Diario de Noticias publicaba ayer un artículo curioso sobre el empleo público en Navarra. Las Administraciones Públicas de Navarra habrían adelgazado su plantilla en 1.425 personas desde que, en junio de 2010, comenzaron a aplicarse los recortes más severos. En este tiempo, y según el Boletín Estadístico del personal, la Comunidad Foral habría pasado de contar con 34.599 trabajadores, su techo histórico, a contar con 33.174 en junio de 2014, último periodo del que existen datos definitivos. Esta caída supone un recorte del 4,12%, un descenso muy inferior a la caída que ha experimentado el empleo privado.
Otro dato que aporta el Noticias es que Navarra tendría unos 19,5 habitantes por empleado público, algo por encima de la media española (18,2) y también por encima de la media europea. Citando a la Organización Internacional del Trabajo, sin embargo, España tendría 15 personas por trabajador público. Solo Chipre, Portugal, Italia y Austria poseerían menos plantilla pública según su población, mientras que Dinamarca, Suecia y Finlandia encabezan el ranking con un mayor peso del empleo público. Asimismo, Navarra sería una de las comunidades españolas en las que, en relación a su población ocupada, menor peso tendría el empleo público.
¿Qué conclusiones podríamos deducir de lo anterior?
Pues que el Gobierno de Navarra, una vez más, es muy malo.
Que destruye mucho empleo público.
Y que crear empleo público es muy bueno y reducirlo muy malo.
Lo que sucede es que todas estas tesis se pueden contemplar desde un punto de vista totalmente alternativo.
Si, por ejemplo, nos vamos al INE, lo que vemos es que las cifras difieren bastante y el número de asalariados navarros del sector público en el tercer trimestre de este año ascendió a 44.200 personas. Si retrocedemos a 2007, todavía al inicio de la crisis subprime y con máximos ingresos fiscales auspiciados por la insostenible burbuja inmobiliaria, en Navarra sólo había 39.200 asalariados públicos. Unicamente podemos decir que el número de asalariados públicos haya bajado algo tomando como referencia los máximos históricos. El Noticias omite de hecho datos anteriores a 2010, aunque la crisis empezó 3 años antes. Es decir:
-Que mientras los ingresos fiscales se desplomaban y nos subían los impuestos, aumentaba el número de empleados públicos. -Que el sector público ha cargado todo el ajuste de la crisis sobre el sector privado, en el que el paro se disparaba. -Que en Navarra, se ha pasado de 44.800 de máximo a 44.200 asalariados públicos actuales, un descenso de sólo el 1,4%.
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http://www.ine.es/consul/serie.do?s=166-82275&c=2&nult=25
Siguiendo con los datos del INE, si comparamos estas cifras con las de la CAV nos encontramos con que de 149.800 asalariados públicos en el primer trimestre de 2011 pasamos a 137.200 en el tercer trimestre de 2014, en porcentaje un descenso del 8,5%. Es decir, que el Gobierno de la CAV ha destruido mucho más empleo público que el navarro.
http://www.ine.es/consul/serie.do?s=166-82265&c=2&nult=25
¿Es malo destruir empleo público?
En principio parece que destruir empleo público es algo inherentemente malo. Así parece desprenderse del texto del Noticias. No obstante, si cerráramos el Circuito de Los Arcos o Senda Viva, cosa que en principio agradaría al Noticias, destruiríamos empleo público. ¿Es entonces bueno o malo destruir empleo público? Pues depende. Destruir empleo público no tiene por qué ser malo, ni crearlo bueno. Alguien podría pensar que si el sector público contratara al 100% de la población se acabaría con el paro. Pero esto es no entender que el sector público se financia con la riqueza que crea el sector privado. Si se elimina el sector privado desaparece la riqueza que permite financiar al sector público, que quebraría de inmediato. Por consiguiente, el sector público no puede ser mayor que lo que puede financiar el sector privado. Por esa misma razón, el sector privado no puede estar pagando empresas públicas absurdas como el Circuito de Los Arcos, porque todo el dinero que va al circuito deja de generar riqueza en el sector privado y quita presupuesto a servicios públicos que sí son básicos. En conclusión, eliminar empleo público puede ser beneficioso para el conjunto de la economía y la propia sostenibilidad del sector público. Pero si aceptamos esto la tesis del Noticias cae por su base.
¿Hay pocos o muchos empleados públicos?
Como se deduce del párrafo anterior, la pregunta correcta sería más bien: ¿cuántos empleados públicos puede sostener el sector privado español? Porque el fuerte sector privado alemán, danés, sueco o finlandés a lo mejor puede sostener un número de empleados públicos por habitante que ni de lejos puede sostener el maltrecho sector privado español.
Antes de que se lo preguntara el Noticias, nosotros ya planteamos hace más de un año esta paradoja.
Alemania, según los datos de la Organización del Trabajo, en 2010 contaba con 5,9 millones de empleados públicos. Por su parte, según los datos de la EPA en aquel momento, en España había 2,84 millones de asalariados públicos. Por otro lado, España tiene 47 millones de habitantes frente a los 81,8 de Alemania. O lo que es lo mismo, había 13,8 habitantes por empleado público en Alemania mientras que en España había 16,6. En conclusión, en principio había menos asalariados públicos en España que en Alemania.
Sin embargo, lo cierto es que en España sólo había 16,6 millones de personas ocupadas (datos EPA), que menos los asalariados del sector público se quedaban en 13,76. Es decir, que sólo había 4,8 españoles ocupados en el sector privado por cada 1 en el sector público.
Por el contrario, en Alemania hay 41,5 millones de ocupados que menos los empleados públicos son 35,6 millones. Por consiguiente, hay 6 alemanes en el sector privado por cada asalariado del sector público.
