Lo normal y deseable es que el líder del grupo no sea elegido. Lo normal esque se haga en su seno, se imponga a sus miembros por su ambición, susconocimientos, su personalidad, su talento, su habilidad, sus capacidades, suinfluencia, su empatía, su arrojo y sea reconocido por éstos como tal. Su liderazgo, no obstante, será siempre temporal, siempre estará, o quizá mejor,deberá estar, cuestionado por quienes aspiran a desbancarle y sucederle. Así pues, cortar las alas al líder es una de las actividades que se deben dar en el grupo e impedir que esto suceda es lo que el líder nunca debe olvidar ni abandonar. Si lo hace está perdido y tiene sus días contados. Por este motivoes tan duro ser líder. No puede dar cobijo a la compasión, debe validar día a día su liderazgo, convencer con sus cualidades, cortar cabezas si es preciso, poner a cada uno en el sitio y función que le corresponde en el grupo. Debe permanecer siempre sólo con su responsabilidad en la elección de los asuntos del grupo, lo que no impide que busque asesoramiento pero siempre atento para evitar la corrosiva acción de los aduladores y administradores infieles.
Ahora bien, no debemos olvidar que esta aspiración a quebrar la capacidad devolar del líder mantiene la viveza del grupo e impide su progresivo deterioro hasta su desaparición o pérdida de la influencia si, a su vez, el grupo ejerce el liderazgo de otro mayor. Nada peor para un grupo que un líder adormilado porque no tiene contestación interna o por la ausencia de un debate vivo y leal capaz de crear y hacer visibles nuevos líderes. Nada más deseado por laclientela aduladora establecida en torno al viejo y amodorrado líder que evitar el debate bajo el sofisma de que los debates crean desunión. Es justo al revés, la ausencia de debate da lugar a suspicacias, recelos y desconfianzas.
En las organizaciones democráticas, por razones que no vienen al casoanalizar en este artículo, el liderazgo, además de las cualidades que le sonpropias, tiene que ser revestido de legitimidad con procesos, más o menosmatizados, de elección del líder. Pero ello no impide que la batalla por elliderazgo se mantenga planteada en su más cruda agresividad, como en elcaso del gallo que persigue al gallo contrincante hasta su humillación total.
Estamos en año electoral y en el intento por conseguir cortar las alas del lídercontrincante, o del aspirante, vale todo: los populismos, la demagogia, eldisimulo, las medias verdades, el doble rasero para medir las capacidadesdemocráticas o el grado de abnegación en las prestación del servicio público. Sirve hasta la mentira y todo tipo de marrullerías. Se emplea hasta el ramplón argumento del “tu más” que ofende a la inteligencia más elemental del ciudadano. Se recurre a los palmeros que aplauden, mientras el mitinero levanta la voz y dice la mayor de las perogrulladas. El ciudadano, por su bien político, no debe olvidar que ello va en el proceso. No hay más que asomarse a los mítines de la primera de las contiendas electorales; las elecciones andaluzas.
Previamente, a esta lucha por las alas del adversario, hemos asistido, con el mismo marco de fondo, a la elección de los líderes de los partidos. En UPN seha recorrido un sinuoso camino. Se ha ensayado casi todo: autoproclamación, elección en pequeño comité (el de listas) y mediano (el Consejo regional). Sólo ha faltado, lástima, la elección directa por la asamblea de afiliados y, aun hubiera sido mejor, abierta a simpatizantes. Pero en todo caso, el debate no se ha perdido afortunadamente y espero que no se pierda en lo sucesivo. En los últimos días se ha pretendido imponer la lista electoral al líder y, éste en supapel, lo cual demuestra que pretende serlo, lo ha impedido. Por eso, mientras no demuestre su incapacidad para el liderazgo, ya que ha sido designado, conviene guardar las tijeras de podar y dejar que se rodee de quien considere los mejores para acompañarlo en sus singulares tareas de acción parlamentaria y de Gobierno.