La ikurriña y la cruz

Aunque continuamente se nos está hablando de un «cambio de régimen», a lo que en realidad hemos asistido desde el día de las elecciones es a un cambio de partidos en el poder tanto en el Gobierno de Navarra como en los ayuntamientos. Si debiéramos empezar a valorar las primeras consecuencias visibles de la llegada al poder de estos nuevos gobernantes multipartitos, lo que tenemos no es la inmediata desaparición de la pobreza, la infelicidad y la calvicie, sino la aparición omnipresente y machacona de la ikurriña en los balcones y fachadas de todas las instituciones. Y poco más de momento.

¿Y cómo se justifica la presencia de la ikurriña asumiendo además que se trata de un símbolo que sólo es sentido por una parte minoritaria del pueblo navarro? Pues según quienes han ordenado hacerla ondear, porque es un reflejo de la pluralidad que hay en la sociedad, y como tal hay que asumirla colectivamente con toda normalidad.

Lo que sucede es que, al mismo tiempo, otra de las manifestaciones visibles del cambio de gobierno ha sido la retirada de algunos crucifijos, como el del Salón de Plenos del Ayuntamiento de Pamplona. Es de suponer que no estamos ante un choque de religiones, aunque aparecen ikurriñas al mismo tiempo que desaparecen crucifijos. Sin embargo esto entra en flagrante contradicción con el argumento mediante el que se justifica la presencia de la ikurriña diciendo que es un reflejo de la pluralidad navarra y del sentimiento de una parte de su población. Según esa misma lógica, ¿por qué eliminar los crucifijos si también reflejan la pluralidad navarra, el sentimiento y las creencias de una parte de la población?

Alguien podría pensar que el dilema es o permitir los crucifijos y las ikurriñas o quitar ambos. Pero la verdad es que incluso en este dilema el crucifijo tendría alguna ventaja puesto que vivimos en un estado aconfesional. Es decir, que la administración no toma partido contra el crucifijo, sino que es inclusiva y neutral. En cambio, el Gobierno de Navarra o las instituciones de la Comunidad Foral no pueden ser neutrales entre los símbolos de Navarra y los de otras comunidades. El Gobierno de Navarra y las instituciones sí que son parte en esto y como tales deben tomar partido.

Por otra parte, quien siente una particular fobia por la cruz debería revisar su entusiasmo por la ikurriña, ya que precisamente esta bandera se compone de dos cruces sobre un fondo rojo, presidiendo la bandera una cruz blanca, la cual significa la preeminencia divina en la representación simbólica del lema «Dios y Ley Vieja» (Jaungoikoa Eta Lagizarrak). Todo esto no es que nos lo inventemos nosotros, es que lo explico en sus escritos el propio Sabino Arana, creador de la ikurriña. Es decir, que cuando alguien pone ikurriñas y quita crucifijos puede dar la impresión de que ni siquiera conoce el origen y significado de la ikurriña.

¿Cuál es su impresión sobre el nuevo gobierno?

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3 respuestas

  1. Lo que si es cierto es que por fin dicen una verdad cuando hablan de «cambio de régimen». Antes teníamos una democracia, imperfecta, y ahora tenemos una dictadura con apariencia de democracia, la Dictadura Perfecta, en las que unas minorías van a imponer a golpe de BON su ideología totalitaria y racista.

  2. A mi modo de ver, lo que si está claro es que hay una cierta fobia por todo lo que supone religión. Incluso procesiones de Fiestas Patronales. ¿Qué hay más grande en unas Fiestas Patronales que el propio Santo en cuyo honor se celebran las Fiestas?
    Pues ni eso se respeta.
    En Pamplona nuestro Alcalde,ostentosamente, se fue de vinos mientras se celebraba la Santa Misa del día 7 de Julio, San Fermín, argumentando que no era creyente.
    Yo creo que a la Santa Misa del día de San Fermín, el Sr. Asirón es muy libre de no acudir con ese argumento, pero lo que no me parece de recibo es que el Alcalde, representando a todos los pamplonicas, no acuda a la Santa Misa del día de San Fermín, precisamente por estar representando, nos guste o no, a todos los pamplonicas.
    Sin embargo he visto con sorpresa y sorpresa agradable el que el Alcalde de Tafalla, con el mismo argumento, que no era creyente, delegara su asistencia en una Concejala.
    La mejor opción es que, el Alcalde debe acudir a todos y cada uno de los actos, independientemente de sus creencias, gustos, etc.

  3. Cuando hablan de cambio de régimen se refieren a que los alcaldes no vayan a misa.

    Quizás sea pronto pero yo sigo viviendo igual. Lo cual me hace pensar que tengo más cosas que reprochar a los que se han marchado que a los que acaban de llegar.

    No. No he mudado mi chaqueta… Es pronto, pero tengo un escondite en la Baja Navarra, por si las moscas.

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