Evidentemente, aunque ambos en Navarra, unos resultados se obtuvieron en unas elecciones generales y otros en unas elecciones autonómicas, por lo que no son extrapolables pero aún así llama la atención el notable ascenso de votos obtenido en estos 3 años por UPN y CDN. Por otra parte, todos los partidos (al menos cuando las ganan) presentan la victoria en las elecciones autonómicas y municipales como el preludio de la victoria en las generales, de forma que de algún modo admiten una relación. Si, como plantean los nacionalistas, existió en Navarra una clamorosa voluntad de cambio, de estos datos podría deducirse que esa voluntad de cambio tocó techo en el 2004, y lo que se estaría produciendo desde entonces sería una voluntad de cambio hacia posiciones más conservadoras. Contrasta especialmente el 33,5% de votos que obtuvo el PSOE en las generales con el 22,4% que ha recibido el PSN en las autonómicas. Puede interpretarse como que hay votantes que eligen al PSOE en las generales y a UPN o CDN en las autonómicas, o a Nabai en las autonómicas y al PSOE en las generales, pero también se podría interpretar como un claro frenazo del deseo de cambio al ver el electorado que el resultado del cambio consiste en el pacto con los nacionalistas y en la política negociadora con la ETA. Es probable que a Puras no le haya beneficiado nada la política socialista practicada en Madrid, y es probable que ahora Zapatero se esté preguntando cuánto le puede perjudicar a nivel nacional una política de pacto en Navarra con Nafarroa Bai y su variopinta galería de personajes antisistema, dispuestos a doblegar a Puras a golpe de ultimatum.