¿Barkos o Chivite?

Durante todo el apretado recuento de ayer se dirimieron dos escenarios que iban cambiando según un escaño iba al PSN o a Geroa Bai. Aparentemente.

Según bailaba ese escaño GBAI+Bildu+Podemos+IU conseguían 26 diputados, o bien se producía un empate a 25 con UPN+PPN+PSN.

Finalmente el escaño cayó del lado de Geroa Bai y de este modo la formación de Barkos, más Bildu, más Podemos, más IU, suma 26 diputados y el esbozo de lo que sería un gobierno con mayoría absoluta sin necesidad de contar con el PSN. Todo invita a pensar que ese gobierno lo presidiría Uxue Barkos puesto que Geroa Bai sería la fuerza más votada de esa coalición, el mundo no está preparado para ver a Araiz de presidente y Laura Pérez es a Uxue Barkos lo que Evo Morales (en su faceta futbolística) a Leo Messi.

Aparentemente.

Porque, aunque la coalición nacional-izquierdista sin el PSN es perfectamente posible, puede no ser la más deseable desde el punto de vista estratégico.

¿Qué les interesa más a Podemos o incluso a Geroa Bai más allá de las fronteras navarras? ¿Pactar con el PSN o pactar con Bildu?

La suma GBai+Podemos+IU+PSN alcanza los 25 diputados. Es casi una mayoría absoluta alternativa. Es un gobierno en minoría que es casi mayoría absoluta. Y es un gobierno al que para oponerse continuamente hay que sumar continuamente los votos de UPN+PPN+BILDU, formaciones que en algo tiene que equivocarse alguna para coincidir continuamente entre ellas.

El mayor freno a esta alternativa quizá sería el choque de egos. ¿Cedería Barkos la presidencia a Chivite? Para el PSOE sería mucho más fácil vender la alianza con Gbai y Podemos si el gobierno lo preside María Chivite. Es lo bueno que tiene el PSN, que teniendo unos resultados desastrosos sigue siendo un partido estratégico.

Naturalmente la opción «hardcore» siempre está abierta, con Bildu+GBAI+Podemos+IU.

Excluir al PSN tendría otro inconveniente para la opción hardcore, y es el de decantar al PSN de cara al futuro a favor del entendimiento con UPN, porque al PSN le será más fácil en el futuro no apoyar un gobierno del que sea oposición.

¿Hay más escenarios abiertos?

Siempre quedaría una repetición de las elecciones, si de un lado u otro viniera un veto a algún pacto. De Podemos a Bildu, por ejemplo. Y que al mismo tiempo ni Barkos ni Chivite cedieran en su pretensión de ser presidentas. Ahora bien, esta mayoría de 26 diputados es un regalo que difícilmente pondrán en riesgo mediante una repetición de las urnas las formaciones que han sido agraciadas por ellas, por lo menos si de ellas depende.

Aritméticamente existen más opciones, pero todas ellas a priori parece extravagantes. ¿Y un gobierno en minoría PSN+Podemos+IU? Sería quizá la opción no imposible menos extravagante.

Análisis del resultado por bloques

El gran perdedor es el centro-derecha, que pasa de 23 a 19 diputados.

El nacionalismo pasa de 15 a 17. Bildu gana uno y Gbai otro. Se demuestra que efectivamente el nacionalismo no sufre por la irrupción de Bildu sino que eran fenómenos complementarios y que pescan en distintos caladeros.

La izquierda no nacionalista es la gran ganadora, pasando de 12 a 16 diputados.

Alguien podría preguntarse cuál ha sido el trasvase de votos que ha hecho posible estos resultados. ¿Han pasado los votantes del centro derecha a la izquierda? Teniendo en cuenta que la participación no ha sido muchísimo mayor que en 2011, ¿han entrado abstencionistas a votar a la izquierda? ¿Han salido a la abstención en similar medida votantes de derechas? El centro derecha (UPN+PPN+CDN) tuvo casi 140.000 votos en 2011, que ahora, incluso con más participación, se han quedado en 115.000 (UPN+PPN+Ciudadanos).

Sin duda ha debido de pasar algo de esto para explicar los resultados, aunque para rematar el análisis resulta imprescindible citar lo sucedido con Ciudadanos.

Por una lado tenemos que UPYD y Ciudadanos, siendo ideológicamente casi lo mismo, a pesar de ello han concurrido a las urnas por separado. Obviamente le ha ido mucho peor a UPYD, pero el resultado global y particularmente en Navarra se muestra devastador: 11.500 votos desaprovechados que habrían podido cambiar sustancialmente los resultados.

Por si fuera poco para la candidatura de Ciudadanos en Navarra, en los últimos días hemos asistido a lo que puede ser el final más desastroso de una campaña electoral en la historia de la política, exagerando no demasiado.

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