No es inocente que la izquierda abertzale necesite de la existencia continua de una organización de “apoyo” a los presos. En realidad no se trata tanto de prestar ningún servicio ni ayuda a los presos tanto como de mantener la ortodoxia y la disciplina en el frente carcelario. Todas las cosas que reclaman organizaciones como Etxerat, sean acercamientos o acceso al tercer grado y condiciones penitenciarias más favorables, las pueden obtener los presos de ETA en el momento en que renieguen de la organización, condenen sus crímenes, muestren arrepentimiento y pidan perdón. A las sucesivas organizaciones a favor de los presos, como Gestoras pro Amnistía, Askatasuna y Etxerat, como decíamos les interesaba mucho más (y ese era su trabajo, según los tribunales) que los presos de ETA permanecieran dentro de la disciplina de la banda, lejos de su casa y cumpliendo más condena, a que estuvieran cerca o cumplieran menos condena pero después de renegar de la violencia y de la banda.
El problema, no obstante, es que la izquierda abertzale ha bautizado a su nueva plataforma de apoyo a los presos como SARE, que casualmente es el mismo nombre que el de una ONG de Pamplona ya existente, dedicada al apoyo de los enfermos de SIDA.
Parece ser que hay conflicto y que el caso podría terminar incluso en los tribunales.
2 respuestas
Supongo que para quedarse con el nombre usarán su táctica habitual: «quítate tú para ponerme yo». Y si no te quitas, prepárate para lo que es bueno… Sicilian Style…
Si si,como en los pueblos que gobiernan(tristemente) en el Norte,limpieza étnica de los Navarros a base de amenazas y asesinatos,77-2013,así que la asociación del sida puede ir poniendo seguridad en sus oficinas.