamente se constituyó la plataforma “No al trasvase de agua navarra”, presuntamente por los mismos que días antes exigían el vaciado de Itoiz. EL diario Gara, inmediatamente dio voz a esta plataforma en una información titulada “Ni una gota de agua de Itoitz para el trasvase”.
Antes muertos que solidarios.
Pocos días antes de la petición de los regantes de Aragón, había que vaciar el pantano inmediatamente porque “aún estamos vivos y a tiempo”, porque el pantano iba a reventar de forma inminente a causa de los “1.892 terremotos” provocados por su llenado, y porque el Plan de Emergencia de Itoitz “sólo servirá para avisar de la muerte”. Llama poderosamente la atención, si realmente se creían ellos mismos su discurso, que ahora prefieran las catástrofes que anunciaban y la muerte de todos los vecinos de Aoiz antes que dar una gota de agua a Aragón, cuando días antes pedían el vaciado completo del pantano. Y esta vez ni siquiera está la manida excusa de los campos de golf, puesto que se trata de la petición de unos agricultores.
Vaciar el pantano y no dejar que escape una gota al mismo tiempo.
El cambio de estrategia de la “izquierda abertzale” ha sido tan vertiginoso que, al parecer, algunos de los elementos menos veloces del conjunto no han tenido tiempo de asimilarlo. Así, en las citadas declaraciones a Gara, la recién constituida plataforma “No al Trasvase de agua navarra” riza el rizo de lo imposible, defendiendo al mismo tiempo que se vacíe el pantano y que no se deje escapar “ni una gota de agua”.
Todo este cúmulo de despropósitos pone en evidencia una vez la acitutd de quienes, ora en nombre de la defensa de la naturaleza, ora en nombre de un supuesto progresismo, practican una política de obstuccionismo sistemático a todas y cada una de las infraestructuras proyectadas en Navarra. Esa agua sobre la que ahora reclaman la “soberanía” navarra, estaría ya en el mar si por ellos fuera.