El secretario general del PSE-EE, Txarli Prieto, aseguró sin embargo que el PSE no contempla una posible fusión: "Por ahí no tenemos nada que hacer, nada que trabajar. No se va a trabajar bajo ningún concepto, bajo ninguna idea de fusión".
Justo antes del anuncio de Ibarreche de celebrar su consulta, no obstante, la postura de Rojo coincidía con la de los presidentes de la Kutxa y la BBK, expresando en un comunicado conjunto que la fusión era “un proceso irreversible, imprescindible e inaplazable”. La fusión de las cajas vascas puede convertirse, por tanto, en un elemento más de negociación de cara a un posible pacto de legislatura o a una salida amistosa al Plan Ibarreche.
La polémica renovación de Rojo ha venido asimismo precedida por unas elecciones a impositores de Caja Vital en la que la candidatura más votada fue la afín al Partido Popular (250 votos), cuyos votos superaban la suma de los obtenidos por la del PNV-EA-Aralar (147 votos) y la del PSE de Gregorio Rojo, gran perdedor en aquellas elecciones al obtener su plataforma tan sólo el respaldo de 87 impositores.
Fianlmente, el PNV y el PSE controlarán el consejo de administración de Caja Vital que, tras la renovación de sus miembros en la asamblea general, queda formado por seis representantes del PNV, cuatro del PSE, cinco del PP y uno de CC.OO. El líder del PNV alavés, Iñaki Gerenabarrena, presumiblemente será nombrado vicepresidente ejecutivo.