El magistrado del Juzgado de Instrucción número 6 de Córdoba, Armando García Carrasco, ha sentenciado que la Catedral-Mezquita de Córdoba es propiedad de la Iglesia Católica.
De esta manera quedan archivadas en primera instancia (todavía se puede recurrir) las denuncias presentadas por el concejal Carlos Baquerín Alonso, Julio Anguita y 205 personas más contra el Obispo de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto, la Junta de Gobierno Local de dicho Ayuntamiento y el Cabildo de la Catedral de Córdoba.
Los denunciantes acusaban a estos de los delitos de estafa, apropiación indebida, usurpación con las agravantes de alevosía, abuso de superioridad, abuso de confianza y prevalencia del carácter público del culpable, falsificación y delitos contra la administración pública.
El origen de estas denuncias eran las inmatriculaciones que la Diócesis había llevado a cabo de los diferentes monumentos, tales como la citada Catedral-Mezquita, el Triunfo de San Rafael, de la Puerta del Puente y su plaza, de la Ermita del cementerio de la Salud, de la Ermita de los Santos Mártires en el balcón del Guadalquivir, el Quiosco de San Hipólito, la Iglesia de la Fuensanta, su plaza y el pocito, y finalmente la Ermita del Socorro.
Según informa Infovaticana, el magistrado García Carrasco ha resuelto que los hechos denunciados carecen de contenido penal, dado que la inmatriculación de bienes inmuebles por parte de la Diócesis está amparada por la Ley Hipotecaria y que ha sido supervisada por los registradores de la propiedad.
El auto del juez, además, señala que la Mezquita fue adquirida por la Diócesis mediante donación del rey Fernando III en el año 1236 y, desde entonces, ha sido poseída de manera pública, pacífica y no interrumpida en concepto de dueño.
Tal vez resulte interesante señalar que el registro de la propiedad se crea en 1863 y que la propiedad de la mezquita de Córdoba (perdón, catedral) se remonta a 1236. Salta a la vista que una cosa es la propiedad y otra el registro, que la propiedad de la catedral no podía inscribirse en el registro en 1236 y que si el registro se creo en 1863 eso no significa que en España nadie fuera propietario de nada en 1862. Como anécdota, el decreto de 1863 que crea el registro de la propiedad declaraba en su preámbulo la innecesariedad de inscribir los templos destinados al culto, porque “no es indispensable que estén señalados con un número en el Registro para que sea notorio su estado civil”. Y es en parte por ello que no se inscribieron.
En relación con lo anterior, refiriéndose a un pasado donde no todo estaba inscrito ni ordenado, la legislación civil siempre ha contemplado la forma de otorgar seguridad jurídica al poseedor de un bien cuya titularidad no estaba documentada (ni por él ni por otro) pero cuyo dominio sobre ese bien se prolongaba durante un amplio espacio de tiempo. Esta figura jurídica, llamada usucapión, se describe a partir del artículo 1.941 del Código Civil y establece la adquisición de la propiedad de los bienes inmuebles por el poseedor al cabo de 30 años de posesión incluso “sin necesidad de título ni de buena fe”. Bajo ningún concepto cabe confundir esta figura con la “ocupación”, puesto que precisamente ésta se ejecuta sobre un bien ya registrado o del que ya es titular un propietario. Por la misma razón tampoco cabe comparar la ocupación con la inmatriculación, cuya característica principal es precisamente la de constituir la primera inscripción en el registro o la de estar la Iglesia, a veces desde tiempo inmemorial, en posesión del bien inmatriculado.
