No cabe ninguna duda del ansia de los anexionistas euskaldunes por hacerse con el gobierno de Navarra, pero precisamente por eso es dudosa su capacidad para llevar a cabo los órdagos que lanzan. Si el martes era Maiorga Martínez quien avisaba al PSN que rompería las negociaciones en caso de que Koldo Amezketa no fuera nombrado presidente del Parlamento, ahora, precisamente tras haberse nombrado para el cargo a la socialista Elena Torres, comparece Pachi Zabaleta para decir que “la seriedad y el rigor de la apuesta por un cambio político en Navarra requiere al PSN que se pronuncie por escrito con exclusividad”, y que en ese pronunciamiento por escrito el PSN “debe excluir cualquier posibilidad de conformar gobierno o recibir apoyo para su conformación con UPN”. Zabaleta amenazó a los socislistas con que si no han realizado este pronunciamiento escrito antes del lunes, el PSN “habrá hecho imposible la prosecución de las negociaciones”.
No cabe duda de que el PSN está negociando con acierto. Por lo menos, ya tiene a la contraparte nacionalista de los nervios. Con tanto nerviosismo y tanta prisa por firmar, el PSN ya tiene ganada la posición estratégica. Un comprador ansioso nunca consigue un buen precio. Pese a que el PSN probablemente desea llegar a un acuerdo con Nabai, y sólo utiliza a UPN como una forma de presionar y desquiciar a la gente de Zabaleta, los nacionalistas han puesto en cambio a Puras en una situación comprometida. Puras daría una imagen de gran debilidad ante los radicales de Nafarroa Bai si estos le plantean públicamente un ultimatum y Puras se pliega ante ellos.