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Si no se supiera de la frivolidad de algunos ambientes, no se podrían creer algunas noticias. La modelo británica Josie Cunningham, de 23 años y aspirante al ‘Big Brother’, el gran hermano inglés, quiere ser famosa y rica al precio del hijo que lleva en su vientre. ¿Se dará cuenta? Es una de las favoritas de “Channel 5”, y teme ser rechazada por su tipo de mujer gestante. Para conseguir la fama, está dispuesta al aborto. Es tanto su afán de «un futuro mejor», que afirma: «Esto es lo que he querido desde siempre y no puedo renunciar a ello por cualquier cosa”. ¿Cualquier cosa, un hijo? Como madre, me chirría muchísimo. ¿Pero qué color de gafas lleva la mujer dispuesta a cambiar al hijo por fama y metal? En fin, que no sólo hay abortos por problemas de abandono y soledad ( por salud, muy pocos); también, por frivolidad e irresponsabilidad, y por ambiciones rastreras, que rastreros son el dinero y la fama comparados con la nobleza y el gozo de la maternidad. Cuidar la vida y la salud de los hijos desde que conocemos el inicio de su vida, es lo que nos pide, el corazón, a las madres; lo que nos exige la conciencia y lo que nos llena por dentro; pero la frivolidad y el hedonismo han convertido en piedra muchos corazones y ensordecido la conciencia.
