De las palabras de Imaz, que se presenta a sí mismo como testigo presencial de las negociaciones, se deduce que Navarra en todo momento estuvo en las mesas paralelas de negociación con ETA. De esta forma, Imaz viene a dar la razón a quienes todo este tiempo han venido acusando a los socialistas de poner Navarra sobre la mesa de negociación. El PSOE se habría negado a defender la anexión de Navarra a Euskadi en un hipotético referendum consecuencia de la activación de la Transitoria Cuarta; sin embargo, aparentemente habría estado dispuesto a celebrar ese referendum siempre que la ETA le permitiera votar en contra, o al menos adoptar una actitud pasiva. El compromiso del PSOE con la ETA para celebrar este referendum parece además coherente con el “Navarra será lo que los navarros quieran”, insistentemente repetido por el presidente Zapatero. Resulta también llamativo que, siempre según Imaz, esta cuestión fue “el motivo principal por el cual se rompió la tregua”. Al parecer, el derecho de autodeterminación (la otra reivindicación histórica de ETA) no habría sido un obstáculo insalvable, lo cual también es coherente con las continuas referencias de Zapatero al “derecho a decidir” de los vascos.