Interesa subrayar que alguien inmatricula sus bienes porque es el propietario, no que es el propietario porque los ha inmatriculado. El registro de la propiedad, como su propio nombre indica, no crea la propiedad sino que la registra. Lo mismo puede decirse de las inmatriculaciones. La Iglesia tampoco puede inmatricular cualquier cosa que le parezca o que esté registrada a nombre de otra persona u otra institución, pública o privada. La Iglesia no puede inmatricular por tanto El Sadar, el edificio de El Corte Inglés, o la casa de Bakartxo Ruiz. Si el registro de la propiedad se destruyera, o se anularan todas las inmatriculaciones, tampoco eso implicaría automáticamente que todas las propiedades registradas no eran de sus propietarios o quedan libres, sino sólo que el registro dejaría de tener validez para dar fe pública de esa propiedad.
La inmatriculación, por consiguiente, no hace que algo que no es de la Iglesia pase a ser de la Iglesia, sino que precisamente viene a reflejar y proteger la propiedad previa de la Iglesia sobre esos bienes inmatriculados. Una medida prudente, además, a la vista del anticatolicismo y del ansia por arrebatar sus bienes a la Iglesia por parte de algunos colectivos.
6 respuestas
Curioso, no creen en Dios, pero creen en el Registro Civil.
Ya lo decía Chesterton: cuando el hombre deja de creer en Dios es capaz de creer en cualquier cosa. Incluso en una inscripción registral.
Es de suponer que esa sentencia acabará con tanta tonteria sobre las inmatriculaciones que se ha dicho en toda España, hasta el último pueblo ha tenido brotes de izquierditis al grito de #aredereiscomoenel36 y tal.
Pero yo no las tendría todas conmigo, no es habitual que la izquierda respete las leyes y las sentencias, y menos cuando están subidos para arriba, y la podemitis hace que muchos estén hasta arriba de todo. Yo si fuera el Deán de la Catedral rezaría para no acabar fusilado contra la pared de la nueva Mezquita Salafista de Córdoba si gobierna Podemos…o degollado si gobierna esa sucursal del ISIS llamada Podemos Círculo Islámico.
Pues me parece muy bien. Pero también estaría bien que pagaran el IBI religiosamente, y nunca mejor dicho, y que cuando tengan goteras no llamen a Patrimonio Nacional para repararlas.
Ahí anda enredando no solo extremo izquierdosos bermejos y algún que otro converso para que la Iglesia Católica entregue la Catedral de Córdoba y se convierta en titularidad pública .
Breve historia:
La gran ciudad de Córdoba fue tomada por sorpresa por las tropas mandadas por el bereber Tariq tras la derrota en Ecija de fuerzas hispano-visigóticas reorganizadas mientras Sevilla se defendía , y solo quedó sin poder ocuparse la ciudadela con guarnición, que se rindieron. Todos los defensores fueron degollados . Los arabo-bereberes, más bien los primeros pues los segundos eran la carne de cañón destinados a las fronteras, tras seguir la conquista de la Bética, se asentaron en Córdoba convirtiéndola posteriormente en capital, desplazando a Sevilla.
Sobre la cristiana Iglesia o basílica de San Vicente mártir , los invasores, pidieron que se dividiera para el culto entre cristianos y musulmanes.Cosa por lo demás prudente teniendo en cuenta el escaso número de muslimes frente a los cristianos mozarabes.
Posteriormente dado que el número de éstos muslimes últimos habían aumentado, ya se sabe que eso de abolir los impuestos y los obstaculos al converso hace milagros, el emir independiente Abderramán de los Omeya , , compró su parte a los cristianos. Es decir , les haría una oferta que no podían rechazar. De ahí comienzan las ampliaciones , las utilizaciones de las columnas romanas etc etc , cada emir y luego cada califa independiente de Córdoba la ampliaba y embellecía. Y sabemos que las campanas de la ciudad de Santiago en Galicia fueron transportadas a hombros de cristianos hispanos capturados en las terribles campañas de Almanzor hasta la entonces mezquita de Córdoba para servir como lámparas. La inmediata fue devolverlas a espaldas de musulmanes hispanos hasta Santiago.
