Las cotizaciones sociales, el impuesto invisible

Hay un impuesto oculto equivalente a 84 días de trabajo (7.296 euros para el asalariado español medio) que el trabajador nunca llega a cobrar ni generalmente a saber siquiera que lo ha pagado. De hecho es el impuesto por el que más paga un mileurista.

La razón es que la empresa se lo paga al estado antes de que el trabajador siquiera lo cobre o incluso sepa que debería cobrarlo.

Por consiguiente se trata de un impuesto que puede pasar casi desapercibido para los trabajadores los cuales se creen o que no existe tal impuesto o que es un impuesto sobre la empresa, en vez de sobre su salario.

El hecho es que a las empresas el trabajador español medio les cuesta 31.696 euros, en vez de los 24.400 que cobra el trabajador.

El truco consiste en que el estado, en vez de dejar que el trabajador cobre 31.696 euros y quitarle luego 15.988, lo que hace es que la empresa le pague 7.296 euros que el trabajador nunca llega a cobrar.

A la empresa le da lo mismo, porque paga 31.696 euros.

Al estado le da lo mismo, porque cobra 15.988.

Pero al trabajador le da la impresión que lo que paga al estado son 8.692 euros sobre 24.400 (el 35%), cuando realmente esta pagando 15.988 sobre 31.696 (el 50%).

Este impuesto «invisible» son las cotizaciones sociales.

Resultados:

1- Entre una cosa y otra, sin que apenas sea consciente, el trabajador español medio paga al estado el 50% de lo que le cuesta a la empresa; es decir, de lo que básicamente podríamos llamar su sueldo.

2-De bajar las cotizaciones sociales nunca nadie dice nada. Las bajadas de impuestos pasan a su lado sin tocarlas.

3-Entre una cosa y otra, la fiscalidad que soporta el trabajador español medio es altísima. Por eso hemos llegado a un punto en que cuando se nos suben los impuestos no aumenta la recaudación, sino que se hunde la economía (o alternativamente se sumerge). Y aún hay quien asegura que la presión fiscal española (concepto escurridizo, porque ha caído aunque nos han subido los impuestos) es muy baja y que todavía hay que subirnos más los impuestos.

fiscalidad trabajo 2014

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Un par de cosas más aún sobre las cotizaciones sociales.

Las cotizaciones sociales a la Seguridad Social en España son de las más altas de la UE. Lógicamente actúan como un impuesto sobre la contratación, por lo que no es extraño que si estas cotizaciones son las más elevadas de la UE este hecho se encuentre muy relacionado con que España tenga el paro más alto de la UE.

Otro punto llamativo que muchas personas seguramente desconocen: las cotizaciones a la Seguridad Social tienen un tipo único del 36,25% (29,9% pagado por la empresa y 6,35 pagado por el trabajador), sea cual sea el sueldo del trabajador. Esto diluye notablemente la progresividad global del sistema fiscal. Más aún, hay un techo por trabajador a las cotizaciones sociales de forma que nadie cotiza más de 15.647 euros cobre lo que cobre. Esto favorece claramente a las rentas altas y no sólo eso: al empresario le sale más barato subir el sueldo a los empleados que más cobran y ya están más allá del límite que a aquellos a los que subirles el sueldo implica pagar más cotización social.

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3 respuestas

  1. Luego si bajamos las cotizaciones sociales, habrá más empleo , y si aprovechamos para destopar las cotizaciones de los sueldos más altos, favoreceremos que los sueldos más bajos suban más.
    Pero hay miedo a que la gente de se cuenta de los impuestos con los que somos sableados, y por contra, hay mucha gente que piensa que los sableados son otros, y que el estado se creó para cuidarles a ellos en concreto….como otros cientos de miles que están igual de equivocados.

  2. Ni las cotizaciones sociales son un impuesto, ni se puede decir que su cuantía en España esté MUY relacionado con el nivel desempleo.

    Las cotizaciones sociales no son ningún impuesto. Por eso no se pueden utilizar para hacer centros de interpretación de la ola ni de la trufa, ni para construir autovías a ninguna parte, ni para pagar el sueldo a «asesores» enchufados, ni para colocar ikurriñas gigantes, ni para edificar aeropuertos sin aviones, ni para ofrecer cursos de taichí en un centro cívico.
    Por el contrario, las cotizaciones sociales son prestaciones patrimoniales finalistas como las primas de un seguro, por lo que con ellas sólo y exclusivamente se pueden financiar los servicios esenciales (sanidad, previsión social, protección por desempleo, etc.) del Estado del Bienestar que se encuentran instrumentalizados a través del sistema de la Seguridad Social.

    Es cierto que, al igual que otras variables económicas con incidencia en la empresa, las cotizaciones sociales tienen sin duda influencia en el nivel de desempleo (como también lo tienen en el nivel de vida de la población, en la calidad del trabajo, etc.) puesto que, aunque como se ha dicho no son un impuesto, a nivel de costes laborales efectivamente sí que funcionan como si lo fueran en función del carácter de prestaciones patrimoniales obligatorias que tienen.
    Por ello, la modificación al alza o a la baja de la cuantía de las cotizaciones sociales o incluso la alteración de los conceptos en los que se descomponen, es una medida de política económica que puede utilizarse para actuar sobre aspectos como el empleo porque son una variable que ciertamente tiene repercusión sobre él.
    Sin embargo, el que las cotizaciones tengan influencia sobre el empleo es muy diferente a afirmar que las cotizaciones sociales son un «impuesto a la contratación» que está MUY relacionado con el nivel de desempleo de un país, que es un puro y simplista mantra neoliberal que ni siquiera se sostiene con los propios datos que aporta el artículo.
    Sencillamente no se puede defender que el nivel de desempleo en España está «muy relacionado» con el tema de que los «impuestos sobre el trabajo» (a pesar de lo inexacto y tendencioso de esa expresión) sean del 40.50%, cuando Finlandia y Suecia nos superan y tienen un 42% (y son países que no tienen NI DE LEJOS el nivel de desempleo de España); y cuando Luxemburgo o Dinamarca teniendo apenas 3 puntos menos que España de esos «impuestos sobre el trabajo» no tienen precisamente «3 puntos» menos de desempleo que España, sino 15 puntos de desempleo menos.
    Por ello, y a la luz de esas incoherencias, se puede decir que claramente ambas variables (desempleo y cuantía de cotizaciones sociales) no están «muy» relacionadas que digamos y afirmarlo desconociendo incluso esos datos, es tan simplista como decir que la esperanza de vida en España (que también es superior a todos los países de la tabla -como el desempleo, salvo Grecia- y que, sin duda, tiene algo de relación con los servicios sanitarios y sociales que la población recibimos en España y que se financian con las cotizaciones) está «muy relacionada» con la cuantía de las cotizaciones sociales.

    En uno y otro caso las cotizaciones sociales pueden tener relación (con el nivel de desempleo y con la esperanza de vida), pero intentar forzadamente achacar una relación «muy» intensa para luego intentar sacar conclusiones simplistas del tipo «no hay más que bajar las cotizaciones para que baje el desempleo» o «no hay más que subir cotizaciones para que aumente la esperanza de vida» es profundamente tendencioso.

    Tanto el desempleo como la esperanza de vida son cuestiones muy complejas en las que inciden múltiples factores, no sólo uno.

  3. Lo que la Seguridad Social tiene que hacer es controlar más en qué gasta el dinero.
    Hay que acabar con esas pagas a inmigrantes que no han cotizado ni tienen intención de hacerlo. Terminar con la barra libre de nuestros hospitales.
    Con mayor control del gasto podrían reducirse las cotizaciones sociales.

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