En el panorama político actual todos los actores andan con nervios. Están pensando más en el día después de las elecciones generales que en el ahora. Casi todos tienen problemas, a Podemos no les van nada bien las cosas, parece que los entusiasmos iniciales se van apagando y las encuestas no les dan lo que les daban, poco a poco se les va viendo el plumero, y se vislumbra un futuro para todos menos preocupante. Su arrogancia, el ejemplo griego, su locura bolivariana, su continuo travestismo y su sectarismo con IU los están apartando de sus sueños. Para más inri -si el numerito del apoyo de Bildu a Otegui y a Diez entra dentro de lo esperable- el apoyo por gente de Podemos, es reflejo de otra cosa. Mientras Uriarte responsable de Euskadi no los apoya por que se presentan a los condenados como personajes “portadores de Paz”, la lista de Raquel Pérez de Podemos en Navarra, no ve en su apoyo ningún problema (sic).
Los independentistas catalanes en su locura por la Republica Catalana abrigan la esperanza de desembarazarse del obstáculo del PP en Moncloa. Parece que van a intentar aprovechar el interregno de la disolución de las Cortes -que ellos entienden como vacío de poder- para acelerar su hoja de ruta. Rajoy no descarta aplicar el artículo 155 de la Constitución, que suspendería la autonomía catalana. Sus presiones al poder judicial son inaceptables. El PNV esta a la espera de los posibles cambios en Madrid, para avanzar en su Estado Foral, con su pata estratégica en Navarra trabajando en esa dirección, pero sin romper la baraja, con discreción jugando siempre en el plazo medio y largo, para que desde la nueva Nabarra se soportase la construcción nacional vasca, incluso sin discutir la bandera.
El PSOE anda formalmente montando una campaña para salir a ganar, pero lo tiene crudo porque no les fue bien en las últimas elecciones, aunque lo disimulo con pactos con Podemos y demás. Las nuevas incorporaciones a las listas en Madrid, no hacen sino mostrar el lío que no pueden disimular. Sólo les puede salvar un acuerdo post electoral con C´s, pues todo apunta a que saquen unos resultados parecidos a los de Rubalcaba.
Los del PP es lógico que pierdan posiciones, pues los resultados de 2011 fueron extraordinarios y difícilmente repetibles, mucho mas después de realizar unos recortes importantes para enfocar la salida de la crisis. Pero su principal problema ha sido el abandono de la defensa de sus principios, lo que ha supuesto que una parte de su base social se encuentre desmoviliza, por desmoralizada. Parece como si las cosas apuntasen a un fin de ciclo al florecer los líos internos. Pero la no alternativa sensata les puede favorecer y así conservar su primera posición como partido más votado -eso sí- lejos de mayoría absoluta.
Los de C´s, después de las catalanas están subidos en la ola buena, con grandes esperanzas de alcanzar unos buenos resultados, en las encuestas superan claramente a Podemos e incluso los colocan por encima del PSOE. Están utilizando el antiforalismo para avanzar en el resto, dando por perdidas sus pocas posibilidades en País Vasco y Navarra. Todo apunta a que van a ser los que decidan el próximo gobierno –dicen que no desde dentro sino desde fuera- influyendo en el programa a aplicar. Es una esperanza que a cualquiera de los dos grandes partidos les puedan obligar a un programa más regenerador y español, que bien lo necesitamos