Los llamados almogávares( como los de la Corona de Aragón) de la frontera del luego reino de Jaén , en concreto Benito de Baños( Jaén) capitán de la gente de a caballo, que hablaba árabe y muchos otros con el adalid Domingo Muñoz(vecino de Andujar en Jaen segoviano )Domingo Muñoz de Coveña a propuesta de algunos moros , Martin de Godoy,Ordoño Alvarez vecino de Andujar , etc toman la muralla del barrio de la Axerquia , entrando en ella primero un tal Alvaro de Colodro ( de origen toledano ), , llegaron al poco los cristianos de Martos (Jaen) al mando de Pedro Ruiz Tafur, los hermanos Perez de Castro etc a quienes se les abre por los fronteros la puerta de Martos o del Sol ,logran ir abriendo puertas como las de Andújar, Baeza y Plasencia por proceder seguramente los fronteros de esas ciudades , empezando dura lucha , tomándose alguna fortificación por Martin Ruiz de Argote (navarro), donde colocó tras lucha el pendón, la llamada Torrecillas de los Argote fue defendida por el y su hermano Miguel, . La lucha fue durísima pero no logran conquistar si no una parte de Córdoba. Es curioso que uno de los que abrieron la puerta de Martos era Martin Fernández de Arciniega , vascongado alaves,que servía como capitan del marteño Alvaro Perez de Castro Leoviscón, le concedió el rey el apellido Martos con una puerta en su escudo.
En fin dejemos los nombres .
Enterado el rey Fernando desde Benavente de la situación requirió tropas , llegó a Córdoba por la ruta de la Plata y puso cerco a la ciudad y que al cabo del tiempo se pactó que todos los musulmanes abandonarían con sus bienes muebles la ciudad , entrando las tropas del rey Fernando y efectuándose un repartimiento posteriormente con repobladores . Acto seguido se adecuó al culto cristiano la mezquita donde se había coronado con la cruz entregándose por el gran rey Fernando III de Castilla y León, Jaén ,Córdoba, Sevilla ,señor de Vizcaya y Molina , a la Iglesia católica en el siglo XIII. Efectuándose a partir de entonces nuevas modificaciones para el culto cristiano , nuevas capillas ,nuevas naves etc. Conservándose así hasta hoy. Vamos lo que intenta por los extremo bermejos una nueva especie de desamortización o tal vez entregarla a alguien . Quizás eso de querer la titularidad pública no sea mas querer administrar como la Alhambra ,la pela es la pela , claro está que hay una ligera diferencia , la catedral de Córdoba conocida como mezquita es un lugar de culto cristiano y todavía hay muchos millones de cristianos católicos en el Andalucía que quieren a su Iglesia para que permitan semejante desafuero y que se sepa también ellos son pueblo. ¡Ojal! Tuviéramos solo un poquito de la fe de los santos mártires cordobeses San Eulogio, el niño Pelayo, San Alvaro, Sancho, Aurea ( primero musulmana),Flora ,María ,Laura y hasta casi la cincuentena mártires hombre y mujeres , algunos de otras partes de la Spania, incluida la hoy Portugal y de la forma que lo fueron degollados, quemados, arrojados sus restos a los perros etc.
Así que ¡ aire! Y dejar de poner las manos en lo que no es vuestro, es de la Iglesia Católica. No voy a repetir lo que significa la inmatriculación pues ya lo ha dejado claro el NC. Ni como se adquiere la propiedad de las cosas en derecho español, y lo del título y el modo etc.
Los fascibermejos,que se creen pese a sus apellidos descienden de algun que otro muladí, seguro si fuera propiedad la catedral, pongo por caso si fuera posible, de otros u otras iglesias ni caso, o muchas loas. Bueno eso por no dejar aquí constancia de la intolerancia de muchos comentarios de las redes sociales. Simplemente denotan odio a la Iglesia. ¿ A cuál? Por supuesto a la Católica ,las demás no cuentan para el fasciocomunibermejo. ¡Ah! Menos mal que todavía no manejan el BOE los del exprópiese , a lo mejor empezaban por Cáritas.