Así pues, aunque en Alemania había más empleados públicos por habitante, paradójicamente habían muchos menos por cada ocupado en el sector privado. La conclusión era que para que a los españoles les costara el mismo esfuerzo que a los alemanes sostener el empleo público harían falta o bien 3,24 millones de empleos más en el sector privado o bien 550 mil menos en el sector público.
Todo esto sin tener en cuenta que los empleados públicos en España ganan mucho más que los privados que financian sus sueldos, lo que complica todavía más que el sector privado español pueda sostener al sector público.
En definitiva, nos encontramos una vez más con un análisis en el que la izquierda desprecia totalmente al sector privado, ignora por completo el esfuerzo que el sector privado tiene que hacer para sostener al público y olvida, además, que sin un sector privado fuerte es imposible sostener un sector público que garantice los servicios esenciales.
5 respuestas
Por qué hay que compararse con la CAV?? Por qué no con Aragón? O con La Rioja? Es que tenéis envidia de la CAV para estar permanente comparando a Navarra?
creo indio….haberte explicado en un anterior comentario,que el mirar a los vecinos del norte del Reyno de Castilla,mas que a los vecinos del Reyno de Aragón,Francia etc etc,es que los del norte del Reyno de Castilla son el típico vecino que te roba todo lo que pilla en nuestra casa,el que dice que mi coche es suyo,y que mi familia es la suya,y también los del norte del Reyno de Castilla es el típico que esta a mi lado en un bar,y me quita mi copa de vino y pintxo para decir que es suyo,espero que en esta segunda aclaración me hayas entendido mejor que en la anterior explicación.
«-Que mientras los ingresos fiscales se desplomaban y nos subían los impuestos, aumentaba el número de empleados públicos.
-Que el sector público ha cargado todo el ajuste de la crisis sobre el sector privado, en el que el paro se disparaba.
-Que en Navarra, se ha pasado de 44.800 de máximo a 44.200 asalariados públicos actuales, un descenso de sólo el 1,4%.»
Estas afirmaciones de NC sobre el empleo público y sus repetidos intentos de conceptualizarlo como una «carga» despilfarradora y, por supuesto, prescindible que recae sobre los pesarosos hombros del sector privado, son un simplismo que sonroja.
Como todo el mundo sabe la parte del león del empleo público (dejando Justicia a un lado) lo suponen (como no podía ser de otra manera) cuatro servicios públicos concretos: sanidad, educación, hacienda y seguridad.
En la prestación de esos cuatro servicios es donde trabajan la gran mayoría de los empleados públicos (no en el circuito de Los Arcos o en Senda Viva como parece da a entender la noticia).
Y da la casualidad de que justamente el volumen de personal necesario para sostener esos cuatro servicios públicos concretos es una variable que está FORTÍSIMAMENTE relacionada con el número de habitantes del territorio. De modo que a más habitantes, mayor necesidad de empleados públicos para sostener esos cuatro servicios.
Así, a diferencia de otros servicios públicos como la traducción oficial o la gestión de los museos (el trabajo de los traductores del Gobierno de Navarra o de sus gestores museísticos no se incrementa sustancialmente porque la población crezca un 10%, en el primer caso porque no es una variable relacionada con el número de habitantes y en el segundo porque está relacionada de manera muy débil con el número de habitantes al no ser la visita a los museos una necesidad básica de la población como sí lo es la educación o la sanidad), en el caso de la sanidad pública o de la hacienda pública su carga de trabajo sí que se incrementa casi automáticamente según lo hace la población, de modo que si el número de habitantes crece un 10% los empleados públicos adscritos a Hacienda o al Servicio Navarro de Salud tienen de forma más o menos inmediata casi un 10% más de pacientes de atender y un 10% más de declaraciones de impuestos que revisar y gestionar.
Pese a ello, NC una y otra vez pretende convencer de que el hecho de que en 2007, 2008 y 2009 se siguiera incrementando el número de empleados públicos, pese a que ya había empezado la crisis económica y fiscal en la que nos encontramos metidos, es una muestra obvia de despilfarro; olvidando u ocultando (al margen de las particularidades de la gestión del empleo público) el importante dato de que en esos años la población de Navarra se seguía incrementando de forma importante
(de hecho la población de Navarra desde 2001 a 2011 creció casi un 20%, y es obvio que si al mismo tiempo no se hubiera incrementado la plantilla de empleados públicos los servicios de sanidad, hacienda, etc. habrían colapsado).
Y eso no supone criticar o no, la gestión realizada en este país en materia de empleo o de la prestación de servicios a la ciudadanía, simplemente supone ofrecer un cuadro más completo y menos engañoso de cuál ha sido la situación respecto al número de empleados públicos que lo hagan más objetivo que esa distorsionada visión del empleo público casi como un capricho y no como lo que es en cualquier país socialmente avanzado, un instrumento necesario para la prestación de servicios públicos a los ciudadanos.
Lo siento pero no, no me convence. No me parece que todo eso, que comparto, justifique la permanente comparación con la CAV en algo que se autodenomina «Navarra confidencial»
Yerra Ikerzeta al afirmar que el número de empleados públicos depende del número de personas, al olvidar que más correlación tiene aún la dispersión en el territorio.
Y obvia como no puede faltar, la poca eficiencia y hasta a veces eficacia del sector público.
Ejemplo concreto, en persona lo conozco, hospital público en una provincia centrada en España, 4 enfermeras por planta de noche, que pasan viendo videos. Temen que la gestión privada del centro les haga trabajar al estilo privado, 2 enfermeras por planta, y un refuerzo en recepción por si fuera necesario. Se acabaron las noches de videos. Y como este caso, en la mayor parte de las orgsnizaciones públicas, sobre todo, Educación. Y lo sabemos todos.