El Sadar se salvó ayer de la tragedia, aunque Osasuna bajó a Segunda

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La tragedia pudo suceder en el minuto 12 del partido cuando Osasuna marcaba un tanto y los seguidores del fondo sur se lanzaban contra la valla para celebrarlo. La valla cedió y los aficionados empezaron a caer en cascada los unos sobre los otros en una auténtica avalancha humana. Hubo varios docenas de heridos, pero podíamos estar hablando de una auténtica tragedia. El partido se reanudó a los 35 minutos sin valla y con los aficionados en el césped en vez de suspenderse, lo que constituye un nuevo elemento de debate acumulativo a un rosario previo de irregularidades.

En principio, la normativa exige un control del aforo y que los aficionados de los estadios de fútbol estén sentados durante el partido, una medida que se adoptó precisamente después de tragedias como las de los estadios de Heysel o Hillsborough.

Parece bastante evidente que ayer la normativa no se cumplió en el Sadar, a la luz de los hechos y de los vídeos.

¿Cuántas personas había ayer en el fondo sur y cuántas podía haber?

¿Se cumplía la normativa cuando continuó el partido? ¿No debería haberse suspendido?

En general, da la impresión de que hay unas normas para los demás y otras para Osasuna.

Acaso porque Osasuna es la esencia de la navarreidad, el tótem de la tribu, el Moloch foral, por encima del bien y del mal.

Evidentemente no es ya que Osasuna no cumpla, sino que parece que nadie le hace cumplir tampoco.

Los jefes no se atreven a entrar en el terreno del hechicero y los trances místicos de la tribu.

Lo que pasa es que de vez en cuando Moloch devora a unos cuantos de sus fieles, sea en forma de aficionados o de contribuyentes. Y esta vez hemos tenido suerte.

Afortunadamente ayer sólo hubo unos heridos, porque ahora podíamos estar hablando de una tragedia.

No, la tragedia no es que Osasuna baje, sino que hubiera muerto alguien o siquiera que se dieran las condiciones para que hubiera muerto alguien.

Sería bueno aprovechar el paso por Segunda para repensar algunas cosas.

En un mundo en el que las cosas funcionan bien, a lo mejor la seguridad de los espectadores o pagar los impuestos va primero y ganar la Champion´s viene en segundo término.