Dará igual . la justicia ,las leyes , el sentido común cuando lo que mueve es el odio , el resentimiento y buscar un presunto enemigo un «muñeco de goma» .. en quien desahogar todas las frustraciones personales , laborales , familiares … caña a la Iglesia que total está de moda meterse con ella .
El comentario de Ispan es verdaderamente magnífico (salvo por el prefijo «fascio» que no viene a cuento y es, de hecho, otra concesión más al marco de referencia de la ultraizquierda, la dueña del lenguaje).
El artículo es también muy informativo. Buen argumentario. Por supuesto y como ha indicado algún otro comentarista, esto no acaba aquí. Recurrirán a jueces de su cuerda y seguirán agitando y manipulando las mentes. Por eso vence el activismo. Que se lo digan a los separatistas batasúnicos que van a hacerse con el Ayuntamiento de Pamplona.
Gran victoria esta última, por cierto, de todos los supernavarrísimos de la superforalidad. Esa que por todo contenido tiene «déjame en paz el privilegio fiscal y las poltronas».
Pero volviendo a la Catedral de Córdoba, hay algo que, como un alfiler cuando se olvida en la ropa, no deja de molestarme de cuando en cuando. No termino de entender la gracia de escribir «(perdón, catedral)».
No sé si denota una especie de espíritu de neutralidad sincrética, o algo así, una cosa como «aggionarda», liberacionista, liberal, «alta de miras» o «sofisticada». Una actitud en definitiva -de ser ése el caso- destinada como las cien mil veces anteriores a ser aplastado por quienes sí tienen las cosas claras.
O si quizás es una especie de autobroma por la mala conciencia de haberse atrevido a escribir un par de veces «Catedral-Mezquita». Una suerte de forma de perdir perdón por semejante «activismo radical». Algo así como «perdónenme ustedes por atreverme a ir tan lejos».
Sinceramente: no termino de poder ponerme en la piel del redactor cuando escribió aquello, pero resulta que ninguna de las opciones que me vienen a la cabeza me terminan de dejar tranquilo. Todo lo contrario. Frustran y dan pena. O incluso miedo.
Yo no sé de ninguna Catedral-Mezquita, Mezquita-Catedral, Basílica-Morabito o Ermita-Oratorio. Quizás haya alguna en Arabia Saudita o en Irak. O en Marruecos a lo mejor. Pero ahora mismo no las recuerdo.
Lo más parecido es Santa Sofía, en Constantinopla. Pero claro, eso es un museo y sólo un museo. Implícitamente dedicado a la invasión turca de Europa y la matanza de los bizantinos. Un recordatorio para los que tienen la maldita manía de recordar.
En Córdoba que yo sepa lo que hay es una catedral. Sin guiones, ni barras, ni conjunciones por en medio. Catedral a secas. Y si se menciona, no sé, 674 veces en un mismo texto, en esas 674 veces se la llamará «catedral».
No quiero tener que darles la razón a los científicos que creen que hay una base congénita en las actitudes políticas, porque éstas se derivarían de rasgos fundamentales del caracter. Hay muchos experimentos en torno a ello. Pero se me hace cada vez más difícil oponerme a la idea. Porque eso parece indicar la incapacidad diríase que esencial, absoluta, «genética» de los derechistas a la hora de tomarse en serio el lenguaje. No se toman en serio los mecanismos que funcionan ni aunque lleven sufriéndolos doscientos años en sus carnes, derrota tras derrota.
Así que algo de eso tiene que haber. Les preguntaré a los del Partido Popular de «Euskadi» (sic). O a Soledad Ruiz (con perdón). Para aclararnos: Bakartxo Ruiz por nombre sabiniano. Respeto máximo a la libertad del individuo y a las creaciones peneuveras. Dios me libre de ofender. Quizás ellos sepan responderme quién se toma en serio su propio activismo y quién quiere ganar de verdad.