Desde que se han empeñado en que la iglesia no habla con autoridad los parlamentarios quieren sustituirla. Sólo que no se dan cuenta de que no tienen ni la más mínima autoridad aunque tengan algo de poder
Se desprecian los mandamientos y se dictan unos mandamientos cívicos. Con la diferencia que son muchísimos más que diez y además cambiantes. Llenan sus códigos jurídicos de los nuevos mandamientos y las aulas y los libros de texto y los medios de información, porque se han convertido en adoctrinadores de lo políticamente correcto.
Desprecian la misericordia divina y su perdón y son ellos, los nuevos dioses, muchos políticos corruptos, los que deciden cómo y a quién perdonar, cuándo aplaudir, cuándo reprobar, qué se debe pensar , cómo se debe actuar.
Gritan por la separación iglesia- estado pero la entienden a medias: la iglesia que no hable de política. El estado sí debe meterse en lo moral y religioso- por supuesto es omnímodo- pero la iglesia que se calle. Silencio impuesto por decreto en temas sociales o morales, pero en cuanto un obispo abre la boca o edita un libro o con su palabra quiere guiar, aclarar, formar, están todos esos políticos que claman por la separación pendientes de sus palabras y actuaciones. ¿ Pero tan difícil es olvidarse de ellos?¡ no están un poco obsesinados? ¡ Tenemos unos políticos súper clericales¡
Cuando un parlamento carece de ideas y de ganas de trabajar, en vez de estar pensando en cómo adelgazar lo público, en cómo solucionar el paro, en cómo apoyar a las familias , en cómo acabar con la corrupción política, en cómo avanzar puestos en Pisa….se dedican a reprobar a los curas u obispos como si eso tuviera alguna consecuencia política…Bien pensado la tiene, porque va generando opinión ¿ Pero es esa la misión de un parlamento?
Sólo quiero decir a nuestros parlamentarios que en su prepotencia no se han dado cuenta de que no nos representan, que estamos hartos de sus salidas de tono y de sus apropiaciones indebidas ( y no sólo de las materiales) De las de todos. Al grupo que aprobó la reprobación a Don Fernando sólo tengo que decirles que dan risa(sarcástica) hablando de decencia, de libertad y de modernidad. Ya no se engañan ni a ellos mismos. Y a los que se opusieron, pues no les voy a dar las gracias esta vez ,porque la verdad es que me han dado pena por su falta de coraje y por no decir a los reprobadores unas cuántas cosas que necesitan oír y colocarlos en su sitio. No es misión de los parlamentos hacer declaraciones sino hacer política. Y también dan pena intentando defender a la iglesia diciendo que Monseñor expresa “sólo su opinión”. Mírense por favor el catecismo de vez en cuando para saber qué dice la iglesia
En fin, ¡que ya está bien¡
Repruebo al parlamento que reprueba.