Análisis sobre los resultados electorales.

Se reafirma una vez más que el PSOE atrae a muchos más votantes en las generales que el PSN en las elecciones forales. UPN y Nabai, por el contrario, retroceden respecto a los comicios de mayo. Con unos resultados muy similares a los del 2004, se repite el reparto de escaños 2-2-1 para el Congreso 3-1 para el Senado. Una característica llamativa es que tanto UPN, como PSN y Nabai suben en número de votos respecto al 2004. Desde este punto de vista, todos pueden cumplir con la tradicional representación de que todos han ganado. El gran perdedor de estas elecciones, sin embargo, es el conglomerado nacionalista de Nafarroa Bai.

Por un lado por las absurdas expectativas que ellos mismos habían creado, y que ahora quedan a enorme distancia de los resultados alcanzados:

Patxi Zabaleta: "Nuestro objetivo es superar los 100.000 votos y tener dos diputados y un senador".

Por otra parte, por haber vinculado la legitimidad de la actual fórmula de gobierno en Navarra al resultado concreto de estas elecciones generales. La candidata nacionalista Uxue Barkos afirmó hace apenas 10 días que la convocatoria de elecciones "es una oportunidad magnífica de responder en las urnas a lo que hicieron UPN-PP y PSOE el pasado mes de agosto".

Pues bien, a la vista tenemos cuál es la respuesta que sobre este asunto le ha dado el pueblo navarro a Uxue Barkos.

Se consolidan numéricamente los dos bloques existentes: el PP por un lado y el gubernamental por otro. El PP avanza, aunque de forma poco apreciable, a costa del bloque gubernamental. El PP tendrá que plantearse hacer algo más o algo distinto para ganar las próximas elecciones. Lo que sí se produce es una notable redistribución dentro del bloque gubernamental a favor del PSOE. Esta redistribución, que sitúa a algunos socios del PSOE al borde de la extinción política, plantea sin duda algunas paradojas. Por un lado, el PSOE tiene más cerca la mayoría absoluta (176) que la pasada legislatura. Por otra parte, los otros socios del bloque gubernamental se estarán preguntando a estas horas cuáles son sus posibilidades de sobrevivir en caso de apostar por cuatro años más de alianza con Zapatero. O crean algún tipo de barrera frente al PSOE y se diferencian de él de algún modo, o se han convertido en un producto tan parecido que sus votantes ya no ven la ventaja de votar a ERC o IU en vez de al PSC o al PSOE. Por esta razón, si los socios del PSOE conservan algún tipo de instinto de supervivencia política, parece razonable pensar que al PSOE le puede resultar más difícil alcanzar pactos durante la próxima legislatura aún teniendo más escaños que la pasada.

Otro de los aspectos llamativos de estas elecciones ha sido precisamente la debacle del nacionalismo en la Comunidad Autónoma Vasca. Llama especialmente la atención teniendo en cuenta que la CAV es el centro de decisión de los partidos que forman Nabai excepto Batzarre. El castigo ha sido espectacular, al punto de que el voto no nacionalista alcanza el 62%. Equivalente al castigo nacionalista, espectacular también el ascenso del PSOE, que se convierte en el partido más votado de la CAV, tanto globalmente como provincia por provincia.