Recién llegado de Hendaya tras celebrar el Aberri Eguna junto a Batasuna, ANV y los comunistas de las tierras vascas, Maiorga Ramírez no ha podido sustraerse a la atracción aritmética en virtud de la cual los escaños del nacionalismo vasco (PNV+Nabai), sumados a los del PSOE, conforman una evidente y dulce mayoría absoluta de 176 escaños.
Pero mientras el PNV pelea por un lado la “hoja de ruta” del lehendakari y su referendum, Nabai ha decidido abrir su propio frente paralelo con una exigencia terminante al PNV, la de que “no debe aceptar ningún acuerdo que no pase por la restitución de la situación institucional de Navarra”. Ramírez leyó un comunicado en el que se afirmaba que en la investidura de Zapatero “va implícita la aceptación del fraude electoral de Navarra, y por lo tanto sus posibles socios tienen la posibilidad de avalarlo o de impulsar la restitución democrática y la articulación del Gobierno de progreso acordado y decidido por la ciudadanía en la urnas”.
Lo cierto es que, antes de las elecciones, nadie en el PSOE ni en el PSN anunció un gobierno de coalición con Nafarroa Bai tras las elecciones, a pesar de la insistencia con la que se interrogó a los socialistas al respecto. Difícilmente por tanto esa inexistente coalición habría sido acordada y decidida por la ciudadanía navarra en las urnas, tal y como pretenden los nacionalistas.
Lo que ahora dice Nabai, por el contrario, es que pactar el gobierno de Navarra en Madrid, al margen de la voluntad de los navarros, le parece admisible siempre que favorezca sus intereses: “Quienes formamos parte de esta coalición progresista debemos plantear y exigir al PSOE que se retome y desarrolle la vía de acuerdo abierta durante el pasado verano con Nafarroa Bai para articular un Gobierno alternativo a UPN”.
Nafarroa Bai, tal como era de temer, intenta introducir explícitamente a Navarra en la negociación entre el PNV y el PSOE. Queda por ver ahora si el PNV separa Navarra de la negociación o si el nacionalismo vasco actúa como un todo. Por parte del PSOE, no obstante, parece claro que el gobierno de Navarra es la cesión más sencilla de todas las que podría ofrecer al nacionalismo.
Coincide que Uxue Barkos acude hoy a Madrid a entrevistarse con el secretario de organización del PSOE, José Blanco. En principio, sin embargo, el objeto de la entrevista será la constitución del Congreso y de los grupos parlamentarios, no los pactos de gobierno ni el posible pacto que Nafarroa Bai pudiera jugar en ellos.