Señor Director, Habla usted de listas abiertas. Totalmente de acuerdo. Listas abiertas, más democracia directa -referendum- para cuestiones importantes, limitaciones de mandatos…en todo esto, perfectamente de acuerdo. Pero, todo eso que parece tan bonito, tiene un problema y un precio. Las listas abiertas exigen la participación ciudadana y la reforma de las cámaras. Haría falta un Senado con funciones reales y con senadores electos realmente por listas abiertas. Lo que se está intentando ahora es que el Senado sea una cámara que colabore más en la atomización de España. Y la participación ciudadana…en España es casi inexistente. En realidad, con un sistema de partidos, las listas abiertas se tienen que hacer dentro del partido. Es decir, muchos católicos afiliados en los partidos y trabajando en sus congresos. Porque las listas abiertas no nacen de la nada. También harían falta personas de valía dispuestas a dedicarse a la política. Y con perdón, pero es una ingenuidad eso de que hay : «personas muy valiosas que aportarían con gusto y provecho unos años a la comunidad». La gente valiosa no suele querer más líos de los que ya tiene, y además, dedicar unos años a la política suele dificultar seriamente su reincorporación a la carrera laboral normal. Por eso hay tantos funcionarios en política, no nos engañemos. Hay mucho inútil dispuesto a «dedicar unos años de su vida a la política», pero no mucho valioso. Alguno lo hace. En el Gobierno de Navarra hemos tenido el ejemplo de los consejeros del área de industria y economía que suelen ser muy buenos, y que provienen del mundo empresarial. Pero a esas personas luego se les suele hacer la vida difícil, aunque lo hayan hecho bien en política, que la envidia es libre. Por otra parte, a mí me gustó siempre un político de carrera que se llama José Ignacio Palacios. Es un buen político y gestor. Pero es político de carrera. Y creo que hace falta una base de políticos de carrera en los partidos. No se puede hacer un partido político sin gente dedicada en exclusiva, y a estos señores, hay que darles salidas en lo suyo cuando se les pide que dejen un cargo. ¿Exigir a los políticos?…por supuesto. Pero ¿qué hay de la responsabilidad y la participación de los ciudadanos? La gente pasa y por eso no puede exigir. Quizá, antes de dedicarse a atomizar no se sabe qué, habría que dedicarse a formar ciudadanos. Porque atomizando podemos llegar primero a Liliput y luego a la nada.Y los ciudadanos responsables son una rara avis que conviene fomentar entre los católicos. Y ya siento si soy un poco negativa.