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Trabajo mucho. Demasiado. Más de 60 horas a la semana. Mi mujer también. Mucho. Ambos fuera de casa. Y dentro. Tenemos seis hijos. Un niño en Colegio El Redín y cinco niñas en Miravalles. Sacar adelante a un hijo es duro en este país. Seis también. Implica mucho trabajo. Fuera. Y dentro.
Después de agotadoras jornadas laborales llegamos a casa casi para el arrastre y empieza el otro trabajo: tareas, cenas, baños, cuentos, papatraémeagua, mamátengopis, lavadoras, secadoras, tendederos, plancha, fiambreras… A veces se nos escapan cosas: una reunión colegial, pedir aquella cita con el médico, el cumpleaños de un primo, pagar aquella multa de aparcamiento, salir a cenar con unos amigos. Pero no se llega a todo. Procuramos dedicar el tiempo a lo importante. Y que lo importante no se nos vaya, pero no siempre lo conseguimos.
Manifiesta el consejero de Educación del Gobierno de Navarra que “lo único que no se concertará serán los centros con enseñanza segregada”. Y me preocupa. Mucho. Me preocupa no enterarme que los colegios a los que llevo a mis hijos segregan. Algo así como si estuvieran creando monstruos. Lo hablo con mi mujer. Ella no ha notado nada raro. Estamos contentos, mucho, con los resultados académicos, pero por si acaso entre tanto trabajo se nos ha escapado este asunto, vamos a ponerle atención. El consejero desde su privilegiada atalaya debe saber más. Seguro. Para eso es consejero. Tendrá información que nosotros no tenemos. Sin duda el consejero debe investigar esto. Como vamos a hacer nosotros.
Pero le pedimos al consejero que investigue deprisa. A ver si antes del Pilar lo tiene listo. Porque si realmente en los colegios de enseñanza diferenciada se está discriminando, debe ir corriendo al juzgado de guardia y poner una denuncia, y a renglón seguido cerrarlos a cal y canto. No es creíble que tan graves acusaciones caigan en saco roto. Si mi mujer y yo nos enteramos de algo, se lo contaremos al consejero. Faltaría más. Porque si no se está discriminando y los resultados académicos son lo excelentes que son… ¿qué pasa?, ¿que quieren amordazar la libertad educativa de los padres?.
Seamos claros.
Un comentario
Juaaaas, unos hijos monstruosos y tú dedicándote a escribir artículos de opinión por ahí.
Espero que tus hijos y los míos se hagan igual de monstruosos y que no venga el consejero a rescatarlos.