La "Ciudad de la Carne".
La chispa saltó cuando el portavoz de Nabai Txentxo Jiménez, en la foto porfiando con la policía foral, anunció pública y oficialmente el apoyo de la coalición nacionalista al emplazamiento de La Ciudad de la Carne en las inmediaciones de Lumbier, junto a la Venta de Judas. La reacción no se hizo esperar. Por una lado del propio grupo municipal de Nabai en Lumbier, que manifestó su abierta oposición al proceso. Parece que la opinión de los lugareños, después de todo, es completamente irrelevante en un partido que presume de alternativo y asambleario. Tampoco fue tenida en cuenta la opinión de los concejales de Nabai en Sangüesa. Por otro lado el líder de Batzarre, Joseba Eceolaza, no sólo se sumaba públicamente a la oposición al proyecto, sino que arremetía contra Txentxo Jiménez y su rueda de prensa afirmando que "este es un estilo de hacer política que se debe cuestionar porque resulta extraño que habiendo podido evitar este nuevo problema se haya decidido provocar esta nueva crisis y eso es preocupante, es una alevosía". Eceoloza añadió, refiriéndose aparentemente a Txentxo, que no veía normal que "algunos personajes hagan del conflicto y de las guerras internas su capital político". Ante la polémica surgida, un comunicado de la permanente de Batzarre suscribió las palabras de Eceolaza, afirmando que "no es verdad que el grupo parlamentario se hubiera pronunciado en términos decisorios sobre la ciudad de la carne", y lamentando que "estas cosas que tanto afectan a la vida de un pueblo se realicen sin hablar, sin debatir y sin tiempo, con la gente afectada". Enésimo naufragio, por tanto, de la "poliética" y la "emakumentalidad".
El "matadero".
En este contexto, no nos ha pasado desapercibido el crítico análisis que Batzarre efectúa respecto a los resultados electorales de Nabai el pasado 9 de marzo. Así, dicho análisis establece a la luz de los resultados que "ha habido una falta palmaria de realismo en los objetivos". Lógico cuando se presentaron las elecciones como una segunda vuelta de las elecciones de mayo, marcándose un objetivo de 2 congresistas, 1 senador y 100.000 votos. El análisis de Batzarre continúa diciendo: "Se ha presentado a Na-Bai como la única voz de Navarra, postura que ofrece una imagen de prepotencia o repite el latiguillo nacionalista-vasco vía "somos los auténticos navarros". Na-Bai representa a un 18-23% de la población y debe respetar y tener en cuenta que hay fuerzas navarras con otra forma de entender la defensa de sus intereses y de sentirse navarros que son tan legítimas como la suya. Estas otras formas toman cuerpo en la identidad navarro-española y se organizan de acuerdo a ella; y desean estar representadas en las Cortes generales por ZP y por gente socialista de Navarra en el caso del PSOE, por UPN y Rajoy, o por Llamazares y gente de IUN en el caso de IU… Con la salvedad, además, de que en esta ocasión han logrado más del 80% de la representación en la sociedad navarra". Y por si esto fuera poco, la única fuerza supuestamente no independentista de Nabai termina su diagnóstico diciendo que "se ha abusado en la campaña de dar lecciones de ética, de otra forma de hacer política, etcétera. Tiene que haber mas humildad y no pretender impartir lecciones en materias en las que sólo se ofrece retórica o que simplemente entran en contradicción con algunas prácticas cotidianas fácilmente detectables por cualquier observador". Mugui-mugui.